La golfista profesional Beth Allen, miembro de la Ladies European Tour desde 2009, ingresó al quirófano el 1 de marzo para que le extirparan un riñón que donó a su hermano Dan, de 38 años, también jugador de golf y que trabaja en el Mission Bay Golf Course de San Diego.
En 1999, Dan fue diagnosticado con problemas de riñón y ese mismo año recibió un primer transplante; sin embargo, en 2006, su salud volvió a deteriorarse y tuvo que someterse a sesiones de diálisis, que duraban alrededor de 10 horas diarias, según reportó AOL.
Beth, una estadounidense que se convirtió al profesionalismo en 2005 tras conseguir su tarjeta de la LPGA, dijo al sitio de la revista Golfweek que “mi hermano ha estado enfermo toda su vida adulta”, así que cuando supo que Dan requería otro transplante decidió someterse a pruebas de compatibilidad en el verano de 2010.
El 2 de febrero de este año, cuando jugaba el Abierto de Australia, supo que era compatible. Una vez que recibió la noticia, Allen decidió disputar otro torneo, el Abierto de Nueva Zelandia, pero tan pronto como finalizó aseguró en su página de la red social Facebook que “no habrá golf para mí en un par de meses”. Hoy se sabe que volverá a la actividad en mayo, una vez que se haya recuperado de la cirugía.
Tan pronto como salió de la sala de operaciones, Beth volvió a hacer uso de las redes sociales y aseguró en su cuenta de Twitter (@BethAllenGolf) que “voy bien, me siento como si hubiera hecho un millón de sentadillas, pero me siento OK”.
Golfweek recibió un correo de la golfista, quien puntualizó que “el riñón le funcionó (a Dan) de maravilla y mi madre dice que lo ve mejor que en años”.