Policía de Colombia prepara marcaje personal a 'barrabravas' argentinos
La Policía Nacional de Colombia prestará especial atención a los barrabravas o fanáticos violentos argentinos, los más temidos de Latinoamérica, que asistirán al mundial de futbol Sub-20, el cual se disputará en ocho ciudades del país andino entre el 29 de julio y el 20 de agosto.
Tras gestiones del Comité Provincial de Seguridad Deportiva de Buenos Aires, la fuerza pública colombiana ya recibió los retratos de centenares de aficionados argentinos que no pueden entrar a recintos deportivos porque cometieron actos violentos.
"Tenemos más o menos 500 fotos que nos están llegando de los barrabravas argentinos que tienen prohibición de acceder a los estadios, con el fin de controlarlos y también evitarles el acceso a los estadios", señala el director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, el general José León Riaño.
Entre ellos se encuentra, por ejemplo, el famoso Rafa Di Zeo, cabecilla de La 12, el grupo de aficionados más radical del Boca Juniors, quien es conocido por sus continuos problemas con la justicia y por su participación en varios documentales y reportajes sobre la violencia en el deporte.
La especial precaución de la policía colombiana se debe a que la normativa de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA) obligó a retirar las mallas de contención (redes metálicas) de los estadios colombianos, por lo que el riesgo de choques entre aficiones aumentó considerablemente.
Además "estamos hablando con Inglaterra sobre los hooligans y con todos los países que tienen una normatividad que prohíbe la asistencia al estadio después de meterse en incidentes", apunta Riaño.
No obstante, la preocupación en torno a esta clase particular de fanático es menor, porque serán pocos los británicos que crucen el Atlántico para asistir al mundial Sub-20.
Para evitar enfrentamientos, la policía también socializó entre los aficionados colombianos la medida de retirar las mallas de contención y efectuó con éxito pruebas piloto en encuentros como la final de la liga de futbol del país andino.
El despliegue policial incluirá 55,000 uniformados, de los que 15,000 se encontrarán en los estadios de las ocho sedes, organizados en tres anillos de seguridad y distribuidos con el apoyo de un programa informático que permitirá saber en todo momento donde se encuentra cada agente y su número telefónico.
La fuerza pública también utilizará su capacidad de acceso a las bases de datos de 188 países, a través de la Interpol.
"Estamos en alerta para verificar si alguna persona que tiene requerimiento judicial de alguna nación viene a Colombia y, obviamente, proceder a su captura", anota el director de Seguridad Ciudadana.
Pero son varios los factores que podrían echar a perder la fiesta del futbol colombiana.
Sobre la posibilidad de que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aprovechen la coyuntura para cometer un atentado, Riaño responde: "uno no puede descartar nada, más en la historia de nuestro país, pero se ha avanzado significativamente en la lucha contra el terrorismo y para ello nosotros nos hemos venido preparando".
En ese sentido, la policía ha creado los Comandos Especiales de Seguridad en el Mundial (Cesem), un grupo de elite conformado por 153 hombres entrenados especialmente para enfrentar situaciones relacionadas con la toma de rehenes y actos terroristas.
Con el objetivo de atajar la delincuencia común, la fuerza pública dispondrá de cámaras de vigilancia en 906 coches patrulla, un globo aerostático, 10 helicópteros no tripulados y 8 tripulados, más las cerca de 400 que suman los estadios de cada sede.
Todas ellas emitirán imágenes en tiempo real al puesto de mando que se encuentre en su ciudad y, a su vez, a un puesto de mando unificado que recibirá imágenes de todo el país y se constituirá como una suerte de Big Brother desde el cual se tomarán decisiones en el caso de que se presenten situaciones críticas.
Y para que los visitantes se sientan como en casa durante el evento deportivo más importante que ha celebrado Colombia en sus 201 años de historia, se ha formado en idiomas a policías que acompañarán a las delegaciones internacionales y a otros que estarán en los puntos turísticos de cada ciudad.
Tras exponer todas estas medidas, Riaño asegura que el único riesgo que corren los 300,000 extranjeros que asistirán al mundial Sub-20 es el de que se quieran quedar a vivir en Colombia.