Obama visita una favela, juega futbol y aplaude a bailarines de Capoeira
Los residentes de la favela Cidade de Deus de Río de Janeiro intentaron ver el domingo al presidente estadounidense, Barack Obama, aclamando su visita como el más reciente paso hacia una comunidad libre de la violencia de las drogas.
En una película del 2002 con el nombre de la favela, Cidade de Deus retrató un vecindario enterrado en las drogas, la pobreza y la violencia en las afueras de Río de Janeiro.
La imagen no estaba lejos de la realidad hasta el 2009, cuando el barrio fue incluido en un operativo de Río de Janeiro para expulsar a los traficantes de drogas armados de las favelas e instalar fuerzas policiales para evitar su regreso.
En la actualidad, es parte de una alentadora tendencia mientras Río busca reprimir la violencia ligada al narcotráfico, preparándose para el Mundial de futbol del 2014 y los Juegos Olímpicos 2016.
Aún así, pocos residentes habrían soñado en que el hombre más poderoso del mundo estaría jugando al futbol con niños del lugar, como ocurrió el domingo.
"¡No puedo creer que esto esté ocurriendo! Siempre sufrimos, fuimos humillados, y ahora todo el mundo está mirándonos de una forma positiva", gritó Cristina Ribeiro, una ayudante de enfermera de 43 años que temblaba de emoción mientras era presionada por cientos de curiosos contra un cordón de seguridad.
La caravana de Obama pasó rápidamente hacia un gimnasio, donde acompañado por su esposa Michelle y sus dos hijas presenció un acto infantil del baile brasileño Capoeira. La primera dama estadounidense aplaudía al ritmo e intentó en vano que sus hijas hicieran lo mismo.
Posteriormente, Obama se aseguró la aprobación de los brasileños, cuya pasión por el futbol es legendaria, jugando a la pelota con un equipo juvenil local.
"Tiene un talento natural para el juego, pero no está totalmente desarrollado", indicó el sargento policial Orlando Muniz, entrenador del equipo, sobre Obama, quien adora el baloncesto.