El caricaturista morelense Eduardo Soto tiene una valiosa colección de cómics mexicanos clásicos, principalmente fascículos de divulgación histórica muy populares en los años 60.
Son más de cien fascículos que contienen historias como la transformación de niña huérfana a mujer liberal de Josefa Ortiz de Domínguez o el pueblo y la infancia de Francisco Villa.
Los temas de los cómics son variados, desde el México prehispánico hasta la Reforma y fueron escritos por intelectuales de la época incluyendo José Revueltas para ediciones de divulgación de la Secretaría de Educación Pública.
Estos ejemplares se distribuían en los centros de alfabetización, a 20 centavos el ejemplar.
En uno de ellos se puede ver a Miguel Hidalgo frente al pelotón del fusilamiento mientras grita de forma herócia “¡Viva la América Libre!”.
“Yo, como otras legiones, aprendí a leer con las historietas”, dice el morelense, “nuestro museo pretende ser un homenaje de los lectores de a pie de nuestra historia de México”.
Con dibujos que recuerdan la tradición estilística de la tira cómica del estadounidense Edgar Rice Burroughs, “Tarzan”, estos cómics históricos ofrecen una buena oportunidad para entender cómo se interpretaba la historia de México hace 40 años.
El Museo de la Caricatura y la Historieta (Mucahi) es totalmente ciudadano, es decir, no recibe dinero del estado y está situado en el pueblo de Anenecuilco, Morelos, a unos cuantos pasos de donde nació Emiliano Zapata.
Digitalizaciones de los fascículos están disponibles mediante un donativo, escribiendo al correo
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