Aceptar que somos irracionales ayuda a gastar mejor

Como las ciencias sociales, la economía conductual es experimental por naturaleza, en vez de suponer, se analiza el comportamiento de la gente y se observa con que frecuencia son irracionales. Esto debe tenerse en cuenta al desarrollar soluciones para mejorar la sociedad, puesto que “existe una forma de ser racional y muchas formas de ser irracional”.

Las emociones y el dinero
Dan Ariely subrayó que frecuentemente las emociones nos desvían de nuestros intereses a largo plazo. Los seres humanos tenemos cosas que se relacionan con nuestra dificultad para calcular cosas, dificultad para mantener varias hipótesis en mente, dificultad para pensar en muchos pasos por delante. “Por ejemplo: si ahora veo una bicicleta nueva, realmente siento que me gusta, es realmente maravillosa. Si me demoró, hacia el futuro, ¿qué tan emocionante es para mí?, No es nada emocionante.

En este punto, el experto afirmó que el dinero es un invento maravilloso que se encuentra en el nivel de la rueda, en términos de su contribución con la sociedad, y por ello es increíble cómo esta noción abstracta afecta a la sociedad de forma positiva. Sin embargo, es difícil pensar en ello, representar su valor y por eso cometemos muchos errores en la forma en que lo gastamos.

“Es la representación. Imagina que estoy en la esquina de una calle y digo: Hola, ¿completarías una encuesta por 3 dólares?, Esos 3 dólares podrían darte muchas cosas, por ejemplo, un capuchino, pero en ese momento, no lo piensas. En cambio, cuando digo: ¿Completarías una encuesta de diez minutos, a cambio de un capuchino? Ahora, de repente, tienes la representación del valor de lo que obtienes. Y eso es parte del desafío con el dinero y es que nos cuesta representar el valor del dinero”, expuso el entrevistado.

Arquitectura de elecciones

La arquitectura de elecciones es la idea de que el diseño del entorno es realmente importante. Ariely explicó que cada quien diseña el entorno en un solo sentido y se comporta en un solo sentido. Entonces si se preparan las cosas para trasladar dinero automáticamente hacia algunas categorías, se tendrá el dinero para dichas categorías; si no es así, encontrarás formas de gastarlo en otras cosas. “Es como cuando colocas las frutas y verduras en el refrigerador en el contenedor inferior, no llegarás a ellas con frecuencia y cuando lo hagas estarán echadas a perder. Si las pones al nivel de la vista, comes más frutas y verduras, correcto”.

En Common Cents Lab se desarrollaron algunos ejercicios para ayudar a las personas en sus hábitos de consumo. Entre ellos una billetera digital llamada Capital, la cual entrego tarjetas para que personas destinaran el monto a gastos discrecionales, como: los restaurantes, los taxis, el café, la cerveza, los supermercados.

En este ejercicio se vio que un mes es un periodo muy largo para planificar. Acotar el plan a una semana es mejor idea. Además, los gastos variaban según el día en que decides empezar la semana. Los mejores resultados fueron con periodos de 7 días iniciando con el presupuesto el lunes.

En otro estudio que se hizo, se pidió a las personas que observaran sus gastos y por cada gasto, se preguntaran en qué medida se encontraban felices y en qué medida lo lamentaban. “Cuando logramos que las personas piensen en ello, piensan a futuro y por ello, en muchas categorías concluyeron que gastaron demasiado dinero.

“De hecho, la categoría principal que lamentan las personas es salir a comer. Y no es porque salir a comer sea una mala idea, sino porque comer afuera, comen demasiado, beben demasiado y se lamentan por todo esto al día siguiente”, puntualizó el especialista.

Ariely concluyó que el primer truco es el presupuesto semanal que comienza el lunes; el segundo truco es ocasionalmente pensar en qué te hace feliz. Y el último es entender que todo el mundo quiere algo de nosotros. “Todas las aplicaciones, todas las cafeterías, todos quieren nuestro tiempo, nuestro dinero o nuestra atención ahora mismo”.

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