En un entorno internacional marcado por la incertidumbre, el consumo local se perfila como una de las principales tendencias económicas y sociales del año. De acuerdo con la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI), los consumidores mexicanos prefieren los productos nacionales, ya que en el momento de las compras consideran aspectos como la autenticidad, la cercanía y el compromiso con su comunidad.
Este cambio de hábitos refleja una reconexión con los valores más arraigados del país: la solidaridad, el trabajo y la búsqueda de bienestar colectivo. Elegir productos locales ya no solo responde a la conveniencia, sino a un acto consciente que genera impacto directo en la economía familiar y comunitaria.