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“Jimena” pone en alerta a Los Cabos

Equipos de seguridad buscan llevar a los pobladores a albergues ante la llegada del huracán; varias personas se resisten a dejar sus viviendas por temor a la rapiña.
mar 01 septiembre 2009 10:27 AM
A pesar de la alerta, algunos turistas se resisten a dejar la playa, e incluso surfistas buscan aprovechar las grandes olas. (Foto: AP)
jimena (Foto: AP)

Los equipos de emergencia construían albergues y luchaban por trasladar a miles de habitantes de barrios pobres amenazados por el avance del huracán Jimena que se fortalecía en su trayectoria cercana la península mexicana de Baja California.

Jimena estaba cerca de convertirse en un huracán de categoría 5, el peligro máximo de una tormenta, y podría golpear la noche de este martes la región desértica salpicada con playas turísticas y villas de pescadores, informaron meteorólogos.

Jimena se mantenía en la categoría 4 con vientos máximos sostenidos de casi 250 kilómetros por hora y se desplazaba con rumbo noroeste a unos 15 kilómetros por hora, informó el lunes el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos en Miami. Su vórtice se ubicaba 394 kilómetros (245 millas) al sur de Cabo San Lucas.

Los huracanes alcanzan la categoría 5 a los 250 kilómetros por hora.

Al menos 10,000 familias recibieron la orden de evacuar zonas bajas y barrios pobres, dijo el director local de seguridad pública, Apolinar Ledezma.

"Por su propia seguridad y la de su familia, aborden la unidad o diríjanse al albergue mas cercano", dijo el bombero Ricardo Villalobos por medio de un altavoz, mientras recorría las calles arenosas de la Colonia Obrera, un barrio construido sobre el lecho de un río que por lo general se inunda cuando llega un huracán.

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Pero Villalobos reconoció que las personas obedecían muy poco las indicaciones.

Muchos de los residentes temen que sus pocas pertenencias como televisores o refrigeradores sean robados si dejan su casa.

Roberto Hernández, un representante comunitario, dijo que él y otros activistas habían creado una brigada de seguridad para vigilar las pertenencias de sus vecinos pues no es extraño que los ladrones se lleven sus muebles, "o lo que puedan encontrar", señaló.

Miguel Ángel Juárez, un obrero desempleado, prefirió no correr riesgos y empacó su ropa y una parrilla de gas en su auto antes de llevarse a su familia a un albergue.

"Yo aquí no me quedo", dijo. "Dicen que cuando llueve, esto se vuelve una correntada", agregó viendo el lecho del río cercano a su casa.

El Gobierno advirtió que aquellos que no quieran abandonar sus hogares recibirán órdenes para hacerlo.

"Empezaremos invitando a la gente a irse... llegará el momento en el que tendremos que hacerlo obligatorio", indicó Garibaldo Romero, secretario general del gobierno de Los Cabos.

Más temprano, el director local de Protección Civil, Cota, dijo que se establecerían 60 albergues.

La asociación local de hoteles calcula que 7,000 turistas se quedaron en Los Cabos. Los hoteles tenían un 25% de ocupación, según la asociación.

Delegados de todo el mundo habían comenzado a llegar a Los Cabos para una conferencia patrocinada por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico en cabo San Lucas, en el extremo sur de la península, pero en vista de la cercanía del meteoro los organizadores cambiaron de última hora la sede del encuentro a la Ciudad de México.

Un vocero para el Foro Global sobre la Transparencia y el Intercambio de Información dijo que algunos delegados habían llegado al Hotel Sheraton en Los Cabos, pero que ahora esperan sacarlos a todos rápidamente de allí.

Pero algunos turistas en las famosas playas de Los Cabos estaban haciendo justo lo contrario: internándose al mar para practicar surf con las grandes olas originadas por el huracán.

"Lo esperamos con ansias, queremos estar justo cuando pase", dijo Clay Hurst, de 52 años, un contratista de construcción de Malibu, California, que nunca ha visto un huracán tan poderoso como Jimena.

"Nos aconsejaron que nos marcháramos, pero queremos estar aquí", dijo. "Siempre hemos querido estar en un huracán, uno realmente malo".

Mientras tanto, la tormenta tropical Kevin se degradó a depresión tropical en el Pacífico con vientos máximos de 55 kilómetros por hora; su centro se encontraba 1,350 kilómetros (840 millas) al oeste-suroeste del extremo sur de la península de Baja California, ubicada en el noroeste de México.

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