¿Dejar las redes sociales?
En un contexto en el que gran parte de nuestra vida sucede en el ámbito digital, desinstalar las redes sociales de nuestro smartphone parece complicado. “Tenemos acceso a figuras que antes nunca hubiéramos podido ni conocer. Hoy se llaman ‘seguidores’, hasta hace poco eran ‘televidentes’… La diferencia es que podemos lograr un networking mucho más cercano y escalarlo rápidamente”, señala Escalante sobre las ventajas de estas plataformas.
Ramos aconseja evaluar cómo nos sentimos cuando entramos a una red y no hacerlo en momentos de cansancio o estrés para no caer en la comparación social y recordar que, principalmente, vemos posteos de celebración porque las personas no suelen publicar lo negativo.
Estos son algunos consejos:
Elige qué y cuándo consumes: Las redes sociales pueden ser una plataforma de educación y también de aprendizaje, en las que además se puede conectar con gente a nivel profesional y autopromocionarse.
Deja de contar seguidores: No necesariamente la persona que más tiene es la más exitosa. Lo importante es generar contactos sólidos y duraderos con personas que te aconsejen o sean tus mentores.
Crea contenido, no solo consumas: “Yo recomendaría que publiquen preguntándose qué les gustaría consumir. Puedes empezar comentando otros contenidos y después, crear el propio”, dice Ramos.
Dedícale tiempo: Las redes no son solo un escaparate, están llenas de cursos y tips. Escalante recomienda dedicar tiempo al crecimiento profesional, pues implica capacitación. “Debes tener un presupuesto del tiempo que vas a dedicar para acrecentar tu marca a través de redes sociales”, dice.
A tu favor: En casos de estrés, las redes laborales pueden ayudarte a desarrollar hábitos que te lleven a organizar tus ideas. “Yo hice una rutina: los sábados por la mañana preparo mi café y escribo (el contenido de redes). Escribo el fin de semana y lo programo porque me ha resultado esta nueva función”, comparte Ramos.
¿Qué es el éxito? Las entrevistadas enfatizan en relativizar el papel que juega lo laboral en la idea del éxito. “Las nuevas generaciones ya no consideran el poder jerárquico como un elemento trascendente, sino el propósito de vida. Está cambiando la conceptualización de lo que es el éxito laboral”, asegura Escalante.