Un reciente estudio, único en su tipo, sugiere que la vulnerabilidad financiera en personas de la tercera edad podría ser tomada en cuenta como un signo para diagnosticar de manera oportuna Alzheimer, demencia y otras enfermedades mentales.
¿Caer en estafas financieras es síntoma temprano de Alzheimer?
Durante la investigación publicada en la revista especializada Cerebral Cortex, se analizaron los datos de resonancia magnética de 97 participantes aparentemente sanos, y luego se evaluó su correlación con datos sobre su vulnerabilidad financiera.
Lee:
Para ello, los científicos se centraron en la corteza entorinal, una región que actúa como estación de relevo entre el hipocampo (el centro de aprendizaje y memoria del cerebro) y la corteza prefrontal medial , que regula la emoción, la motivación y otras funciones cognitivas.
A menudo es la primera región que muestra cambios en la enfermedad de Alzheimer, y normalmente se vuelve más delgada a medida que avanza la enfermedad.
Por otro lado, los investigadores utilizaron una herramienta estándar llamada Escala de Vulnerabilidad Percibida a la Explotación Financiera (PFVS, por sus siglas en inglés) para evaluar la conciencia financiera de los participantes y su susceptibilidad a malas decisiones financieras, lo que denominan "vulnerabilidad a la explotación financiera" o FEV por sus siglas en inglés.
La investigación, liderada por Duke Han, profesor de psicología y medicina familiar en el USC Dornsife College of Letters, Arts and Sciences, concluyó que las personas más vulnerables a estafas financieras presentaban un córtex entorrinal más delgado.
Investigaciones anteriores han vinculado el VEF con el deterioro cognitivo leve, la demencia y ciertos cambios moleculares cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer. Y este nuevo estudio sugiere que se podría integrar como una nueva herramienta clínica para detectar estos cambios, de manera más oportuna.
No obstante, recalcaron que, por sí solo, no es un indicador definitivo de la enfermedad de Alzheimer. Además, se necesitan más estudios a largo plazo y con poblaciones más diversas para establecer las relaciones completas entre la patología de la enfermedad de Alzheimer y la vulnerabilidad financiera, entre otros cambios conductuales.