Jamaica y Haití, países en conflicto por una disputa de futbol y malaria
Pronto llegará la temporada de huracanes al Caribe; empieza una época del año en la que las tormentas y los fuertes vientos azotan muchas de las islas populares como destinos vacacionales para viajeros de todo el mundo.
Pero ahora se acerca una tempestad distinta entre dos países vecinos, por algo mucho más trivial pero no menos volátil: el futbol. Haití y Jamaica son las últimas dos naciones en enredarse en una discusión que surgió en la cancha de futbol y que pronto creció para convertirse en un problema diplomático.
Lo cierto es que el equipo sub 17 de Haití vio truncado su sueño de llegar a la Copa Mundial después de que fueron obligados a retirarse de un torneo calificador con sede en Jamaica. Todo lo demás es un debate.
Jamaica afirma que dos jugadores de Haití, y su entrenador, dieron positivo en un examen de malaria, y el resto del equipo fue puesto en cuarentena para proteger al público de la enfermedad. Haití dice que los tres individuos no fueron cuidados adecuadamente y el resto de la delegación fue detenida, obligada a tomar medicamentos y tratados como criminales hasta que salieron del país.
En cuanto regresaron a Haití, el país retiró a su encargado de negocios de Jamaica, mientras que miles protestaron por la capital, Puerto Príncipe, contra el trato que recibió su equipo.
Jamaica insiste en que el problema quedó cerrado después de que el presidente de Haití, René Préval, lo aseguró, pero los que están involucrados en la saga no están de humor para perdonar ni olvidar.
No es la primera vez que el hermoso juego es el catalizador de un problema diplomático. La última vez que esto ocurrió desencadenó una guerra de cuatro días entre El Salvador y Honduras, países fronterizos que tenían problemas con una reforma de migración y territorio en 1969, cuando se enfrentaron en la cancha para definir quién calificaría para la Copa Mundial México 1970. Ambas partes sufrieron levantamientos violentos, vieron sus relaciones diplomáticas interrumpidas hasta que El Salvador bombardeó a su enemigo. Cuatro días después se firmó un acuerdo de cese al fuego.
Las eliminatorias para la Copa Mundial también fueron el catalizador de un conflicto entre Egipto y Argelia en 2009, cuando el camión del equipo argelino fue detenido en Cairo. Como respuesta, Argelia le negó el aterrizaje a un avión egipcio, lo que desencadenó que cada país retirara a su embajador. La refriega dominó los partidos entre ambos países mientras Argelia reclamó su lugar en la Copa Mundial 2010 a expensas de sus rivales.
Las plumas láser fueron el problema que puso a prueba la quisquillosa relación entre Indonesia y Malasia en diciembre de 2010. El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, levantó una queja formal ante la Federación Asiática de Fútbol después de afirmar que se utilizaron rayos láser para confundir a los jugadores durante un partido de la Copa Suzuki en Kuala Lumpur.
Pero de vuelta al Caribe, el conflicto entre Jamaica y Haití es prueba de la delicada línea divisoria en la que opera el deporte. Después de que el equipo aterrizara en Jamaica, alegan que fueron atacados por los médicos jamaiquinos y los hicieron esperar mucho tiempo en hospitales sucios después de que tres de sus miembros manifestaran síntomas de malaria.
Afirman que el resto del equipo fue obligado a tomar medicamentos anti-malaria contra su voluntad, lo que reduce su desempeño atlético, y después fueron puestos en cuarentena en su hotel, por lo que no pudieron asistir a un partido contra El Salvador y quedaron eliminados del torneo.
En cuanto Haití aterrizó en casa, la crisis creció y ambos gobiernos se involucraron. El primer ministro de Jamaica, Bruce Golding, afirmó que el trato dado al equipo de Jamaica fue legítimo y siempre cumplió con los protocolos de salud del país. Dijo a la Casa de Representantes de Jamaica que lamenta que el hecho haya sido "sensacionalizado", y que los problemas de lenguaje entre ambos países hayan acentuado el problema.
Pero el Dr. Yves Jean-Bart, presidente de la Federación Haitiana de Fútbol, acompañó a los jugadores a su viaje y habló de la "agresión psicológica" y la "persecución médica" por parte de los anfitriones jamaiquinos. Dijo a CNN que "el problema no ha terminado, porque fue un acto de discriminación contra el pueblo haitiano. Jamaica debe disculparse con nuestros jóvenes jugadores antes de restaurar las relaciones".
Myrtha Desulme, presidenta de la Sociedad Haití-Jamaica en Kingston, dijo a CNN que los haitianos de todos los continentes deben estar "ofendidos por esta falta de dignidad". Afirma que todo el país sigue sufriendo desorden de estrés postraumático por el devastador terremoto que destrozó al país en enero de 2010.
Agregó que las autoridades haitianas aceptaron el cierre oficial del capítulo, debido a su incapacidad; la sociedad civil haitiana, tanto en Haití como en su diáspora, sigue sintiendo indignación por el incidente. "Estos jóvenes quedaron traumatizados de por vida en su intento por lograr sus sueños, y se les impidió competir ilegal e injustamente. ¿Se imaginan lo que fue para estos jóvenes que estaban tan emocionados por, quizás, la mejor aventura de su vida? Fueron tratados como criminales y sacados del país porque dos jugadores se sentían enfermos".
Agregó que hasta que los jamaiquinos sepan la verdad, ellos seguirán creyendo que los haitianos no tienen derecho a sentirse heridos y molestos. "Mientras los jamaiquinos no comprendan la fuente de su indignación, los haitianos seguirán resentidos. No habrá reconciliación hasta que acepten la verdad, se disculpen y haya un perdón".
Jamaica respondió a muchos de los reclamos de Haití. Después de reunirse con una delegación enviada por el gobierno de Haití para examinar la disputa, el primer ministro asociado de Jamaica, el Dr. Kenneth Baugh, dijo: "Debería ser obvio que Jamaica nunca pretendió que los haitianos se sintieran discriminados. Nuestro objetivo es resolver y cerrar la brecha".
Olivia Grange, Ministro de la Juventud, Deporte y Cultura, de Jamaica dijo en una declaración que las otras naciones en el torneo también fueron sujetas a las mismas pruebas médicas y que su cuarentena no fue restrictiva, y que el país no "expulsó" a Haití del torneo.
Haití espera que se les dé un permiso especial para jugar en la Copa Mundial sub 17 de la FIFA . La Ministro Grange también felicitó al equipo jamaiquino por su calificación. Parece ser que tomará algo de tiempo antes de que el problema que desencadenó el futbol quede resuelto.