El remordimiento, la huella tras el castigo a los jugadores del Tri
En el silencio que acompañó el regreso de los seleccionados mexicanos Sub-22, sancionados por romper las reglas de concentración previas a la Copa América, se encierra el misterio de su futuro en los campos de futbol.
La exhibición pública y el sentimiento de culpa por haber sido expulsados, como consecuencia de convivir con prostitutas en el hotel del combinado nacional en Ecuador, transgrediendo los códigos internos del grupo, son los retos que deben superar desde el ámbito psicológico.
“ El problema no es tener relaciones sexuales sino el contexto de la indisciplina en el que se da el hecho y que sale a la luz. Hemos visto en hombres el sentimiento de culpa que hay por tener relaciones con mujeres que no son sus esposas y que se refleja en la disminución de su nivel de juego”, explica la psicóloga especialista en el deporte Claudia Rivas, con amplia experiencia con atletas y vinculada con el futbol durante varios años.
“ La cuestión es que fue un acto que afectó al grupo y ahora debe hacerse un trabajo sobre el manejo de la culpa que hay en estos jugadores”, explicó.
Rivas trabajó para el equipo Toluca en los aspectos psicológicos de los jugadores en la época en la que José Manuel de la Torre fue el entrenador. Actualmente es la coordinadora de la Escuela de Directores Técnicos campus Metepec. Desde su óptica, los castigados mostraron en su lenguaje corporal la enorme sensación de culpa que los acompaña a su regreso a México.
“Todos son excelentes jugadores y por ello estaban en una selección. La cuestión es que ahora deben afrontar las consecuencias de haber roto las reglas, afrontar comentarios crueles. Algunos son casados y este hecho también puede afectar a sus familias”.
Para Rivas, los aspectos psicológicos deben tomar importancia en los equipos. En su paso por Toluca hizo una labor con cada jugador, desarrollando estrategias de autocontrol, entre otras, para evitar acciones como las que ocurrieron en Ecuador, en las que se olvidaron los límites de lo permitido.
“Sin querer justificar sus actos, estas situaciones se dan porque son muy jóvenes y piensan que no va a pasar nada. En una concentración larga pueden llegar momentos de aburrimiento, sin que esto, insisto, justifique las acciones por las que fueron sancionados".
“Ahora se debe hacer un trabajo para que puedan superar este acontecimiento. Se debe desmitificar el hecho de que trabajar con psicólogos especializados en el deporte es un tema relacionado con alguna clase de locura, como algunos pensaron al inicio de mi trabajo en Toluca, y darse cuenta de que un óptimo desarrollo psicológico es parte fundamental de la actividad deportiva".
Rivas sintió tristeza por el momento que vivieron los seleccionados, pero en especial Néstor Calderón, un joven que conoció con el Toluca y que había superado muchos problemas en sus sesiones. “Ahora se debe trabajar más para trascender todo esto y recuperar su nivel de juego”.
La psicóloga explicó que en muchas concentraciones se presentan estas indisciplinas cuando los deportistas no entienden que no debe haber nada por encima del interés del equipo y sus reglamentos. No es una cuestión que el tener relaciones afecte a su desempeño deportivo, sino las secuelas por “seguirle la corriente a alguien” que lo propuso, sin reflexionar sobre el daño que pueden provocar a un núcleo que se prepara para alcanzar una meta en el campo.
Los ocho jugadores mexicanos fueron suspendidos seis meses y sancionados con una multa de 50,000 pesos para cada uno de los implicados.