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Las luces y sombras que envuelven a Margarito, 'el tornado de Tijuana'

El boxeador mexicoamericano se juega más que la vacante de un campeón superwelter del CMB en la pelea contra Pacquiao: su credibilidad
sáb 13 noviembre 2010 12:15 PM
Antonio Margarito
Margarito Antonio Margarito

El boxeador mexicano Antonio Margarito esconde las penas de su vida debajo de los guantes que se calza para subir al ring y pelear. En ellos están los años de pobreza que hicieron que incursionara al pugilismo profesional, una suspensión de un año luego de que autoridades encontraron una sustancia prohibida en sus vendajes, y el recuerdo de su hermano asesinado en la ciudad fronteriza de Tijuana.

Cuando Antonio no cubre sus manos con los guantes, parece un muchacho de universidad con sus lentes de aumento, pero apenas sus puños tienen el cuero especial, su identidad se transforma de tal modo que hasta se ganó el sobrenombre de el Tornado de Tijuana, por el enorme poder que tiene en su pegada y con el que ha noqueado a 27 rivales de las 38 victorias que acumula en su carrera.

Antonio se siente 100 por ciento mexicano a pesar de que nació el 18 de marzo de 1978 en Torrance, California. Cuenta que su madre cruzó la frontera para que naciera en Estados Unidos, sin embargo, desde su primera semana de vida ha radicado en las duras calles de Tijuana, las que le obligaron desde muy joven a ser boxeador.

Su padre lo llevaba junto a su hermano Manuel al box y, desde ese momento, quiso ser como su ídolo Julio César Chávez. Apenas tuvo 20 peleas en el ámbito amateur, cuando sus necesidades económicas lo lanzaron a abrazar el profesionalismo y dejar la escuela a los 16 años. Manuel siempre estuvo a su lado en ese camino que inició con cinco victorias de seis pelas que tuvo en 1994.

Sus números como peleador son apabullantes. En siete años acumuló 24 victorias y tres derrotas con 15 nocauts. Todo iba a la perfección en la vida de Antonio hasta que el 29 de marzo de 2001, cuando estaba a menos de 24 horas de enfrentar a Robert West, en Forth Worth, recibió la noticia de que Manuel había sido asesinado sin nunca conocer motivos ni responsables.

Con el mundo cayéndole encima, el menor de los hermanos guardó su dolor y completó el trámite con West al derrotarlo con un nocaut devastador cuando apenas habían transcurrido 2:19 minutos del primer asalto.

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La dicha de Antonio estaría empañada por la muerte de Manuel a partir de ese momento y cada vez que sube al ring sus batallas tienen una dedicatoria. En cada uno de sus golpes va también el dolor de la pérdida de su hermano.

Margarito alcanzó la cima del boxeo un año después con la corona de los pesos welter del Consejo Mundial de Boxeo al noquear a Antonio Díaz en su segunda presentación en Las Vegas y su segundo intento por un cinturón de campeón mundial. A partir de ahí, vino el sube y baja de su carrera que estuvo a punto de terminar en 2009.

Sin Manuel como un apoyo, hizo siete defensas exitosas de su corona hasta que la perdió a manos del estadounidense Paul Williams en julio de 2007. El carrusel del boxeo lo llevó a quedarse el modesto cinturón Intercontinental welter del CMB antes de mostrarse como un tornado con nuevas batallas de carteles estelares.

Le arrancó con nocauts los cetros welter de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) a los puertorriqueños Kermit Cintron y Miguel Cotto en 2008, con lo que otra vez estaba en lo más alto del carrusel, pero el caprichoso futuro le depararía el momento más complicado al año siguiente.

Margarito había recuperado su estatus con las coronas ganadas y expuso su cetro de la AMB ante el estadounidense Shane Mosley, quien no sólo lo derrotó en nueve asaltos, sino que de su equipo salió una protesta por los vendajes que uso el mexicano que terminó con una suspensión de un año para pelear en Estados Unidos, al encontrarse residuos de azufre y calcio en la protección que se transforma en yeso de París.

Toda la luz que acompañaba a Antonio se apagó de un momento a otro con la suspensión y el descrédito que llevó a los aficionados puertorriqueños a cuestionar sus victorias sobre Cotto y Cintrón.

Margarito pasó de haber sido estelar en los carteles en Las Vegas a un modesto regreso en la plaza de Toros de Aguascalientes en mayo de 2010 ante Roberto García antes de que surgiera la oportunidad de enfrentar a Manny Pacquiao por el cetro vacante súperwelter del CMB.

Con los guantes una vez calzados en sus puños y su permanente dolor acompañándolo, el chico que aprendió a ser rudo en las calles de Tijuana, y que añora a su hermano, quiere borrar el desprestigio del episodio de las vendas ante una leyenda. Derrotar a Pacman Pacquiao aliviaría un poco las penas que ha vivido Margarito en su camino a ser figura del boxeo.

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