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Mike McCarthy, un común entre Pittsburgh y Green Bay

Oriundo de Pittsburgh, el entrenador de los Empacadores de Green Bay venció al equipo de sus amores para ganar este domingo el Super Bowl
lun 07 febrero 2011 11:13 AM
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mike mccarthy mc

El entrenador de los Empacadores Mike McCarthy le debe a la ciudad de Pittsburgh y a su histórico equipo de los 70 el que naciera su amor por el futbol americano.

Gracias a  sus queridos Acereros que este domingo alcanzó su primer anillo de campeón en la NFL con la victoria de sus Empacadores.

McCarthy tenía apenas 12 años cuando los Acereros de Terry Bradshaw ganaron su primer título de la NFL, tras vencer a los Vikingos en la edición IX del Super Bowl en 1975. Fue el comienzo de una época de éxitos para la Cortina de Acero que se ganó el corazón de miles de personas cuando se coronó en tres ocasiones más en los siguientes cinco años.

Mike McCarthy creció en los suburbios de Greenfield en Pittsburgh y al igual que todos en el barrio, esos Acereros eran algo especial. En su casa, su mamá acostumbraba a llamarlo a él y a sus hermanos con nombres de aquellos jugadores que hicieron época.

En su caso, fue aquel equipo de Pittsburgh el que trazó buena parte del camino que tomaría cuando se graduó como asistente de futbol americano y comenzó su carrera como entrenador de quarterbacks con la Universidad de Pittsburgh en 1989.

Durante la semana previa al Super Bowl, en que enfrentaría a los Acereros, McCarthy recordó esos años como un fan de los Acereros, "crecí ahí y los vi ganar muchos campeonatos en los 70. Tengo muchos recuerdos grandiosos de esas épocas".

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Su vida en los emparrillados no se volvió a cruzar con la ciudad de Pittsburgh después de que dejó a las Panteras para formar parte del staff de entrenadores de los Jefes de Kansas City de la NFL en 1993. Una carrera en ascenso que lo llevó por primera vez a Green Bay como entrenador de quarterbacks en 1999, a Nueva Orleáns como coordinador ofensivo en 2000, y en 2005 a San Francisco, antes de tomar la posición de entrenador de los Empacadores al año siguiente.

Ahí estaba Mike. Al frente de un equipo que no tenía títulos desde 1997 y que había marcado un gran tramo de la historia con sus históricos conjuntos de los 50 y 60 cuando eran dirigidos por Vince Lombardi.

Su ascenso no paró tras tomar los controles de los Empacadores y en 2008 tomó una de las decisiones más complicadas al optar por Aaron Rodgers y no dar más cabida a Brett Favre como quarterback titular en Green Bay .

Al final valió la pena esa decisión. Esta temporada los Empacadores clasificaron como el sexto sembrado de la Conferencia Nacional en la postemporada y comenzaron su camino al Super Bowl eliminando a las Águilas (tercero mejor de la conferencia), a los Halcones (el mejor cuadro de la Nacional) y a los Osos (segundo clasificado).

Todo apuntaba a que sería ante los Acereros cuando tendría su oportunidad de buscar el primer título de su carrera y emular la historia que Pittsburgh escribió en 2005 cuando se coronó como sexto sembrado de la Conferencia Americana.

Ocho días antes del Super Bowl, McCarthy decidió tomar una medida temeraria. Hizo que sus jugadores tomaran medidas de sus dedos para mandar a hacer los anillos de campeones una vez que ganaran el juego ante Pittsburgh. Él deseaba que no fuera una presión sino algo que los enfocara en el objetivo que a final de cuentas alcanzaron.

Y no hubo más. El hombre que creció envuelto de la gloriosa época de los Acereros de la Cortina de Acero batió al equipo de sus amores infantiles. Ése que lo motivo a hacer del futbol americano una parte en la que giraría buena parte de su vida y al que ahora también le debe ser campeón de la NFL.

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