Alimentación sustentable y nutritiva: el desafío para 2030
Actualmente, la mitad de la población mundial no se alimenta de forma nutritiva, aun cuando el planeta tiene la capacidad para hacerlo de manera adecuada. En contraste, en algunas regiones del planeta se llega a desperdiciar hasta el 40% de los alimentos.
Sin embargo, con el aumento de la temperatura ocasionado por el calentamiento global y el crecimiento de la población, la volatilidad de los precios se convertirá en un constante desafío para las naciones, ya que se comprometerá la capacidad del sistema alimenticio, así como la estabilidad social y el bienestar económico. Esto se traduce en que el mundo se enfrentará al reto de crear un sistema eficiente, sustentable, inclusivo, nutritivo y saludable.
Al respecto, en conjunto con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) Deloitte preparó un estudio teniendo en cuenta la incertidumbre del futuro y las tendencias alimenticias. La conclusión fue que existe la posibilidad de que el mundo tenga alguno de los siguientes escenarios:
Primer escenario
Un mundo de consumo intensivo de recursos naturales y mercados desconectados, lenta economía global y una división clara entre los que “tienen y los que no tienen”.
Las personas de escasos recursos, aisladas o mercados dependientes estarán sufriendo intensa hambre y pobreza. El aumento de la población, la desigualdad y los precios de los alimentos aumentarán los conflictos y la migración, también el cambio climático continuará sin cesar. Este escenario se llamaría: la sobrevivencia de los ricos.
Segundo escenario
Existe una fuerte conexión de mercados y un consumo intensivo de recursos naturales, estamos ante un mundo de alto crecimiento en el PIB con un elevado costo ambiental.
La tecnología ha estimulado eficiencias en la distribución y producción. La obesidad y los costos de salud han aumentado drásticamente, mientras miles de millones de consumidores cambian a una dieta de alto volumen, alta en calorías y baja en nutrientes.
Tercer escenario
Los mercados están altamente conectados y el consumo eficiente de recursos ha incrementado la cooperación internacional e innovación, pero dejará a algunos atrás.
Hay un movimiento enfocado a la nutrición personalizada y cuidado de la salud, y cada vez más personas usan aplicaciones móviles para llevar a cabo sus compras y manejar sus hábitos alimenticios. Los gobiernos están comprometidos con el cambio climático sin embargo, los eventos inevitables de la volatilidad del clima persisten.
Cuarto escenario
El último escenario, los países ricos se enfocan en producir y consumir productos locales, mientras que la hambruna se incrementa en las regiones que dependen de la importación de alimentos.
Los consumidores en países en desarrollo redescubren y aprecian las dietas locales y desarrollan un nuevo respeto por la comida, tomando medidas adicionales para reducir su desperdicio.
Políticas progresivas han reducido exitosamente el precio de las dietas sanas al mismo nivel que las dietas altas en calorías lo que conllevará a una reducción en la obesidad y enfermedades relacionadas.
Por el contrario, las naciones sin una buena tierra cultivable tienen problemas para satisfacer la demanda y el hambre se convierte en un foco en estas zonas.
Es así que una sistemática transformación será necesaria. Las preguntas que surgen entonces son: ¿en qué escenario queremos vivir y qué estamos haciendo para lograrlo?
