Efectos del calor extremo en el cuerpo humano
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el incremento sostenido de la temperatura genera condiciones que facilitan padecimientos como golpe de calor, calambres, insolación y lesiones térmicas asociadas al ejercicio. Las personas también pueden presentar náuseas, piel caliente, dolor de cabeza, letargo, pérdida de la conciencia y pulso acelerado.
El golpe de calor se produce cuando la temperatura corporal sobrepasa los 40°C y el cuerpo pierde la capacidad de regularse. Este padecimiento afecta especialmente a niños menores de 6 años, adultos mayores de 65, personas con obesidad o enfermedades cardiacas.
La UNICEF señala que 559 millones de niños están expuestos a un incremento en las olas de calor y proyecta que para 2050 esta cifra subirá a 2,020 millones. La regulación térmica en la infancia es menor, por lo que las complicaciones pueden presentarse con mayor rapidez y severidad.
Enfermedades durante la canícula
El calor y la humedad también generan condiciones propicias para la aparición de enfermedades diarreicas agudas. La Secretaría de Salud explica que estas infecciones aumentan en temporadas de lluvias y calor por el riesgo de contaminación de alimentos y agua.
Los síntomas incluyen evacuaciones líquidas frecuentes, fiebre persistente, vómito, sed intensa y evacuaciones con sangre. El IMSS indica que los grupos vulnerables son niños menores de cinco años, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Las complicaciones principales son deshidratación y desnutrición.
La atención inmediata puede evitar consecuencias graves. El IMSS recomienda acudir a una unidad médica si los signos persisten y evitar automedicarse. También sugiere reforzar medidas de higiene como lavado de manos, desinfección de alimentos y consumo de agua embotellada o hervida.
Recomendaciones para protegerte esta temporada
Para reducir los riesgos asociados al calor extremo, la Secretaría de Salud recomienda no exponerse al sol entre las 11:00 y 16:00 horas, vestir ropa ligera y de colores claros, usar sombrillas o sombreros y mantenerse en lugares ventilados.
También es importante aumentar el consumo de agua, al menos dos litros al día, y evitar la actividad física en horas de mayor calor. En cuanto a la alimentación, se deben evitar alimentos en mal estado, lavar frutas y verduras, y refrigerar todo lo que pueda descomponerse rápidamente.
La Secretaría de Salud enfatiza que una buena higiene en la preparación de alimentos es fundamental. No se recomienda consumir comida callejera sin condiciones sanitarias adecuadas ni ingerir productos caducados.