Enrique Téllez Kuenzler tenía 26 años cuando decidió estudiar en Harvard, pero antes de trasladarse a Boston para comenzar su maestría recibió una oferta que transformó su manera de ver los negocios.
Su jefe en McKinsey le ofreció trabajar con los empresarios Antonio Madero, presidente de San Luis Corporación, y Alfredo Elías Ayub, actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para crear una fundación.
La idea era conseguir que todo mexicano que aplicara y fuera aceptado en alguno de los programas de maestría, doctorado e investigación de la Universidad de Harvard , no dejara pasar la oportunidad por falta de dinero.
En 1989, Téllez trabajó con los empresarios para establecer los lineamientos en los que hoy se basa la Fundación México en Harvard.
Después se fue a estudiar a Boston, donde vivió de cerca el apoyo que la fundación le otorgó a uno de sus compañeros. Tiempo después, Antonio Madero volvió a buscarlo para participar en el consejo de la organización.
"Acepté enseguida", dice Téllez, quien además fundó Del Parque Desarrolladora.
Hoy, 20 años después del nacimiento de la fundación, Enrique dedica 20% de su tiempo semanal a actividades filantrópicas.
"La clave es apoyar causas que realmente te apasionen", dice, "que van más allá de temas como pobreza o el cuidado del ambiente y, sobre todo, de simplemente firmar un cheque".
Se trata, señala, de involucrarse con una causa y trabajar para hacerla realidad. Así, el CEO y su equipo consiguieron que la fundación tenga un patrimonio de más de 12 millones de dólares (mdd).
Téllez, además de ser el presidente de Fundación México en Harvard, es consejero activo de dos organizaciones más: Filantrofilia (una asociación civil dedicada a evaluar las prácticas de instituciones sin fines de lucro) y del Museo de Arte Moderno.
"Estoy convencido de que alguien realmente exitoso puede encontrar la fórmula para manejar e incluir en su agenda estos temas tan apasionantes".