Aunque confesó en conferencia de prensa que no es un corredor profesional, asegura que siempre le ha gustado ejercitarse de esa manera, incluso desde que era pequeño iba corriendo al colegio.
Peña confesó que se decía a sí mismo mientras corría que sería él quien aburriría a la mina, que no se dejaría vencer por las difíciles condiciones bajo las que se encontraba.
"Yo estaba demostrando que no estaba resignado, le demostraba a Dios que correr era salvarme, que viera que en verdad quería vivir", dijo Peña.
En la mina, a unos 700 metros bajo tierra, a más de 30 grados centígrados y en completa penumbra, Edison Peña buscó la manera de armarse de equipo para poder correr. No quiso darse por vencido, a pesar de la incertidumbre sobre su rescate.
"Es un sueño, primero haber podido ver la luz y ahora estar aquí. Pasé por mucho, pero por eso estoy aquí", aseguró.
Peña se caracterizó por correr por los túneles de la mina mientras los trabajadores esperaban a ser rescatados. Además, su afición por Elvis Presley llamó la atención de los medios.
Mientras se encontraba atrapado en la mina, pidió un iPod para poder escuchar a su ídolo. Edison recuerda que llegó a pensar que no disfrutaría de su música en la superficie. Ahora que está afuera, incluso cantó ante periodistas un fragmento de una melodía de Elvis.
Ahora ha recibido una invitación para visitar Graceland, durante la celebración del cumpleaños de Elvis, en Memphis, Tennessee. El minero de 34 años tendrá un tour privado por la mansión y la tumba del músico estadounidense y también viajará a Las Vegas para ver un espectáculo del Cirque du Soleil con la música de Presley.
Al final de la conferencia de prensa, Peña recibió un par de relojes de la organización del maratón de Nueva York como regalo.