Algunos partidos quedan en la historia del deporte por su larga duración

Uno apenas se alcanza a imaginar lo que sintieron los deportistas cuando se despertaron a la mañana siguiente.
El set final del épico partido entre el estadounidense John Isner y el francés Nicolas Mahut en Wimbledon –que terminó 70 a 68 en el quinto set-, ha roto todos récords del tenis. Ese set solo es más largo que cualquier otro partido entero en la historia de Wimbledon.
Pero Isner y Mahut tendrán que hacer algo más para igualar las 10 batallas épicas deportivas de CNN. Después de todo no jugaron con las manos fracturadas…
Boxeo: Andy Bowen vs. Jack Burke (1893)
Algunos se pueden oponer a la brutalidad del boxeo en estos días, pero en el siglo XIX ese deporte era una feroz prueba de resistencia, pues los límites de los rounds estaban eliminados. La naturaleza tomaba su curso y el débil eventualmente sucumbía.
Pero cuando Andy Bowen y Jack Burke fueron al ring en el Club Olímpico de Nueva York en 1893, ambos sufrieron 110 rounds de pugilismo brutal.
Al final de la pelea, Burke se había roto todos los huesos de sus dos manos. Las muñecas estaban rotas también. Al final, el réferi declaró empate, diciéndole al público que los hombres podían dividirse el premio porque "se habían ganado el dinero”.
Sin embargo, no todos estaban felices. “Había miles de personas ahí, muchos de ellos hombres con trabajo”, escribió el reportero de boxeo del New York Times. “Y casi era la hora para su desayuno. Había sujetos dormidos en sus asientos y el disgusto fue general”.
Futbol: KK Palace vs. FC Civics Windhoek (2005)
A la liga de futbol de Namibia no se le conoce por producir buenos momentos que tengan impacto alrededor del mundo, pero eso cambió después de un empate en la Copa Namibiana, en 2005.
Cuando los campeones defensores FC Civics Windhoek enfrentaron a KK Palace, el encuentro terminó en empate 2-2. Había que definir el partido con penales.
Aunque la ronda de penales fue diseñada como una forma rápida –y dolorosa- de decidir un empate, les tomó 49 disparos para que hubiera un ganador.
“Los penaltis seguían y seguían y seguían y seguían”, recuerda Titus Kunamuene, el líder de las competencias en la Asociación de Futbol de Namibia, que estaba en el partido. “Civics tenían al arquero de la selección, y KK Palace estaba en segunda división, así que no tenía nada que perder”.
Al final, el débil prevaleció: KK Palace logró hacer un 17-16. ¿Pensó Kunamuene que estaba presenciando un pequeño pedazo de la historia del futbol?
“No pensamos que fuera un récord pero sí estoy muy orgulloso”, dijo a CNN. “Pero, en realidad, al final del juego todo el mundo sintió más alivio que cualquier otra cosa”.
Béisbol: Pawtucket Red Sox vs. Rochester Red Wings (1981)
A las 04:00 horas, solo quedaban 19 hinchas congelados viendo el partido entre los Red Sox de Pawtucket y los Red Wings de Rochester en el estadio McCoy.
El juego de béisbol profesional más largo empezó con un público de 1,740 en un frío sábado de abril 18, 1981. Estaba haciendo tanto frío, por cierto, que los jugadores en las casetas usaron pedazos de bates para prender pequeñas fogatas y así mantenerse calientes.
Adelantándonos a la mañana siguiente –de pascua-, después de que 882 pitches hubieran sido lanzados, el presidente de la liga, Harold Cooper, finalmente decidió acabarlo después de 32 entradas, determinando un empate de 2 carreras.
Puede que no hayan visto un ganador, pero los 19 hinchas que se quedaron, al menos vieron cómo se hacía historia.
Cricket: Inglaterra vs. Sudáfrica (1939)
Si pensabas que una competencia de cinco días es muy larga, piénsalo dos veces. Y si pensabas que una maratón es la prueba de resistencia más extrema, sí, piensa de nuevo. Y de nuevo.
El tiempo interminable existió alguna vez, y la última vez –Inglaterra contra Sudáfrica en Durban, 1939- resultó siendo el partido de cricket más largo de la historia.
Para algunos, este juego se volvió una experiencia tediosa, pues un fanático impaciente le dijo a un periódico inglés en el día cinco: “Señor, no importa qué tan importante sea el partido, este tipo de bateo no puede ser llamado de ninguna manera cricket. Es escasamente una cura para el insomnio”.
Duró nueve días, terminando en un empate aburrido, pues Inglaterra tenía que tomar el barco de vuelta a casa.
