Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

¿Qué es y cómo tratar la influenza A?

El virus H1N1, causante de la actual epidemia, se transmite de persona a persona; los medicamentos como el Oseltamivir (Tamiflu) tienen una efectividad de más del 80% para tratarlo.
lun 04 mayo 2009 07:00 AM
Imagen preliminar del virus de la influenza porcina. (Foto: CDC)
virus-influenza-esp (Foto: CDC)

Los virus son parásitos intracelulares obligados y dependen por completo de las células del huésped para completar su replicación, ya que son sólo un fragmento de ácido nucleico dentro de un escudo formado por una proteína.
El virus de la influenza A, que tiene en su centro ácido ribonucleico, tiene la habilidad de infectar varios huéspedes animales y de esta manera cambiar su estructura antigénica. Cuando el virus de la influenza infecta a un animal, adquiere una proteína H nueva, con lo cual se convierte en un virus prácticamente diferente que le permite encontrar una población mundial que no tiene ninguna defensa contra su capacidad infecciosa.
Es lo que sucedió con el actual virus que infectó a un cerdo y que tiene la estructura H1N1, similar al virus que produjo las pandemias del 1918 y de 1976-77, que sigue siendo un virus totalmente humano y se transmite de persona a persona.
No se sabe a ciencia cierta donde se inició la actual epidemia, que parece haberse desarrollado más rápidamente en México.

Históricamente las pandemias de influenza se han iniciado en el sureste asiático, pero tan injusto es llamar a esta pandemia mexicana como fue injusto llamar española, a la pandemia de 1918.
La transmisión se efectúa fundamentalmente por vía respiratoria de la secreción nasal y respiratoria de un individuo infectado, a una persona sana a través del aire, las manos u objetos contaminados.
El período de incubación es muy corto, de uno a cuatro días después de la exposición de una persona susceptible (la mayor parte de la población mundial) a una persona sana que presentará, una vez pasado este corto período, escalofríos, dolor de cabeza muy severo con dolor detrás de los ojos y fiebre de 39° a 40°. Hay también enrojecimiento de los ojos, tos con producción de expectoración, malestar general y sensación de gran cansancio. La mayor parte de los pacientes se recuperan sin secuelas en una semana.
En pacientes con problemas respiratorios, cardiacos o con muchos años, la enfermedad se puede complicar con una neumonía bacteriana, usualmente por estafilococos hemófilos o estreptococos, lo que puede llevar a la muerte si el tratamiento no se efectúa adecuadamente. Condiciones que propiciaron la gran mortalidad en la pandemia de influenza de 1918 - 1920, porque no se contaba en ese entonces con los muy efectivos antibióticos modernos.
No todas las personas infectadas desarrollan el cuadro típico así descrito, lo que explica las medidas un tanto exageradas tomadas por el Gobierno federal y los estatales, para evitar la diseminación de la enfermedad, cuyas principales medidas deben basarse en el aislamiento de los infectados que frecuentemente no se diagnostican a tiempo, de ahí el cierre de las escuelas y el consejo a toda la población de evitar en lo posible el contacto con muchas personas, por lo que se ha considerado la eliminación de espectáculos con público numeroso como los cines, el teatro, los centros de reunión, los partidos de futbol, de basquetbol, etc.
El diagnóstico se puede establecer por inmunofluorescencia de las secreciones o inoculando estas mismas secreciones en células especiales para obtener la replicación del virus, que sólo puede efectuarse en los laboratorios de referencia de la Organización Mundial de la Salud en Atlanta, Melbourne, Londres y Tokio.

Una buena parte de las muestras tomadas a los enfermos sospechosos en México se envían al CDC de Atlanta.
Existe tratamiento específico contra la enfermedad, los inhibidores de la neuranimidasa como el Oseltamivir (Tamiflu), se han mostrado efectivos en más del 80% de los casos, pero para que funcione debe administrarse lo más precozmente posible un comprimido de 75 miligramos cada 12 hrs por 5 días.
Este mismo medicamento puede ser utilizado para proteger a personas con mayor susceptibilidad, como las descritas arriba, si tuvieron contacto con un enfermo demostrado. La dosis preventiva es de 75 miligramos cada 24 hrs. durante 10 días. Este medicamento es costoso pero en nuestro país puede ser obtenido, en caso necesario, de los servicios de salud tanto de los gobiernos estatal y federal, como de los del Seguro Social en sus diferentes modalidades.
Sin embargo, la medida preventiva más eficaz es el aislamiento de los pacientes, el uso del cubrebocas que debe ser sustituido frecuentemente y cubrir boca y nariz, así como el lavado frecuente de las manos para evitar la contaminación por secreciones de las personas infectadas.
Como se trata de un virus nuevo, la vacuna actual no protege totalmente contra la enfermedad , pero puede aumentar los anticuerpos. Seguramente que a corto plazo se dispondrá de una vacuna específica para este virus que ha cambiado su proteína H, como sucede cada año que se produce una vacuna específica de acuerdo a los cambios que el virus es capaz de producir anualmente.

*El autor es epidemiólogo y profesor emérito de la Universidad de Guadalajara. Actualmente se desempeña como director del Consejo Estatal de Transplante de Órganos de Jalisco.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad