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Escuela de patinetas, una rampa para los sueños de los niños afganos

Una escuela en Kabul enseña a los niños lecciones sobre patineta, arte, inglés y de cómo trabajar por su futuro
mié 05 enero 2011 12:08 PM
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Las niñas se tambalean a través de la puerta, riendo y chillando de emoción. Se precipitan hacia los tenis, cuidadosamente guardados, las rodilleras, los cascos y las patinetas.

Con las bufandas volando, se deslizan sin miedo por las rampas. Esto es Skateistan. La primera y única escuela de patinetas es más que sólo un escape en el deporte.

"Profesor, esta parte me asusta", chilla Faranas, de 13 años, ríe mientras trata de maniobrar a través de la rampa en forma de u.

"Ha pasado un año y medio desde que empecé a patinar", dijo. "Cuando estaba trabajando en las calles, uno de los profesores vino y apunto a nuestros hombres".

Dos semanas después, Faranas estaba sobre la patineta por primera vez , libre de tensiones de la ciudad azotada por la guerra, Kabul .

Como la mitad de las niñas de la escuela, ella vive en la pobreza. La UNICEF estimó que existen entre 50,000 y 60,000 niños en Kabul que ganan una miseria, vendiendo alimentos y baratijas en las calles de la ciudad.

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"Cuando comenzamos el programa integral, el proyecto Skateistan, teníamos una división entre niños de la calle y niños en mejor situación", dijo el diputado director Max Henninger. "Después de seis meses, vimos que la división se había perdido. Se besaban unos a otros en la mejilla y eso es realmente lo que queríamos. Queríamos construir confianza entre distintas etnicidades afganas, y entre extranjeros y afganos".

El objetivo principal de Skateistan no es realmente el patinaje. Eso es simplemente el gancho para atraer a los niños.

"Estamos tratando de crear oportunidades para nuestros estudiantes, lo que significa que queremos educarlos a través de actividades que realizamos en el salón de clases", dijo Henninger.

Eso incluye clases de arte, de inglés, un curso de periodismo para las niñas, una clase para personas con alguna discapacidad y un programa crítico de Regreso a la escuela para ayudar a los niños de familias empobrecidas a enrolarse o volver a las escuelas públicas.

Skateistan comenzó en 2007 cuando dos patinadores australianos se dieron cuenta del entusiasmo y curiosidad de los niños mientras recorrían Kabul.

Dos años después, fueron capaces de construir un parque de patinaje de primer nivel y una instalación educativa, que sirve a más de 300 niños y niñas a la semana.

Fazila, de 14 años, estuvo entre los primeros niños en contagiarse de la fiebre de andar en patineta hace tres años y medio. Todo lo que conocía en ese entonces era que una vida de trabajo en las calles para ayudar a sus padres a mantener a sus otros siete hermanos.

"Antes de venir a Skateistan, pensaba que no podría ser capaz de hacer mucho con mi futuro", dijo. "Pero ahora pienso que me convertiré en la mejor patinadora".

De hecho, ella quiere ser profesional un día . Fazila trabaja como una de las instructoras, ganando hasta 170 dólares al mes, un alivio bienvenido en su empobrecida familia, pero nunca es suficiente para cubrir los gastos.

"Mi mamá quiere que deje de trabajar en las calles", dijo. "Pero aún tengo que hacerlo, tengo que apoyar a mi familia".

Al atardecer, ella de quita sus tenis prestados y se pone un largo abrigo gris y un pañuelo negro alrededor de la cabeza y se introduce en el tráfico de Kabul, limpiando parabrisas por unas cuantas monedas.

Es como si la luz se borrara de sus ojos, pero al menos ella puede soñar despierta acerca de mañana, cuando vuelva a estar sobre su patineta.

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