Rory McIlroy, el mejor golfista en potencia
En una calurosa tarde de abril, el joven Rory McIlroy tenía la delantera y sólo nueve hoyos por jugar antes de que pudiera convertirse en el campeón del Masters de golf.
Apenas 24 horas después, el norirlandés tuiteó una imagen de sí mismo y Charl Schwartzel en un avión, ambos sonriendo, uno de ellos con la famosa chaqueta verde otorgada al ganador del título de golf más venerado en el mundo.
No fue McIlroy.
Aquel domingo de abril, McIlroy se había derrumbado y arruinado su gran ventaja, tirando un horrendo 80, 8 sobre par. Schwartzel paso por encima de él y otros contendientes para ganar uno de los Masters más emocionantes de la historia, con birdies en los últimos cuatro hoyos.
La caída de McIlroy comenzó en el hoyo 10, cuando tiró un golpe de inicio como un inepto en un campo público hacia el bosque y acabó perdiendo tres golpes a par.
Pero después de su evidente pérdida, el golfista quien entonces tenía 21 años, no se escondió de la derrota o de la prensa.
"Yo no manejé (la adversidad en el campo) muy bien, obviamente, pero fue un día que formó mi carácter, por decirlo así", dijo esa noche. "Voy a salir fortalecido de él".
Algunos medios de comunicación, impresionados por su gracia, sacaron a relucir el cliché: Tiene el talento, pero el tiempo dirá si tiene lo que se necesita para ser campeón.
No pasó mucho tiempo para que McIlroy demostrara que lo tiene.
Dos meses más tarde, en el siguiente torneo de golf más importante, dominó completamente el campo del Abierto de Estados Unidos durante los cuatro días, ganando por unos inauditos ocho tiros.
"Sin duda ha capturado la imaginación de todos", dijo Gary Van Sickle , escritor senior de Sports Illustrated y Golf.com.
Sin embargo, Van Sickle advirtió que era temprano para llamar a McIlroy el próximo Tiger Woods , quien ganó el Masters a los 21 años, después de ganar tres campeonatos amateur en Estados Unidos.
"Me gustaría esperar todavía antes de entregarle la corona", dijo el escritoracerca del jugador clasificado número 3 del mundo. "Pero tiene un gran swing, y es impresionante".
Las comparaciones son inevitables. Ambos comenzaron muy jóvenes como jugadores. Ambos aparecieron en un programa de televisión como un prodigio: Woods en el de Mike Douglas, a los 3 años; McIlroy apareció en un programa de Irlanda del Norte, a los 9 años. Ambos vencían a jugadores mayores mientras estaban en la adolescencia y ganaron muchos torneos juveniles.
McIlroy dijo a Piers Morgan, de CNN, que ve pocas conexiones entre él y Woods .
"Ya sabes, a los 22, los dos teníamos un major. Él ganó un par de veces más de lo que llevo en mi carrera", dijo McIlroy. "Pero quiero decir que tengo que dejar a otras personas hacer las comparaciones, porque si voy –y estoy tratando, ya sabes– a perseguir sus récords, perderé de vista lo que tengo que hacer para realmente ganar torneos".
Y mientras trataba de seguir siendo un poco modesto, estuvo de acuerdo con la idea de que va a ser mencionado en discusiones futuras como el mejor de la historia.
"Sí, lo estoy. Pero no sé realmente si la gente quiere escuchar eso. Quiero decir, creo en mí mismo. Sí", dijo a Morgan. "Tengo mucha confianza en mis habilidades. Creo en mí mismo".
"Dije algo así hace un par de días. Dije, no estoy jugando por dinero, estoy jugando por un lugar en la historia".
Tanto Woods y Jack Nicklaus han pronosticado un lugar muy alto en la historia para McIlroy. Después de la victoria del Abierto, Nicklaus, quien asesoró a McIlroy durante varios años, dijo: "Es humilde cuando debe serlo y confiado cuando tiene que serlo".
El chico pecoso de cabello alborotado es muy agradable, además, dijo Van Sickle, y no sólo por su aspecto adorable. Es buena persona, también. No es algo creado para los aficionados, ahora que es rico y famoso, dijo el escritor.
Fue su deseo de ser un gran golfista lo que llevó a sus dedicados padres, Gerry y Rosie, a respaldar a su niño prodigio. Trabajaron turnos de noche, y en dos o tres empleos adicionales para financiar sus ambiciones. A menudo, su padre atendía la barra de bebidas en el Club de Golf Holywood en el condado de Down, donde Rory practicaba.
McIlroy ha estado siempre dispuesto a señalar que nunca fue presionado por sus padres, que siempre fue él quien presionaba, soñaba y, sobre todo, practicaba.
En estos días, McIlroy todavía tiene cerca a su familia y a amigos cuando compite.
"Va a tener gente detrás de él como Tiger cuando estaba ganando todo", dijo Van Sickle. "Va a ser como un 'partido en casa' para él. Está acostumbrado a jugar en ese tipo de clima, y va a tener una gran zona de comodidad. Va a ser el favorito en el Abierto Británico para los próximos 10 años".
Si McIlroy gana de nuevo, sin duda su popularidad entre los aficionados en Europa y Estados Unidos va a despegar de manera exponencial. La pregunta entonces es: ¿Va a seguir jugando mayormente en su continente de origen, o va a ir a Estados Unidos, donde los pagos por día de torneo son mucho más grandes?
Aunque decepcionaría a los funcionarios del PGA Tour, McIlroy probablemente seguirá jugando en el extranjero, supone Van Sickle. Todavía puede jugar en ocho a 10 torneos en Estados Unidos (tres mayores y otro puñado de torneos de primer nivel) y seguir siendo un jugador al que los anunciantes busquen. Según se reporta, ya gana millones de dólares cada año en patrocinios y cuotas por aparición.
Sin embargo, el lesionado Woods se perdió el Abierto de Estados Unidos , y también se perderá el británico. Asimismo, se perdió una buena parte de 2010 debido a su escándalo por infidelidad. La popularidad del golf ha sufrido con la ausencia del jugador que fue un gran favorito para ganar todos los torneos que jugó.
Como Charley Hoffman le dijo a Alan Shipnuck, de Sports Illustrated: "Pero los aficionados casuales, creo que necesitan un jugador dominante para enfocarse. Ellos necesitan saber dónde está la trama".
Si fueras una persona de apuestas, dice Van Sickle, el dinero estaría en un chico de 22 años de edad, de Irlanda del Norte, con cabello tipo poodle y una gran sonrisa. Y un hombre que aprendió una gran lección en un mal día en abril.