Lee Jung-Su, de Corea del Sur, confirmó su reputación como el mejor patinador de velocidad en pista corta en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010 con su segunda medalla de oro en la noche del sábado, mientras que el estadounidense Apolo Anton Ohno arrebató un lugar en los libros de historia con un bronce de última vuelta.
Lee Jung-Su complementó su victoria en los 1,500 m en un tiempo récord olímpico de un minuto 23,747 segundos, con la de su compatriota Lee Ho-Suk quien ganó la plata en 1:23.801 para ganar algo de consuelo después de haber sido descalificado por provocar un accidente en el última vuelta de la carrera más larga.
Apolo Anton Ohno (1:24.128) negó al anfitrión Canadá una medalla, cuando subió el pasado récord mundial poseído por Charles Hamelin (1:24.329) en la vuelta final para convertirse en el estadounidense más condecorado de los deportistas estadounidenses de juegos de invierno con un récord de siete medallas.