La cantera del Barcelona, presente en el Mundial con Messi y Giovani

La cantera del Barcelona, mejor conocida como La Masía, los unió por varios años y ahora la historia los pone frente a frente.
El argentino Lionel Messi y el mexicano Giovani dos Santos. Los dos son jóvenes, talentosos y prometedores. Cada uno está forjando una trayectoria diferente. El argentino es el emblema de la cantera blaugrana, y el mexicano, salió buscando ser titular en otro equipo.
Messi pasó de generar dudas sobre su desempeño con la albiceleste a convertirse en la esperanza de su país. Y, gracias a su calidad, está en camino de convertirse en el jugador del torneo.
El rosarino no ha marcado ningún gol hasta el momento, pero casi todos los goles de Argentina han pasado por él, auténticos generadores de futbol ofensivo, clave en la apuesta atacante de Diego Armando Maradona.
Tampoco ha logrado ningún gol Giovani, pero sus incorporaciones por la banda iluminaron el juego del México de Javier Aguirre, clasificado para octavos gracias a una histórica victoria contra Francia en la que el ahora jugador del Galatasaray tuvo mucho que ver.
Messi es el hijo predilecto de Maradona, quizá porque se ve reflejado en él. No para de hacer comparaciones entre el Messi actual y el Maradona que condujo a Argentina a su segundo Mundial en 1986.
El mexicano forma parte de los preferidos de Aguirre, indiscutible en las alienaciones del Vasco.
Messi es un producto cien por ciento de la Masía. Llegó con 14 años, fruto de la casualidad, de la obligación de recibir un tratamiento médico que le llevó a Lleida (la ciudad donde el Barcelona canaliza a los juveniles), y de ahí, sólo hay un paso para la grandeza azulgrana.
En la escuela amoldó su talento argentino al particular estilo de juego del Barça: mucho toque, futbol construido a partir del balón, ataque, el ideario que introdujo en el ADN del club Johan Cruyff en los años 80.
Su personalidad introvertida, su carácter reservado, se adaptaron como un guante a una filosofía que persigue construir grupo por encima de las individualidades y Messi fue uno de los principales exponentes de una generación de futbolistas que lo han ganado todo con la zamarra blaugrana.
Creció tanto como futbolista que el año pasado, fue elegido mejor futbolista del mundo, ganó el Balón de Oro y llegó al Mundial dispuesto a tomar las riendas de Argentina.
Dos años más joven es Giovani,con tan sólo 21 años de edad, no soportó la competitividad de la cantera barcelonista, tener que medirse con otros jóvenes, no gozar de las ventajas de ser un niño prodigio.
Con Franck Rijkaard llegó al primer equipo y disputó sus primeros minutos entre los mejores. Pero no tuvo paciencia, pidió más y con la llegada de Josep Guardiola se vio sin hueco en un equipo que lo ganaba todo.
Giovani dio muestras de querer ser una estrella demasiado pronto, un perfil que no cuadraba en el formalismo barcelonista. Así que fue invitado a dejar el club, e inició un periplo por distintas entidades en las que ha pasado con más pena que gloria.
El Tottenham Hotspurs inglés fue su primer destino, luego el Ipswich Town, también inglés, antes de regresar a los Spurs. Le costó ganarse un lugar en la liga inglesa y en enero pasado vio como Rijkaard acudía a su rescate y le convertía en la piedra angular del Galatasaray que está formando.
Giovani espera que el Mundial de Sudáfrica sea su trampolín definitivo hacia el estrellato que persigue. Una victoria contra Argentina sería un espaldarazo enorme.
Messi es ya una estrella pero Sudáfrica puede catapultarle a lo más alto de la historia.