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¿Y si el intercambio de regalos navideño perjudica el ambiente de la oficina?

Antes de hacer un intercambio de regalos en el trabajo, los líderes deben sensibilizar al talento en habilidades sociales, recomiendan los especialistas consultados.
jue 12 diciembre 2019 12:54 PM
Intercambio navideño
No todo son regalos, existen otras estrategias para mantener integrada a la organización.

Un paquete de cuatro rollos de papel higiénico. Fue el regalo que recibió Diego Espinosa en un su último intercambio de regalos en la oficina. ¿Desquite o broma? El joven diseñador, que trabaja una empresa de análisis de datos, cuenta que la persona en cuestión argumentó haber olvidado el obsequio real en casa.

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“Acordamos que todos recibiríamos un regalo de Miniso. A pesar del inconveniente, vi el lado divertido de la situación, pues todos nos llevábamos bien. Al final mi regalo fue un muñeco de peluche, pero lo recibí hasta febrero”, dice.

El intercambio de regalos en la oficina para celebrar las fiestas navideñas es una práctica bastante común. Además de ser una tradición que se remonta al antiguo imperio romano, en la actualidad ayuda en la integración de equipos de trabajo.

Sin embargo, Arleth Leal, directora asociada de la empresa de Recursos Humanos Red Ring, advierte que si se toma a la ligera puede ser un elemento contaminante del clima laboral, debido a que llega a generar ciertas rencillas o inconformidades.

“Primero, se debe sensibilizar a la gente sobre habilidades sociales, comunicación, empatía, resiliencia, temas que ayudan a que las relaciones humanas sean más saludables. Se recomienda dar una plática donde se demuestre el estilo de liderazgo transformacional. Que el equipo esté homologado y entienda que el intercambio es para compartir o agradecer la convivencia, sólo eso. No debe ser una práctica impuesta”, explica Magda Rodríguez, psicóloga certificada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

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Además de un intercambio de regalos, existen otras prácticas que también ayudan a que los colaboradores se mantengan motivados y con una actitud positiva ante la organización. Desde gotcha, clases de cocina, meditaciones de cierre de año, cuartos de escape hasta un brindis grupal. “Actividades de corta duración que aumentan la integración del talento en un 35%”, asegura Leal.

Si de la gama de opciones, la empresa decide organizar un intercambio de regalos, es oportuno que desde el principio se esclarezcan las reglas: un rango de precios, lista de regalos deseados, día de ejecución, hora o lugar.

Incluso, Erika Chafino, directora general de Grupo Human, destaca que el intercambio se puede ligar con otras actividades de la compañía, donde los trabajadores participen de manera activa, por ejemplo, una cena navideña o la organización de algún otro evento, donde ellos sean los protagonistas.

¿En qué situaciones un intercambio no es la mejor opción?

Si no hay un buen liderazgo

Si no hay un buen líder en la organización, por pequeña que sea, no funciona. Es contraproducente hacer un intercambio porque no habrá quién contenga a la gente: un líder que medié y que enaltezca el valor de la actividad.

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Si la comunicación entre compañeros está deteriorada

Cuando la comunicación está sumamente deteriorada en el centro de trabajo tampoco es oportuno hacer un intercambio, pues se pueden dar comentarios negativos sobre el regalo y sobre el compañero que lo dio. En casos extremos, algunos colaboradores no cumplen con el regalo o no respetan las reglas que se pusieron.

Si no hay una sensibilización previa

Ya sea a través del área de Recursos Humanos, de un consultor externo o de programas de bienestar, las organizaciones tienen un abanico de opciones para sensibilizar a su capital humano, motivarlo y hacerlo partícipe, por convicción propia, en acciones como esta. Si no hay un clima laboral favorable, la mecánica no será divertida ni funcional.

De acuerdo con el estudio, Una Navidad, varias realidades, realizado por Kantar, una agencia global de investigación de mercados, 39% de los mexicanos participa en un intercambio de regalos cuando éste se da entre amigos.

Lo que más obsequian es ropa, perfumes, chocolates o galletas, accesorios, vinos y licores, libros, y en última opción, efectivo o una tarjeta de regalo. No obstante, cuando se trata de centros de trabajo, las especialistas consultadas no recomiendan dar una tarjeta de este tipo, pues no hay una labor de búsqueda ni correspondencia con un ritual que favorezca la integración.

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