TP Mazembe podría transformar un país abatido por la guerra
La República Democrática del Congo ha estado dividida durante la mayor parte de su sanguinaria historia. Su gente conoce bien la muerte, la guerra y la codicia.
El estado centroafricano ha estado lleno de guerras para controlar sus fenomenales recursos naturales, su riqueza en diamantes, oro y cobre que desencadenaron una guerra responsable de la muerte de más de cinco millones de personas.
Pero ahora, sus ciudadanos tienen una oportunidad para experimentar una unidad poco común, pues el mejor equipo de fútbol de su país acaba de completar un viaje increíble. Los campeones africanos, TP Mazembe, se enfrentaran a lo mejor de Europa, el Inter de Milán, en la final del Mundial de Clubes de la FIFA en Abu Dhabi este sábado .
El equipo proviene de Lubumbashi, en la región sureste de Katanga, que tiene un historial de separatismo y experimentó algunas de las peores luchas en la complicada guerra de cinco años entre 1998 y 2003.
El conflicto separó y confrontó a varios grupos étnicos congoleños, financiados y armados por muchos de los vecindarios del país. Cerca de 20,000 soldados de Naciones Unidas permanecen ahí para mantener la paz (la misión de paz más grande del mundo), aunque continúan los asesinatos y las violaciones masivas en el norte y este del país.
Apenas en agosto pasado, la ONU fue criticada por grupos de derechos humanos cuando, al menos 240 mujeres, niños y bebés fueron violados a pocos kilómetros de su base en Luvungi.
Pero Katanga ha gozado de una paz relativa en años recientes, sobre todo gracias al popular gobernador de la provincia, Moise Katumbi, un multimillonario del estilo de Román Abramovich que reguló la extracción mineral natural del país, que antes era caótica, y financió a TP Mazembe en el proceso.
“El fútbol es algo muy bueno para los niños, porque los aleja de hacer cosas malas”, dijo Katumbi a CNN. “Pueden ayudar al país, al equipo nacional y a sus familias porque hoy podemos ver que el dinero que entra al fútbol es una locura”.
El dinero de Katumbi transformó a TP Mazembe, pues lo convirtió de un equipo perdedor con un ilustre pasado (ganaron los títulos africanos en 1968 y 1969) al mejor equipo del continente.
En vez de gastar mucho dinero en importaciones extranjeras, invirtió en jugadores congoleños , que cobran sueldos de nivel europeo para permanecer en el equipo y no llegar a manos de cazadores de talentos que puedan llevárselos.
Los sueldos de los jugadores son de hasta 3,000 dólares a la semana, en un país donde el sueldo promedio es, según un grupo cristino de ayuda en World Vision, de 120 dólares.
“El TP Mazembe da el 80% de sus jugadores al equipo nacional del Congo”, dijo Katumbi. “Tenemos más de 2,000 jóvenes en nuestra academia, entrenando para ser el próximo Messi o Ronaldinho. Es como hacer programas sociales para la gente, por eso estoy en el fútbol, porque es social y no me gusta que nadie sufra”.
En término africanos, el dinero supera a cualquier otro equipo del continente.
“Para darles una idea de lo disparejo que es el campo de juego, conocí a Katumbi en Harare, donde vi jugar al TP Mazembe contra los campeones de Zimbawe”, dice Steve Bloomfield, editor extranjero de la revista Monocle y autor del libro Africa United: How Football Explains Africa. Su presupuesto entero al año era de 200,000 dólares, pero Katumbi me dijo que si ganaban, los jugadores y el auxiliar del equipo se llevarían 250,000 dólares”.
Los bonos del TP Mazembe para un partido son superiores al presupuesto entero de los campeones de Zimbawe para toda una temporada. “El dinero no es problema, y ayuda a atraer a grandes jugadores, pero también los ayuda a que no se vayan a equipos europeos porque reciben buenos sueldos”, dice Bloomfield.
El presupuesto ayudó al TP Mazembe a ganar la Liga de Campeones Africanos en 2009 por primera vez en más de 40 años, y su calificación para el Mundial de Clubes de la FIFA, una competencia que enfrenta a los campeones de las seis confederaciones de cuerpos reguladores.
Para los jugadores fue un momento muy significativo, uno que sintieron que podría tener un efecto transformador en su país abatido por la guerra.
“Mi vida estuvo en riesgo muchas veces, pero con el fin de la guerra estoy feliz de que haya paz”, dijo el año pasado a CNN el capitán de TP Mazembe, Tresor Mputu, antes de su debut en la competencia. “El futbol es un enorme factor de desarrollo en África, sobre todo en Congo. La gente ama el fútbol, y unifica aún en tiempos de guerra”.
Pero la segunda aparición del TP Mazembe en el Club World Cup casi termina antes de comenzar. En un torneo de beneficencia en Ruanda a principios del año, Mputu, considerado el mejor jugador del continente, recibió una prohibición por parte de la FIFA por un año después de haber pateado a un árbitro. El partido y el torneo fueron cancelados y el equipo fue expulsado del país.
Sin su estrella, Mezembe luchó en las primeras rondas de la Liga de Campeones de África, pero logró vencer al equipo de Túnez, el Esperance, 5-0 en la final. Aún sin Mputu, el equipo llegó a la final de la Club World Cup, superando al Pachuca de México y al Internacional de Brasil, sin cederles un sólo gol.
El éxito de Mazembe ha visto crecer la popularidad de Katumbi en todo el Congo, tanto, que el empresario es visto como candidato presidencial una vez que las fuerzas de la ONU se marchen y haya elecciones a finales de 2011.
“Es un político, y financiar al TP Mazembe ayuda a su perfil político”, dijo Bloomfield. “No sólo en Katanga, donde el 90 por ciento votó a su favor. Quiere enviar un mensaje al resto del Congo y quiere ser visto como el líder filántropo rico que crea caminos y hospitales. Era buen amigo del presidente Joseph Kabila, pero ya no más. No creo que se le enfrente, pero será firme en el futuro. La política congolesa es sucia, pero me sorprendería que él no buscara la presidencia”.
Por ahora, el equipo se concentra en vencer a los ganadores de la Champions League de la UEFA, el Inter de Milán, en la final del sábado en Abu Dhabi. Todo el país estará unido detrás de una bandera.
“En TP Mazembe hay jugadores que vienen de todas las provincias”, dice Katumbi.
“Se convirtieron en algo que le pertenece al país”.