En este escenario, los profesionales especializados en configuración y mantenimiento de robots, tanto industriales como colaborativos (“cobots”), serán fundamentales en sectores como manufactura avanzada, logística y atención médica. “Las herramientas tecnológicas ya no son solo un apoyo, sino una pieza central en la operación de las empresas”, enfatizó.
El avance de la computación cuántica también promete revolucionar la toma de decisiones complejas en sectores como la ciberseguridad y la farmacéutica. Otto Granados Franco, rector de la Universidad Politécnica de Aguascalientes, señaló que la demanda de los especialistas en inteligencia artificial va a crecer un 25% anual en la esfera global.
Este tipo de tecnología permitirá realizar simulaciones avanzadas y resolver problemas que antes eran inaccesibles; saber cómo sacarle provecho será necesario para ocupar puestos que hoy no existen y que transformarán radicalmente las estrategias empresariales.
Por otro lado, el uso de herramientas como CRISPR (una tecnología de edición genética) abrirá oportunidades en la medicina personalizada y la seguridad alimentaria. Esta área requerirá no solo a investigadores, sino también a profesionales capacitados en software para análisis genómico.
Los ciberataques han incrementado la necesidad de expertos en seguridad digital y seguirán estando en demanda. Según datos de la Asociación Mexicana de Internet, se espera un aumento del 40% en la inversión en ciberseguridad en los próximos años.
Otra arista es la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (VR), que están ganando relevancia en sectores como la educación, el entretenimiento y el retail. Maeda señaló que las empresas buscan profesionales capaces de diseñar entornos inmersivos para mejorar la experiencia del cliente y la capacitación de empleados, así que trazar soluciones de realidad extendida será una de las competencias más valoradas en el mercado.
Y con el aumento de la regulación ambiental, la adaptación a la transición verde se ha vuelto una prioridad para las compañías. Otto Granados mencionó que el desarrollo de tecnologías limpias y la optimización de recursos requerirá ingenieros especializados en energías renovables y redes inteligentes. “El mercado laboral está demandando habilidades que ayuden a las empresas a reducir su huella de carbono”, señaló.
Sobre las habilidades “del futuro”, Fernando Maeda dijo que no es posible definir una habilidad específica por industria, ya que cada sector tiene sus propias necesidades. Sin embargo, aseguró que es esencial contar con una base sólida en conocimientos como programación, desarrollo de algoritmos y análisis de datos. “Con estas bases, los profesionales pueden realizar un upskilling y personalizar sus competencias según las demandas del sector”, puntualizó.
Por su parte, Otto Granados añadió que las habilidades transversales, como la inteligencia artificial, la robotización y la gestión de datos son indispensables para competir en el mercado. Lo mismo que las habilidades blandas, como el pensamiento crítico, la creatividad y la adaptación al cambio, que son muy relevantes y no suelen enseñarlas en el aula.
También habló sobre la importancia de obtener certificaciones que complementen los conocimientos adquiridos. “La educación debe evolucionar hacia modelos más híbridos y personalizables, donde los estudiantes adquieran competencias a través de proyectos reales”, mencionó.
El aprendizaje continuo y el reto profesional
A pesar de estas áreas de oportunidad, México enfrenta desafíos en formación tecnológica. “Las mujeres están subrepresentadas en carreras STEM, constituyendo apenas el 35% del alumnado”, indicó Navarro. “Además, menos del 22% de los empleos en inteligencia artificial son ocupados por mujeres”.
En cuanto a la formación de talento técnico especializado, el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), refirió que actualmente hay 170,000 personas matriculadas en carreras técnicas, una cifra que, si bien parece importante, representa solo el 35% de la matrícula de educación media superior.
Para Karla Navarro la falta de interés en las carreras técnicas limita las oportunidades de los jóvenes en sectores en crecimiento como tecnología, manufactura, y automatización. “Es nuestra responsabilidad como empresas y universidades identificar las tendencias del mercado laboral para guiar a los estudiantes hacia carreras técnicas con mayor proyección”.
Ante esta baja preferencia, Otto Granados afirmó que es necesario “motivar a más jóvenes desde la educación media superior a considerar carreras técnicas, ya que estas áreas serán el futuro del empleo tecnológico en México”. El reto no es menor: México tendría que incrementar la matrícula en estas áreas para cubrir las crecientes demandas de sectores como la automatización, ciberseguridad y energías renovables.
Granados también enfatizó que el aprendizaje continuo será fundamental para cerrar estas brechas. “El modelo de ‘aprendizaje a lo largo de la vida’ implica que las personas deben adquirir nuevas habilidades durante toda su carrera profesional, mediante certificaciones y formación especializada”, señaló.
Esta necesidad de adaptación no solo afecta a los estudiantes, sino también a los profesionales que ya están activos en el mercado laboral. Aquellos que busquen mantenerse competitivos deberán adquirir habilidades tecnológicas en áreas emergentes. Cursos en línea, certificaciones y formación especializada son estrategias para que estos profesionales puedan ocupar puestos que aún no existen.