El maratón de clásicos se acaba camino a la final de la 'Champions'
Este martes se disputará camino a la final de la Liga de Campeones de Europa el último episodio de un maratón de clásicos entre Barcelona y Real Madrid extenuante dentro y fuera del campo. Las batallas futbolísticas lidiadas entre dos de los mejores equipos del mundo, trascendieron primero a la sala de prensa con las incendiarias declaraciones de José Mourinho y acabó en los despachos con un cruce de denuncias ante la UEFA, desestimadas por el máximo organismo del fútbol europeo.
El Camp Nou será el escenario del enfrentamiento decisivo (13.45 hora de México) al que los de Guardiola llegan con una clara ventaja después de imponerse 0 a 2 en la ida de las semifinales .
A medio paso de Wembley, el partido se presenta para los azulgrana como una oportunidad histórica de alcanzar su segunda final en tres años a través de su inconfundible estilo de respeto al balón. Para un Real Madrid al borde del abismo será el último cartucho de esta temporada para encontrarse a sí mismo. Para su entrenador, protagonista absoluto ante los micrófonos, un examen para reavivar la fama de estratega que siempre le ha precedido.
La hoja de ruta que ha marcado Mourinho, donde la renuncia a la pelota y el conservadurismo han sido la tónica y que le sirvió el año pasado con el Inter para eliminar en esta misma fase al equipo de Guardiola, tendrá que cambiar.
El portugués, que no se sentará en el banquillo por sanción, deberá quitar el corsé a su equipo y apostar por mirar a la portería contraria para remontar. Argumentos no le faltan. Aunque no contará con Pepe, expulsado en el Santiago Bernabéu, ni con Sergio Ramos por acumulación de tarjetas, su fondo de armario es amplio y lujoso, Adebayor, Benzemá, Kaká o Higuaín esperan su oportunidad después del rol secundario que han jugado en los enfrentamientos precedentes.
El Barcelona, a pesar de tener encarrilada la eliminatoria, jugará otra vez a lo único que sabe, jugar, tocar y atacar. Para ello, Guardiola recupera a Iniesta, y el capitán Puyol, reservado en el último partido de liga, también será de la partida. Aunque la mejor noticia para el conjunto catalán es la inclusión en la convocatoria de Eric Abidal. El francés vuelve a una lista después de que el 17 de marzo se sometiera a una operación para extirparle un tumor en el hígado.
"Mañana se acaba", ha repetido en varias ocasiones el técnico azulgrana en la rueda de prensa previa al choque, en la que ha evitado nuevas trifulcas dialécticas. "Lo que ha pasado en el pasado está hecho. Mañana vamos a intentar jugar a fútbol. Esperemos que no se repitan estas cosas. Han pasado cosas que a veces pasan, que no deberían pasar, pero mañana se acaba", ha dicho en referencia a los supuestos insultos racistas de Busquets a Marcelo o a los golpes en la cara que simularon varios jugadores azulgrana en el partido de la semana pasada.
Menos cauteloso se ha mostrado Aitor Karanka, el segundo entrenador del Real Madrid. "Mañana habrá en el campo jugadores que no tienen respeto, que profirieron insultos racistas... Y dos jugadores que no hicieron nada de eso no estarán". El técnico vasco, además, criticó duramente la decisión de la UEFA de hacer caso omiso a la denuncia interpuesta por su club. "Después de la resolución de hoy, el tema del partido queda en otro plano. Se supone que la UEFA es un organismo que promulga algunos principios como el respeto y el fair play, pero todo el mundo ha visto las imágenes".
La tensión vuelve a sobrevolar el clásico. Pero detrás de todo el artificio mediático queda una vez más el fútbol. En el terreno de juego el Real Madrid intentará reverdecer la épica de las remontadas que han engalanado la historia del club para continuar su camino hacia la ansiada décima Copa de Europa. El Barcelona buscará refrendar su decálogo y ampliar su hegemonía.