"Cambiar el nombre de una compañía no sirve para recuperar la reputación", asegura Mariana Sanz, directora general de Edelman México. La experta en manejo de crisis menciona que para salir ‘limpia’ de la polémica, la empresa tiene que implementar acciones contundentes. “El mercado no quiere saber si entró una nueva persona a la compañía o si mejoraron los canales de comunicación con los clientes, lo que necesita son acciones”, refiere.
Aunque los directivos de la constructora brasileña anunciaron que el negocio sigue en pie después del escándalo en el que estuvieron involucrados, Antonio Sánchez, director de la firma de manejo de crisis Empower Business Solutions, explica que el caso todavía está sensible por las investigaciones que siguen abiertas. “Lo que tienen que hacer es llegar a cada país afectado a ofrecer conferencias de prensa y hacer labor de convencimiento, transmitiendo el mensaje de que pueden obtener contrataciones públicas por la vía legal”, comenta.
Según el experto, destruir la reputación de una empresa es sumamente fácil gracias a las redes sociales, pues las plataformas digitales ayudan a viralizar la información negativa que hay sobre una compañía. Sin embargo, debido a la inmediatez con la que se mueve el mundo cibernético, también es más fácil que pase rápidamente.
“Pero hay que tener cuidado. Ahora todo se queda en línea y la historia siempre va a estar presente”, expone. En cualquier caso, la reputación se daña y ese elemento intangible es lo que tiene a una empresa en la cima o en el piso.
Por eso, agrega Rosario Ancheita, académica de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, es necesario que las entrañas de las compañías cambien por completo, de lo contrario de nada habrán servido las acciones para recuperar la reputación.