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La agenda de Obama

El presidente electo y el Congreso recibirán el año con una lista de actividades a ejecutarse; enero será un mes repleto de decisiones económicas y políticas que deberán tomarse inmediatamente.
jue 01 enero 2009 06:00 AM
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El nuevo presidente deberá aprobar un paquete de estímulo pa (Foto: AP)

Mucho trabajo le espera al presidente Obama y al nuevo Congreso de Estados Unidos, ante la situación que atraviesa el país y la economía global su agenda estará más que apretada.

Además todos esperan ver bastante acción durante enero, un mes que suele reservarse para los trámites del cambio de administración. Pero este año será diferente, pues entre el 6 de enero (cuando la 111 Legislatura comience sus funciones) y el 20 de enero (cuando Obama ocupe el cargo) los legisladores estarán atareados con comparecencias, aprobando leyes y supervisando los polémicos paquetes de rescate financiero.

Luego viene el turno de Obama, tras su toma de protesta como presidente tendrá que encarar varios frentes a la vez antes de que el mes finalice.

Estos son cuatro de los principales temas que Obama y los congresistas tendrán que abordar el primer mes del nuevo año:

Confirmar los cargos en el gabinete

Los legisladores tendrán que confirmar inmediatamente los nombramientos anunciados por Obama. Es posible que el Senado no confirme a todos los miembros del gabinete el mismo día de la toma de posesión presidencial, "pero sí a una buena parte de ellos", indica Norman Ornstein, académico del American Enterprise Institute.

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Ornstein y otros expertos piensan que ese día se ratificarán, cuando menos, puestos clave en los departamentos de economía y seguridad. Esta celeridad no es inusual, recordemos que 11 miembros del gabinete del presidente Bush fueron confirmados el 20 de enero del 2001, según el Council for Excellence in Government.

Después confirmarán al resto de los miembros, el objetivo entonces será conseguir que se ratifiquen a los principales 100 funcionarios de cada área.

Aprobar un paquete de recuperación económica

Los líderes del partido demócrata quieren tener el plan de estímulo listo para que lo firme el nuevo presidente, en el mismo día del juramento o poco después.

Aunque el equipo de Obama no le ha puesto un precio a su plan de estímulo económico, se espera que el paquete inicial tenga un costo de entre 500,000 y 700,000 millones de dólares (mdd) durante los próximos dos años.

La agenda de Obama posiblemente contenga los siguientes puntos pendientes: fondos para proyectos de infraestructura, recortes tributarios para la clase media, ayuda a los gobiernos estatales y locales, y financiamiento para los programas sociales como Medicaid y los cupones de alimentos.

Obama describió el paquete como "el mayor programa de infraestructura desde que se construyó el Sistema Federal de Carreteras en la década de 1950.

Así, la infraestructura será el tema más polémico, pues muchos críticos opinan que esa inversión no es la mejor forma de estimular la actividad económica en el corto plazo, dado que muchos proyectos toman mucho tiempo para ponerse en marcha.

El paquete de recuperación económica quizá incluya también una ampliación del tope máximo permitido para préstamos hipotecarios respaldados por Fannie Mae, Freddie Mac y la Administración Federal de la Vivienda, una medida defendida por el representante demócrata Barney Frank, presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja.

Asignar las partidas del TARP

Aún no está claro si el secretario del Tesoro, Henry Paulson, solicitará los 350,000 mdd restantes (la mitad del paquete de 700,000 mdd que el Congreso autorizó para estabilizar el sistema financiero) del TARP o Programa de Alivio para Activos en Problemas.

Para poder distribuirlo, Paulson necesitaría el visto bueno del Congreso pero los legisladores demócratas no están muy contentos con el hecho de que todo el dinero asignado hasta la fecha haya sido usado para capitalizar las instituciones financieras, y además se hizo con menos restricciones de las que ellos proponían.

Barney Frank ha dicho que el Congreso no liberará esos fondos ni a Paulson ni a su sucesor hasta que no se compruebe que ese dinero del TARP se usará para ayudar a los deudores y evitar las ejecuciones hipotecarias.

Así que Obama ha prometido un plan de alivio para hipotecas, aunque aún no ha especificado en qué consistirá. Para obtener el apoyo del Congreso, "creemos que la administración Obama conseguirá los restantes 350,000 mdd si respalda las modificaciones al programa hipotecario de la FDIC (Corporación Federal de Seguros de Depósitos Bancarios)" explica el analista Jaret Seiberg de la firma Stanford Group.

Dicho programa -con un costo estimado de 25,000 mdd y que ayudará a 1.5 millones de propietarios- sería similar a un programa de modificación de préstamos iniciado por IndyMac luego de que la FDIC tomara control de la compañía. Entre los incentivos que el gobierno ofrecería a los emisores de préstamos está la promesa de ayudar a sufragar los costos que resulten de la modificación y garantizar la mitad de las pérdidas que ocurran en el caso de que un deudor no pague un préstamo modificado.

Rescatar a la industria automotriz

Si el Congreso y el presidente Bush aceptan entregarle a General Motors y a Chrysler un crédito de emergencia por 15,000 mdd, los legisladores vigilarán de cerca la salud financiera de los fabricantes de autos.

Si ambas compañías se apegan a los requisitos del préstamo (que las obligaría a tomar decisiones difíciles para fomentar su viabilidad a largo plazo), entonces los congresistas tendrían que comenzar a pensar en los próximos pasos para ayudar a la industria. El economista Mark Zandi dijo al Congreso que podrían necesitarse entre 75,000 y 125,000 mdd para que las automotrices se mantuvieran operativas a largo plazo.

Si las compañías no ceden a las exigencias de los congresistas, entonces éstos tendrán que estar preparados para atajar la avalancha que se produciría si GM o Chrysler se hunden: un aumento en la tasa de desempleo y severas reducciones en la recaudación del impuesto sobre la renta y el impuesto sobre las ventas.

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