El salario importa, pero a la hora de aceptar un trabajo o quedarse en él, empieza a perder parte de su valor. No es que el talento vaya a aceptar sueldos más bajos, pero quiere algo más. “En la pandemia, reflexionamos si nuestro trabajo tiene sentido, ‘para qué estoy 10 horas trabajando para quién sabe quién’. Y en esa reflexión decimos: quiero algo más, que mi trabajo signifique algo”, afirma Raquel Huidobro, directora de Práctica y líder de United Minds, la firma consultora de Weber Shandwick.
Las personas quieren una experiencia de vida y no solo un trabajo. “Y al buscar esa experiencia en la parte laboral, los componentes han cambiado”, apunta Elizabeth Paullada, directora de Page Personnel, división de la firma de head hunter PageGroup.
En las entrevistas, las personas se interesan, además de por el salario, por el balance de vida y la intención de crecer, sin importar a qué generación pertenecen. Y, a raíz de la pandemia, ganó espacio la conversación sobre la salud mental y cómo acompañan las empresas a sus equipos desde el trabajo flexible. La gran pregunta en las entrevistas es cómo es la modalidad de trabajo: los candidatos buscan modelos híbridos o totalmente en home office.