Julio Gómez, el futbolista que se convirtió en héroe de México
Julio Enrique Gómez González es el nuevo niño héroe de México. Sólo tiene 16 años de edad, pero ya debutó en la Primera División del futbol nacional, con los Tuzos de Pachuca y con una herida en la cabeza que necesitó 10 puntadas para ser cerrada, metió un gol de ensueño y chilena para poner a México en la final del Mundial Sub-17.
Todo comenzó apenas hace meses, cuando su primera experiencia como profesional llegó en un partido ante Santos Laguna, el pasado 22 de enero en Torreón. En aquella ocasión, Gómez ingresó al terreno de juego en el minuto 64, y aunque no anotó, el técnico lo alineó cuatro veces más en Primera División.
Sin embargo, la prometedora carrera del futbolista nacido en Tampico, Tamaulipas, se remonta a su faceta como miembro del equipo Sub-17 de Pachuca, y en la que Torreón también fue parte importante, pues ahí consiguió su primer gol con el conjunto menor.
En la jornada 3 del Apertura 2011, Gómez abrió el marcador al minuto 19, lo que resultó en una goleada 5-2 frente a Santos. En ese torneo, Julio sumó 746 minutos en la cancha, producto de 10 juegos jugados, nueve como titular.
Pero Torreón volvería a recibirlo con los brazos abiertos, aunque seis meses después de su debut en Primera División y vistiendo la camiseta de la Selección Nacional.
El número 64 de Pachuca llamó la atención del técnico tricolor, Raúl El Potro Gutiérrez, quien debía conformar cuidadosamente a la Selección Sub-17 que disputaría el Mundial de la especialidad en México.
Los partidos de preparación confirmaron lo que El Potro ya sabía: Julio Gómez era un jugador apasionado, físicamente fuerte y con instinto goleador; en el partido de preparación ante Japón, en abril pasado, abrió el marcador al 36.
Sus características complementaban a los goleadores de la escuadra, como Carlos Fierro , Marco Bueno y Giovani Casillas, lo que le garantizó la titularidad en el equipo nacional.
Una vez en la Copa del Mundo, Julio continuó con el buen paso, y en el segundo cotejo de la fase de grupos, le dio la victoria a México, cuando empataba con Congo en el minuto 84.
En los partidos siguientes se dedicó a construir jugadas y a jalar la marca, pero en la semifinal del certamen, ante Alemania, su esfuerzo sería recompensado.
Un partido estilo Hollywood
Gómez abrió el marcador al minuto 3 con un remate de cabeza. En el segundo tiempo, el Tri se veía abajo 2-1 ante Alemania, pero Jorge Espericueta cobró un tiro de esquina que se convirtió en gol olímpico, el empate había llegado, pero Julio estaba tendido en el césped.
En su afán por encontrarse con el balón, intentó rematar y se estrelló con la cabeza de Samed Yesil, lo cual provocó una hemorragia profusa y su inminente salida del terreno de juego, dejando al equipo con 10 elementos y sin posibilidad de sustituirlo, ya que El Potro había realizado los tres cambios permitidos por el reglamento.
La hemorragia del camiseta número 8 fue detenida con un vendaje que le cubría toda la cabeza, y cinco minutos más tarde el tamaulipeco estaba listo para reingresar al campo.
En el 83 se reincorporó al partido, al tiempo que el público reconocía su valentía con aplausos, gesto que Julio agradeció siete minutos después, con un gol de chilena que puso los cartones 3-2 , y a México a escasos siete minutos de la final del torneo, ante Uruguay.
“Oe, oe, oe, Gómez, Gómez” coreaba la tribuna enardecida, pues por segunda vez en la historia, la selección Sub-17 estaría presente en una final de Copa del Mundo, algo que sólo la Generación de Oro había conseguido, en Perú 2005.
La actuación de Julio acaparó los titulares de medios nacionales e internacionales, incluido FIFA.com, "uno puede soñar con goles importantes, pero esto supera cualquiera cosa", dijo.
Gómez reconoció que el médico le pidió que no regresara a la cancha, pero "no quedaban más cambios, y no iba a dejar el equipo con 10. Así que le dije ‘véndenme, hagan lo que quieran, pero voy a seguir'".
En Twitter también fue un fenómeno, y pronto se convirtió en trending topic en México y el Mundo: #JulioGómez y #NiñoHéroe describieron lo que un país que ama el futbol sintió cuando se supo a 90 minutos de ser, de nueva cuenta, Campeón del Mundo.