Estrategia Pyme: apóyate en tu crédito corporativo
En literatura financiera más tradicional se indica lo peligroso que resulta para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que administren algunos de sus gastos con las tarjetas de crédito del dueño y de sus socios. Tienen razón. Pero faltó añadir algo: el panorama cambia si usan sabiamente sus tarjetas corporativas.
Es decir, los plásticos empresariales sí están diseñados para servir algunos de esos gastos, pero pocos lo saben: en México solamente el 2% de las tarjetas de crédito son del rubro corporativo, señalan datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF).
Fernando López Macari, presidente nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), explica que: “17% de las pequeñas y medianas empresas usa las tarjetas de crédito personales para cubrir los gastos de representación y otros relacionados con la compañía”, uno de los principales errores de operación de acuerdo con el entrevistado.
Las tarjetas corporativas nacen para que los gastos del negocio ya no se mezclen con los del dueño o del socio de la empresa, sino que con recursos del flujo de la misma compañía se hagan compras de oportunidad, solventar gastos de representación, haya un correcto control de viáticos, y para el control en general de los gastos de la compañía.
De acuerdo con el presidente del IMEF, otros beneficios que no ofrecen las tarjetas de créditos personales, están relacionados con el aspecto de control: “Con las tarjetas corporativas puedes controlar el monto del crédito para cada una de tus tarjetas adicionales, delimitar el alcance geográfico, definir los establecimientos en los que se puede consumir, te permite personalizar, por lo tanto tienes mayor control con los recursos de la empresa”.
Las 5 mejores prácticas
El presidente de la Condusef comparte sus consejos para un buen manejo crediticio:
1. No distribuir sin control las tarjetas corporativas. En especial si se trata de una pequeña empresa ya que puede generar un sobre endeudamiento.
2. Elegir asertivamente quiénes y por qué razones deben tener una tarjeta de crédito corporativa
3. Definir para qué se quiere el financiamiento y luego determinar qué tipo de crédito es el más conveniente. Si es para capital de trabajo, para maquinaria o infraestructura, podría planearse a través de nuevas aportaciones de socios o con la venta de activos, por ejemplo. Hay otras vías para atraer recursos a través del crédito comercial, captaciones de capital, y el crédito de corto plazo.
4. Compara créditos y beneficios a fin de elegir el que más convenga a los intereses de tu negocio.
5. Sin mezclas peligrosas. No deben mezclarse los instrumentos financieros que tiene la empresa para pagar gastos personales, así como tampoco deben combinarse los gastos financieros que tiene el accionista para pagar gastos corporativos. “Además se deben aprovechar los beneficios de las deducciones fiscales a través de estas tarjetas de servicio corporativas”, recomienda López Macari.
El experto financiero añade que no se deben usar estas líneas de crédito pagar por inversiones cuyo rendimiento está considerado a largo plazo. “Es un instrumento de deuda a corto plazo; es decir esta tarjeta es corporativa que tienen un vencimiento de cada 30 días y es difícil que una capacitación o un software tenga una rentabilidad en esos 30 días. Al hacerlo se compromete el flujo operativo de la compañía para destinarse servir la deuda y por ende se deja de pagar cosas prioritarias para operación, como la renta o la nómina”.
Máximo beneficio en tarjeta corporativa
Jorge De Lara, vicepresidente y gerente general de Global Commercial Services Latam de America Express, explica la relevancia que tiene el mercado Pyme para la institución financiera y los beneficios que ha desarrollado de la mano de una tarjeta corporativa.
“Tenemos diversas iniciativas para este segmento pensando en cómo ayudar a nuestros clientes en crecer su negocio con base en nuestra oferta de valor. El portafolio de soluciones les permite enfocarse en desarrollar su negocio mientras los apoyamos en temas de financiamiento”, señaló De Lara.
Algunos de estos servicios van desde la opción de tener pagos diferidos en todas sus compras, para que estos negocios se financien a corto y mediano plazo, hasta acceder a proveedores con los que American Express hace negociaciones con atractivos plazos.
“Empezamos con proveedores genéricos, es decir aquellos que utiliza cualquier empresa sin importar su giro: nos referimos a los seguros, combustibles, servicios de contaduría, recursos humanos y de almacenamiento digital de información (nube). Hoy estamos firmando contratos con proveedores para industrias especializadas, como de insumos farmacéuticos, acero, cemento y concreto para la construcción. En el tema de retail tenemos a los grandes mayoristas”, detalla De Lara.
Es decir, una Pyme puede acceder a un catálogo de proveedores, completo y actualizado, y a financiamiento, al mismo tiempo.
Esta tarjeta corporativa brinda a las Pymes la posibilidad de tener mejores condiciones en un préstamo para su empresa, así como acceder a nuevos productos financieros y servicios complementarios que les permitirán ser más competitivas.