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André Maxnuk: una guía para líderes empáticos en tiempos de incertidumbre

El CEO de Mercer México tuvo que reorientar su propio conocimiento en capital humano para poder fomentar un liderazgo con nuevas habilidades blandas tras la pandemia.
lun 03 mayo 2021 05:00 AM
André Maxnuk
André Maxnuk ha ocupado diferentes posiciones en Mercer y, en 24 años de carrera interna, ha sido considerado para potenciar varias líneas de negocio en distintos países donde opera la compañía.

De los números a la comunicación empática. Así ha sido la vida profesional de André Maxnuk, quien creyó que siendo un actuario su carrera siempre estaría vinculada a las sumas, restas y prospecciones de negocios basadas en datos. Pero no fue así.

Cuando egresó de la Universidad de Río de Janeiro y del Instituto Brasileño de Actuaria, se postuló para entrar a Mercer, ya que la consultora era uno de los principales empleadores de actuarios en Brasil. En el primer proceso de reclutamiento, Maxnuk no fue seleccionado.

Al año siguiente, fue la consultora la que lo buscó, pero él ya trabajaba en una empresa local. Un año más tarde la empresa lo volvió a llamar y Maxnuk decidió aventurarse en este nuevo desafío que ha significado un camino de aprendizajes que inició hace 24 años.

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La primera posición que tuvo en Mercer Brasil sí fue como actuario, para hacer las evaluaciones actoriales de los planes de pensión privados en el país latino, con activos de 501 millones de dólares solo para el sistema privado de pensiones. Después fue enviado a São Paulo para liderar a un equipo de becarios.

“Yo era horrible. Una vez hice llorar a una persona al darle su retroalimentación. Ahí me di cuenta de la importancia que tiene la sensibilidad y la empatía humana”, dice el ahora CEO de Mercer México.

Esa experiencia fue un parteaguas. Comenzó a buscar capacitaciones que lo ayudaran a generar un impacto positivo en la gente y en la sociedad, sin dejar de diseñar planes estratégicos en aras de cuidar el negocio. También decidió estudiar un MBA en la Fundación Dom Cabral para mejorar sus tácticas de negociación.

Ser un líder más empático y mantenerse actualizado sobre control de riesgos, gestión eficiente de la salud y del talento, así como de previsión social e inversiones le abrió las puertas para liderar equipos en otros lugares como Estados Unidos. Hoy, es CEO de Mercer México y además funge como líder de la empresa para Latinoamérica, donde es responsable de apalancar las fortalezas globales y experiencia local de la compañía para desarrollar innovación y soluciones de valor agregado para las organizaciones en temas de carrera y salud de los empleados.

En México, Maxnuk maneja con el equipo de liderazgo local la expansión de Mercer en nuevos segmentos de clientes, industrias y regiones. Su misión es llevar la relación con los clientes locales en desarrollo organizacional y liderazgo, manejo de la fuerza laboral, wellness, reestructuras o fusiones y adquisiciones, entre otros.

A partir de su llegada a la dirección general en México, -hace cinco años- Mercer ha crecido a un ritmo de 14% anual, en contraste con el 7% que tenía antes de que asumiera el cargo. Este crecimiento se ha dado sobre todo en las áreas de innovación y nuevos productos. Y en los últimos dos años, la consultora se ha expandido en Monterrey, Guadalajara, Bajío y el área de la frontera Norte.

“He tenido muchas oportunidades de desarrollarme en mi carrera profesional al interior de la empresa, pero en todas ellas me he sentido satisfecho de saber que puedo hacer una diferencia. Las personas más felices producen de manera más próspera. La clave está en la capacidad de generar empatía, de conectar con propósito y de que los stakeholders compaginen con eso”, dice.

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La llegada de la pandemia


Para el directivo, el COVID-19 no trajo una crisis financiera, sino humana. Llegó a esta conclusión porque la necesidad de todas las empresas fue –y continúa siendo- conectar con las personas para hacer que el negocio siga operando. El activo más valioso que tiene una organización es su gente.

“Hice una pausa para analizar cómo yo mismo podía tener un empoderamiento que me permitiera influenciar a otros y conectar de una manera distinta. Entender qué estaba pasando para tomar decisiones en secuencia, primero los trabajadores y luego los clientes”, menciona. Entre sus lecturas actuales y de cajón está Aquí no hay reglas, de Reed Hastings, CEO de Netflix.

Por otro lado comenzó a desafiar el status quo y encontró que la respuesta para enfrentar esta crisis está en las soluciones humanas. Cómo te puedo ayudar es la pregunta que guía la estrategia de la compañía. Eso les permitió saber qué beneficios concretos e incentivos necesitaban los trabajadores, así como trazar una ruta con la que compaginaran todos los stakehoders. Desde que comenzó la pandemia hasta la fecha, el engagement de la consultora mejoró 30 puntos.

Maxnuk ha aprendido -y promueve- que la base de una relación laboral sea la confianza y la humildad para reconocer la experiencia y las vivencias del otro. Allá afuera hay líderes, dice, que aún no confían en el trabajo remoto porque no creen que la gente esté trabajando.

“Soy partidario del growth mindset, es decir, que si a la gente la motivas y le demuestras que tiene la capacidad para crecer y hacer las cosas lo hace. Por eso el esfuerzo cuenta dos veces más que el talento”, asevera.

Al respecto, Sofía González, especialista en experiencia del empleado y directora de la fintech Creditas Work México, comenta que en la práctica para las empresas ha resultado difícil mantener la motivación de los empleados. “Si fuera sencillo todas las empresas lo estuvieran haciendo”, agrega.

La complejidad, puntualiza, está en la omnicanalidad. Y esto implica que en el proceso de aprendizaje hay un mix de tangibles e intangibles que deben ser coherentes entre sí. A las empresas no les sirve de nada si comunican que están a favor de la experiencia al empleado si en la práctica no tiene herramientas para el cambio, si el liderazgo no es congruente y siguen haciendo lo mismo.

“Los líderes están cargando con un estrés excesivo porque parte del reto para ellos ha sido asumir un rol paternalista, hasta cierto punto. Pero también deben capacitarse y asumirse como parte de los trabajadores que necesitan una experiencia al empleado, porque el liderazgo congruente es la clave para crear una fuerte cultura organizacional en tiempos de pandemia y teletrabajo”, advierte la especialista.

Hoy, Maxnuk está convencido que la nueva normalidad no es un destino sino una construcción. El éxito viene de un equipo diverso porque no se sabe qué va a pasar mañana, y cuanta más gente creativa y con diferentes perspectivas haya en el barco es mejor.

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