Por otro lado, lo más recomendable es comenzar con proyectos en particular y con un alto retorno de inversión que aborden puntos débiles específicos. Es importante elegir soluciones escalables y rentables que puedan crecer a la par de la madurez de la IA adoptada en las organizaciones, e invertir gradualmente en sistemas más sofisticados a medida que se desarrolla la experiencia, para así garantizar una trayectoria positiva del retorno de inversión.
Asimismo, para garantizar una implementación sólida, los principios de privacidad por diseño deben ser un pilar desde el inicio de cada proyecto de IA, integrando medidas de protección de datos directamente en la arquitectura de los sistemas. Esto implica integrar dichas medidas directamente en el diseño y la arquitectura de los sistemas de IA en lugar de tratar la privacidad como una idea tardía. La creación de un equipo multifuncional que incluya expertos en legal, cumplimiento, TI y datos garantiza que los requisitos normativos se cumplan de manera constante durante todo el proceso de desarrollo de IA.
Por último, recomiendo que el camino a seguir radique en adoptar plataformas de IA flexibles que sean compatibles con la infraestructura existente y puedan evolucionar con los avances tecnológicos. La mejor opción es elegir soluciones modulares o de código abierto para evitar la dependencia de un proveedor y permitir la personalización a medida que cambian las necesidades. Además, es clave desarrollar un marco de gobernanza de IA que evalúe periódicamente la relevancia y el rendimiento de este tipo de soluciones, para garantizar que se sigan satisfaciendo las diferentes necesidades empresariales. Este enfoque permite a los bancos seguir siendo ágiles en un panorama tecnológico en rápida evolución. Es importante destacar que la implementación de una arquitectura de microservicios permite una fácil integración de nuevas capacidades de IA sin necesidad de revisar todo el sistema.
En conclusión, la IA en el área financiera no se trata tan solo de tecnología; se trata de remodelar toda la mentalidad y la infraestructura de la organización. Abordando de manera proactiva y estratégica estos inconvenientes y superando los desafíos, las instituciones financieras pueden asegurar una ventaja competitiva y prosperar en la era digital, liberando todo el potencial de la IA para ofrecer experiencias personalizadas a los clientes, optimizar las operaciones e impulsar el crecimiento continuo en un ecosistema cada vez más basado en datos.