Embolia arterial
Una embolia es un coágulo de sangre (émbolo) que proviene de otra parte del cuerpo y provoca una interrupción repentina del flujo sanguíneo a un órgano o parte del cuerpo. El émbolo también puede ser un trozo de placa que se desplaza hasta otro sitio del cuerpo, a este suceso se le conoce como embolia.
Una embolia arterial puede ser causada por uno o más coágulos, que pueden quedarse atascados en una arteria y bloquear el flujo sanguíneo. Esto provoca que los tejidos no tengan sangre ni oxígeno, lo que le puede provocar la muerte (necrosis).
Suelen aparecer en las piernas y pies, en el caso de suceder en el cerebro provocan un accidente cerebrovascular, y si ocurre en el corazón, ocasiona un paro cardiaco.
Entre los factores de riesgo de embolia arterial son:
- Ritmos cardíacos anormales como la fibrilación auricular;
- Lesión o daño en la pared de una arteria;
- Afecciones que aumentan la coagulación sanguínea;
- Estenosis mitral (cuando la válvula mitral se estrecha o bloquea);
- Endocarditis (infección del interior del corazón).
Los síntomas pueden comenzar rápida o lentamente dependiendo del tamaño del émbolo y de cuánto bloquee el flujo sanguíneo. En general puede presentarse dolor en la parte afectada y disminución temporal de la función del órgano.
Estenosis aórtica
Es una anomalía valvular que genera la obstrucción de salida del flujo sanguíneo desde el ventrículo izquierdo hacia la aorta. Esto quiere decir que la válvula aórtica no se abre completamente y dificulta el avance de la sangre.
Puede presentarse de nacimiento (congénita) o desarrollarse en etapas posteriores de la vida. En el caso de la congénita, su causa radica entre las primeras 8 semanas de desarrollo fetal. En contraste, con la estenosis aórtica adquirida, suele presentarse después de una infección por estreptococos que avanza hasta llegar a una fiebre reumática.
Esta enfermedad puede ser preocupante ya que existe un riesgo más alto de aneurisma o disección de la aorta, o desarrollar una infección en el revestimiento del corazón, conocida como endocarditis bacteriana.
De manera general, es posible que las arterias coronarias no reciban la suficiente cantidad de sangre para cumplir con las exigencias del corazón.
Los síntomas pueden parecerse a otros padecimientos cardiacos, por lo que es vital recurrir al médico para obtener un correcto diagnóstico. Estos son los más comunes:
- Fatiga;
- Mareos al realizar un esfuerzo;
- Dificultad para respirar;
- Latidos irregulares o palpitaciones;
- Dolor de pecho.
Factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares
Existen varios factores de riesgo que pueden ser controlables, como el tabaquismo, la presión arterial elevada, el colesterol alto en la sangre y la diabetes.
En el caso de la diabetes, cabe resaltar que después de las enfermedades del corazón, es la segunda causa de muerte en México, según el Inegi.
El estrés y la obesidad también contribuyen a padecer problemas del corazón.
¿Cómo prevenir las enfermedades del corazón?
El IMSS comparte que los cambios en el estilo de vida pueden prevenir o tratar una enfermedad cardiovascular. Algunos consejos son:
- Dejar de fumar;
- Tener una alimentación saludable;
- En caso de consumir bebidas alcohólicas, realizarlo con moderación;
- Hacer ejercicio;
- Mantener un peso saludable:
- Aprender a controlar el estrés, así como lidiar con los problemas que afectan a la salud emocional y física.
En caso de presentar alguno de los síntomas o signos, es importante recurrir al médico para realizar un diagnóstico.