Ajedrez: Anatoly Karpov vs. Garry Kasparov (1984)
Cuando el campeón mundial reinante -Anatoly Karpov- se sentó en el Campeonato Mundial de Ajedrez en 1984 para jugar contra el joven y desenvuelto Garry Kasparov, fue mucho más que un simple juego de ajedrez.
Para muchos, esa partida épica de la Guerra Fría definía la lucha entre los reformistas y los conservadores en el corazón de la Unión Soviética; el régimen representado por Karpov, y los reformistas por el joven de Baku.
Antes de saber es que esa partida duraría seis meses, Karpov rápidamente tomó ventaja de 3-0, pero Kasparov decidió un enfoque distinto: destrozar a su oponente.
Kasparov logró 40 empates en un intento de cansar a su rival hasta que la partida fue abandonada en 5-3.
Squash: Jahangir Khan vs. Gamal Awad (1983)
Cuando el seis veces campeón mundial de squash, Jahangir Khan, se enfrentó a Gamal Awad –alias el Saltamontes- en la final del Festival de Chichester en 1983 en Inglaterra, todos anticipaban un encuentro épico. Lo que no sabían es que los dos reyes del squash jugarían por 166 minutos, el partido más largo de la historia de ese deporte.
Khan eventualmente superaría al acrobático Awad con uno de sus mejores juegos, ganando 9-10, 9-5, 9-7, 9-2.
El partido fue parte de la racha ganadora más larga del squash entre 1981 y 1986: Khan ganó 555 partidos consecutivos. La revista Time lo nombró como uno de los héroes de Asia en 60 años, concluyendo: “Si ganar lo es todo, entonces Khan es el más grande. Punto”.
Lucha: Alfred Asikainen vs. Martin Klein (1912)
Las más épicas batallas deportivas suelen tener contextos políticos, lo que ocurrió cuando el luchador de Estonia Martin Klein (que decidió representar a Rusia), se enfrentó al finés Alfred Asikainen en los olímpicos de Estocolmo de 1912.
Aunque Rusia tenía dominio sobre Finlandia, a los finlandeses les fue permitido representar su bandera, para el disgusto de los rusos.
Así que cuando los luchadores se encontraron en las semifinales, ninguno quería defraudar a su respectiva patria. Su duelo de 11 horas y 40 minutos era casi inevitable. Al final, el ruso ganó.
Pero fue una victoria pírrica: Kelin estaba tan exhausto que ni siquiera pudo luchar en la final al día siguiente, dándole automáticamente la medalla de oro al luchador finés. Asikainen, por otro lado, volvió a casa como un héroe nacional.
Tenis de mesa: Alex Ehrlich vs. Paneth Farcas (1936)
La leyenda del tenis de mesa, el polaco Alex Ehrlich y su contraparte romano Paneth Farcas, jugaron el que podría decirse es el punto más asombroso de cualquier deporte con raqueta: el juego inaugural del campeonato mundial duró dos horas y doce minutos, con la bola habiendo cruzado la red 12 mil veces.
Debido a que ambos jugadores se rehusaban firmemente a que hubiera un ganador, la Federación Internacional de Tenis de Mesa sostuvo una reunión de emergencia mientras se jugaba el punto.
Volvieron al juego para encontrar que Ehrlich había empezado una partida de ajedrez con su entrenador mientras aún se jugaba el punto.
El polaco ganó el punto, pero el partido fue abandonado después de que el árbitro se lesionara el cuello. “Pero tengo torre por caballo, y una posición ganadora”, respondió graciosamente Ehrlich.
Hockey sobre hielo: Detroit vs. Montreal Maroons (1936)
Desafortunadamente, los Maroons de Montreal no están más con nosotros, pero dejaron una marca indeleble en los récords de la NHL: fueron parte del tiempo extra más largo de la historia del hockey.
Habiendo jugado tres periodos sin anotar, el juego se fue a tiempo extra. Y se fue, y se fue, y se fue.
Para el momento en que Mud Bruneteau anotó al gol de la victoria, se habían jugado 116 minutos y 30 segundos del tiempo extra, casi como tres partidos enteros.
El gol no fue un clásico: tal era el cansancio de los jugadores, que el disco pasó sobre la línea, cojeando mansamente.
Golf: Cary Middlecoff vs. Lloyd Mangrum (1949)
Cuando Cary Middlecoff y Lloyd Mr Icicle Mangrum terminaron con la misma cantidad de golpes en el Motor City Open, las reglas eran claras: una ronda de eliminación directa debía ser jugada.
Pero pocos hubieran podido predecir lo que pasó a continuación.
Los dos golfistas no se pudieron distanciar, dividiendo cada hoyo en los primeros nueve. Para el momento en que habían empatado a 11, las autoridades habían tenido suficiente. El torneo fue interrumpido y ambos fueron declarados victoriosos.