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Sibusiso Vilane: el viaje de un africano aventurero a la cima del mundo

El sudafricano venció obstáculos de todo tipo para convertirse en el primer africano de piel negra en llegar a la cima del mundo
dom 23 enero 2011 11:53 AM
Sibusiso Vilane
africano Sibusiso Vilane

Atravesó feroces tormentas de nieve y temperaturas congelantes: Sibusiso Vilane logró entrar a los libros de récords en 2003, al convertirse en el primer africano negro en conquistar el Monte Everest.

El aventurero sudafricano dice que consideró ese momento el más importante de su vida.

"Me di cuenta de que finalmente estaba ahí, de que el mensaje que había llevando durante 60 días, que los africanos podemos llegar a lo más alto, estaba en todo el mundo. Sentí que aunque cayera en ese momento, perdiera y el conocimiento y muriera, no tendría ningún problema. Habría sido la persona más feliz del mundo", dice Vilane.

La noticia de su asombroso ascenso llegó a los encabezados de todo el mundo, lo que convirtió a Vilane en una celebridad instantánea en Sudáfrica .

"Fue increíble porque cuando me fui no pensé que el país entero estaría tan emocionado y contento", dice Vilane.

Nelson Mandela lo aclamó como "un héroe verdadero", mientras que el entonces presidente, Thabo Mbeki, dijo que su proeza había hecho que todos los sudafricanos "se llenaran de orgullo y asombro justificables".

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Pero conquistar los traicioneros caminos del Everest no fue la única vez que el aventurero haría historia. En enero de 2008, Vilane se convirtió en el primer africano negro en caminar completamente sólo por el Polo Sur. "Completamente sólo" implica que Vilane, junto con su compañero de aventura, Alex Harris, hicieron el viaje a pie, cargaron su propia comida y equipo (con un peso de 130 kilogramos).

Ambos caminaron 1,113 kilómetros en 65 días en uno de los territorios más peligrosos del planeta. La Antártida tiene uno de los vientos más fuertes del mundo, que pueden llegar a soplar a 300 kilómetros por hora, y las temperaturas pueden bajar hasta menos 40 grados centígrados.

Cuando finalmente llegaron a su destino, sólo les quedaban dos días de alimento de emergencia.

Vilane describe el duro recorrido como "el más difícil, el más retador que alguien pueda atravesar", pero agregó que la experiencia le hizo sacar lo mejor de sí mismo.

"Nunca me desmoroné. No creo que me haya hecho tocar mis límites físicos".

Nació en la provincia noroeste de Sudáfrica, en Mpumalanga, y pasó la mayor parte de su infancia en un pueblo remoto en Suazilandia. Dice que su dura infancia lo hizo querer ayudar a niños necesitados. En 2005, Vilane escaló el Everest por segunda ocasión, y logró recaudar 40,000 dólares para dos caridades infantiles.

"Siempre he tenido el deseo de ayudar a los niños, y eso proviene de mi infancia. A mí me ayudó la gente cuando era joven y aproveché eso como un ascenso de caridad, y eso fue lo que me hizo retomar el alpinismo", dice.

Vilane cuenta que compensa su baja estatura con fortaleza mental y valentía. "Quizás no soy muy grande pero soy un gigante de corazón, y creo que eso es lo más importante", dice. "Si tu mente es realmente grande, aunque estés frente al Everest podrás llegar a la cima".

Cuando Vilane no está recorriendo los territorios más rudos del mundo, trabaja como conservacionista, un trabajo que considera su pasión principal.

Su otra carrera, la de aventurero, llegó cuando conoció a John Doble, ex alto comisionado británico en Suazilandia, pues él lo introdujo al alpinismo y financió sus primeros ascensos.

Doble preguntó a Vilane, quien trabajaba como guía de safaris, por qué no había muchos alpinistas negros famosos.

"Yo le respondí que no es que no pudiéramos hacerlo, sino que no lo entendíamos. Si estuviéramos más expuestos a eso estoy seguro de que podríamos hacerlo, y así fue como comencé", dice Vilane.

Vilane es miembro del club de las Siete Cumbres desde 2008, después de llegar a la cima de las montañas más altas en siete continentes. Es el primer africano negro en unirse a la élite.

Dice que espera que sus logros inspiren a los africanos jóvenes a alcanzar la cima de sus propios recorridos de vida.

"Sólo quiero que se den cuenta de que son únicos como africanos, y de que podemos igualar al mundo en cualquier cosa que hagamos, ya sea un deporte, un negocio, o lo que sea", dice.

"Deben soñar y después prepararse para lograr sus sueños. Habrá retos, pero es cuestión de ser persistente y no darse por vencidos".

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