El éxito de la tenista Li Na representa un dilema para el deporte en China
Li Na es el orgullo de toda China desde que se convirtió en la primera campeona de un torneo de Grand Slam de ese país.
Más de 100 millones de chinos vieron la cobertura televisada en vivo de la final del Abierto de Francia el 4 de junio, ovacionando a la jugadora de 29 años mientras derrotaba a la campeona defensora, Francesca Schiavone. Se informó que obtuvo la mayor audiencia en televisión para deportes individuales en China.
Más de 2.2 millones de usuarios de internet se han registrado como seguidores de Li en Sina Wibo, el sitio líder de microblogs en China. “Li Na es genuina”, escribió un aficionado. “Ella no recurre a hablar dulcemente o a tener una plática vacía”.
Su victoria en sets consecutivos en París también levantó una ola de exuberante patriotismo en la prensa china. “La cancha de arcilla roja del Abierto Francés”, exclamó el periódico oficial People’s Daily, “se ha convertido en China roja”, el símbolo de la victoria de China y del milagro de ese país.
Se estima que 14 millones de chinos juegan tenis regularmente, una cifra pequeña comparada con la población de 1,300 millones de personas. Eso en parte se debe a que hay pocas canchas públicas y el tenis sigue siendo considerado un deporte de élite.
Las autoridades chinas esperan que el extraordinario éxito de Li impulse su popularidad.
“La victoria puede tener un gran efecto en el tenis chino”, declaró a la agencia de noticias Xinhua el principal funcionario de tenis del país, Sun Jinfang. “Estoy seguro que ayudará a reevaluar el deporte y a inspirar a más jóvenes a jugar tenis”.
Ma Jian, un jugador de basquetbol profesional ya retirado, dijo que Li ha “creado historia dentro y fuera de la cancha”. También alabó su ambición enfocada y tenacidad. “Ella tenía sus objetivos, así que buscó al mejor entrenador, a la mejor organización y el mejor mercado para lograrlos”, dijo.
Fuera del sistema deportivo chino
Li es resultado de la maquinaria deportiva apoyada por el Estado conocida como “sistema juguo”. Bajo este sistema, atletas prometedores son observados y a una corta edad son reclutados en escuelas deportivas para entrenar desde pequeños. Los mejores prospectos son reclutados por equipos nacionales o locales, donde disfrutan de una preparación, entrenamiento y alojamiento financiados por el Estado.
Li tenía sólo cinco años cuando fue reclutada para aprender tenis en una escuela deportiva en su ciudad natal en la provincia de Hubei.
Ella llegó a la excelencia en el juego y lentamente subió en la pirámide para finalmente ganar medallas para el equipo nacional.
Sin embargo, a los 20 años Li Na renunció, aparentemente fastidiada y desmotivada.
Después de 18 meses de estar alejada de las canchas y estudiar periodismo, ella regresó al tenis.
A los 26 años comenzó a escalar los rankings femeninos y con el tiempo alcanzaría el número cinco del mundo en 2011.
Algunos observadores atribuyen este éxito a sus años de formación que pasó entrenando dentro del sistema. Li dijo recientemente al diario Beijing News que el “entrenamiento en el sistema deportivo le dio (a mi carrera) un punto de arranque”.
Pero otros argumentan que Li no podría estar donde se encuentra sin la libertad que obtuvo tras abandonar el sistema. Ellos lo llaman “danfei” o “volar solo”, un nuevo sistema que se implementó por primera vez después de los Juegos Olímpicos de Beijing, que permite a los principales jugadores abandonar los equipos nacionales. Ellos escogen a sus propios entrenadores, calendarios, personal de apoyo y conservan la mayor parte del dinero de los premios.
Mientras el éxito de Li puede ser gratificante para el país, algunas personas dentro del sistema deportivo de China están preocupadas de que podría alejar a los jóvenes del tenis de mesa, el deporte número uno del país, así como de otros deportes que el gobierno espera impulsar.
“Mientras una generación de niños chinos llega, ahora querrán recoger una raqueta de tenis por la fama, el estrellato internacional, el dinero que pueden ganar en un circuito de tenis”, dijo a CNN la comentarista deportiva Tracey Holmes.
Según Holmes, el gran logro de Li podría apresurar a China a revisar la forma como trabaja su sistema.
Y aunque la maquinaria del sistema deportivo patrocinada por el Estado puede trabajar hasta llevar a promesas del deporte hasta cierto punto, Holmes dijo que los chinos ahora deben darse cuenta que tienen que abandonar ciertos controles si quieren que sus atletas se vuelvan realmente competitivos internacionalmente.
“Requiere que se muevan a otro lado que difícilmente puede ser controlado por el actual sistema y la naturaleza de los viajes, entrenadores y el enfoque que se requiere para tener éxito”, explicó.
En el circuito de tenis, Holmes dijo que los atletas pocas veces están en casa. Ella dijo que “para los torneos femeninos, ellas tienen 63 eventos en 52 semanas y tienen suerte si uno o dos de esos eventos están en su ciudad, por lo que se requiere viajar mucho. Para tener éxito, básicamente necesitas convertirte en un ciudadano internacional más que en uno nacional”.
Li Na ahora es una ciudadana internacional, y debido a eso no va a ir a casa pronto.
Ella se ha perdido los eventos de celebración en China, dijo, para prepararse para Wimbledon, donde espera obtener un segundo título de Grand Slam.