La llegada de la pandemia
Para el directivo, el COVID-19 no trajo una crisis financiera, sino humana. Llegó a esta conclusión porque la necesidad de todas las empresas fue –y continúa siendo- conectar con las personas para hacer que el negocio siga operando. El activo más valioso que tiene una organización es su gente.
“Hice una pausa para analizar cómo yo mismo podía tener un empoderamiento que me permitiera influenciar a otros y conectar de una manera distinta. Entender qué estaba pasando para tomar decisiones en secuencia, primero los trabajadores y luego los clientes”, menciona. Entre sus lecturas actuales y de cajón está Aquí no hay reglas, de Reed Hastings, CEO de Netflix.
Por otro lado comenzó a desafiar el status quo y encontró que la respuesta para enfrentar esta crisis está en las soluciones humanas. Cómo te puedo ayudar es la pregunta que guía la estrategia de la compañía. Eso les permitió saber qué beneficios concretos e incentivos necesitaban los trabajadores, así como trazar una ruta con la que compaginaran todos los stakehoders. Desde que comenzó la pandemia hasta la fecha, el engagement de la consultora mejoró 30 puntos.
Maxnuk ha aprendido -y promueve- que la base de una relación laboral sea la confianza y la humildad para reconocer la experiencia y las vivencias del otro. Allá afuera hay líderes, dice, que aún no confían en el trabajo remoto porque no creen que la gente esté trabajando.
“Soy partidario del growth mindset, es decir, que si a la gente la motivas y le demuestras que tiene la capacidad para crecer y hacer las cosas lo hace. Por eso el esfuerzo cuenta dos veces más que el talento”, asevera.
Al respecto, Sofía González, especialista en experiencia del empleado y directora de la fintech Creditas Work México, comenta que en la práctica para las empresas ha resultado difícil mantener la motivación de los empleados. “Si fuera sencillo todas las empresas lo estuvieran haciendo”, agrega.
La complejidad, puntualiza, está en la omnicanalidad. Y esto implica que en el proceso de aprendizaje hay un mix de tangibles e intangibles que deben ser coherentes entre sí. A las empresas no les sirve de nada si comunican que están a favor de la experiencia al empleado si en la práctica no tiene herramientas para el cambio, si el liderazgo no es congruente y siguen haciendo lo mismo.
“Los líderes están cargando con un estrés excesivo porque parte del reto para ellos ha sido asumir un rol paternalista, hasta cierto punto. Pero también deben capacitarse y asumirse como parte de los trabajadores que necesitan una experiencia al empleado, porque el liderazgo congruente es la clave para crear una fuerte cultura organizacional en tiempos de pandemia y teletrabajo”, advierte la especialista.
Hoy, Maxnuk está convencido que la nueva normalidad no es un destino sino una construcción. El éxito viene de un equipo diverso porque no se sabe qué va a pasar mañana, y cuanta más gente creativa y con diferentes perspectivas haya en el barco es mejor.