El beisbol vuelve a inspirar a la afición de Pittsburgh... 18 años después
Clint Hurdle se había vuelto loco. ¿Qué otra explicación había después de que el hombre eligió a los Piratas de Pittsburgh cuando podría haber sido gerente de los Mets de Nueva York?
¿Los Piratas?
La alguna vez orgullosa franquicia había pasado a través de su decimoctava temporada perdedora al hilo, un récord para los equipos deportivos profesionales en Estados Unidos y quizá en cualquier otro continente. Los Piratas eran plaga en la Ciudad de los Campeones . Los jóvenes salían a la universidad sin tener el recuerdo de ver un equipo de beisbol ganador.
Si le preguntaras a un pittsburgher por los Acereros o los Penguins, ellos lo podrían hacer todo el día. Si sacaras el tema de los Piratas, ellos se alejarían.
Los Piratas eran un tema tabú, el tío loco de la escena deportiva local —y no había esperanza de quebrar la racha esta temporada. El año pasado el equipo estaba 57-105. Tenía uno de los peores equipos de pitcheo de la era moderna y estaba regresando con cuatro de los cinco pitchers abridores. Las grandes adquisiciones del receso de temporada en el campo eran los jardineros Lyle Overbay y Matt Díaz. La nómina, como siempre, se tenía que medir en centavos en lugar de dólares.
Aún así, el 15 de noviembre, el día en que fue presentado a su nueva ciudad, Hurdle, de 53 años, parecía francamente jovial.
O eso, o completamente loco.
"Vamos a lograr esto", dijo. "Esto eventualmente dará la vuelta. No tengo la menor duda de que se va a voltear. Quería subir a bordo porque creo que ahora es el momento en que va a comenzar a cambiar".
Ocho meses después, un miércoles por la mañana en el Parkway de Pittsburgh, una de las principales vías que llevan al Parque PNC. En medio de una ola de calor, los aficionados sonaban sus bocinas y agitaban escobas por las ventanas de sus coches —y no porque quisieran los restos de otra temporada perdedora.
Se debía a que los Piratas —los Buccs o Buccos en la jerga local— habían tenido la oportunidad de barrer al campeón defensor de la División Central de la Liga Nacional, los Rojos de Cincinnati en una serie de tres partidos y solidificar su puesto en primer lugar.
¿Primer lugar?
Sí, los Piratas llevaban tiempo ahí en ese momento de la temporada por primera vez desde 1997. Tenían su mejor récord de finales de julio (51-45) desde 1992. Su derrota 3-1 del miércoles, que los empujó a medio juego detrás de los Cerveceros de Milwaukee, no enfrió el entusiasmo por la serie de este fin de semana en contra del superestrella Albert Pujols y los Cardenales de San Luis.
Es la serie más esperada en los 10 años de historia del Parque PNC, generalmente reconocido como el campo de pelota más bello de las ligas mayores. Solo quedaban boletos para el final de las serie en domingo.
Si esto sigue así — si los Piratas de alguna manera pueden llegar a los playoffs — podría ser la historia deportiva más inverosímil desde los Mets de Nueva York de 1969. Los sorprendentes Mets no habían tenido una sola temporada ganadora antes de ganarlo todo en 1969. Los sorprendentes Bucs, con su nómina de 45 millones de dólares , habían ganado las series en contra de los superricos Medias Rojas de Boston y los Phillies de Philadelphia y hablaban de agregar jugadores antes del cierre de contrataciones de la MLB el 31 de julio.
Están haciendo esto a pesar de la serie de lesiones que les quitó a sus tres catchers principales y a su prometedora tercera base, Pedro Álvarez. No es para sorprender que el New York Times y Sports Illustrated hayan programado reporteros para cubrir las series de este fin de semana. Ellos encontrarán a su alrededor la evidencia de una base de fans moribunda volver a la vida.
Neil Walker era uno de esos tristes aficionados. Un nativo de Pittsburgh, ahora es el segunda base y lidera al equipo con 62 carreras producidas.
"Lo que estoy viendo con más frecuencia es a los fans de veintitantos años, los jóvenes en el parque de pelota que quieren vernos jugar", dijo Walker. "Mucha gente nos ha dicho a muchos de nosotros, 'gracias por volvernos fans de los Piratas nuevamente'".
Para los viejos aficionados, el resurgimiento del equipo ha reavivado los recuerdos agradables de los títulos de la Serie Mundial de 1960, 71 y 79, parte de una rica historia de 125 en la Liga Nacional. La franquicia ha ganado cinco Series Mundiales y ha producido jugadores emblemáticos como Honus Wagner, Roberto Clemente y Willie Stargell.
Con el 20% más de asistencia comparado con la última temporada, los Piratas tienen la oportunidad de atraer a dos millones de aficionados por primera vez desde que el Parque PNC fue inaugurado. Los ratings de televisión están el 66% arriba comparado con julio de la temporada anterior y el 40% en general —incluyendo tres de los 10 partidos con más audiencia desde 1994. El equipo pronto hará su primera aparición en televisión nacional desde 2002. El programa deportivo de radio 93.7 The Fan está lleno de llamadas de los aficionados de los Piratas. Las tiendas de deportes informan sobre aumentos de ventas incalculables en los artículos de los Piratas.
Trey Carlstrom puede hablar de eso. Él es el propietario, con sede en Chicago, de The Pittsburgh Fan, una tienda de ropa deportiva al otro lado de la calle del Parque PNC. Tiene una tienda parecida en el Wringley Field en Chicago. Él tuvo un gran incremento del 51% de ventas en los productos de los Piratas".
"Me gustaría que pudiéramos convertir a Pittsburgh en el tipo de atmósfera que se vive en Wrigley”, dijo. "En verdad ayuda que tengas un buen equipo".
Hurdle, quien consiguió con los Rockies de Colorado el banderín de la Liga Nacional en 2007, no puede ir a ningún lado sin que alguien le dé consejos.
"Llevo una libreta", dice mientras se ríe.
Los directivos anteriores solo cargaban con el dolor de las burlas constantes en medio de una temporada desastrosa. Es un reto intentar identificar el punto más bajo de una racha perdedora de 18 años, que comenzó el año en que Barry Bonds se fue a San Francisco como agente libre . Ha habido tantas, incluyendo el incremento en precios de los boletos, después de la temporada de 100 derrotas que bautizó al Parque PNC (los precios de los boletos por temporada no han aumentado desde entonces), y el ceder al canterano tercera base Aramis Ramírez en 2003.
Pero este puede estar por encima —o por debajo— de todos: los Piratas llevaron al actor Michael Keaton, nacido en Pittsburgh, al lanzamiento inaugural en su primer partido en casa de 2006, solo para verlo romper con los propietarios en la conferencia de prensa antes del partido.
"Temo que se aprovechan de la buena voluntad de las personas que siguen asistiendo", dijo Keaton ese día. "Para mí, eso es un falta de respetol. En algún momento, tienes que pagar o hacer algo y supongo que no, bueno, estamos bien, al final la franquicia tiene valor de todos modos, al igual que Donald Sterling hizo con los Clippers de Los Ángeles”.
Para como estaban los Piratas, los Clippers deberían haberse sentido insultados con tales comparaciones. Para 2007, el magnate de la prensa, Bob Nutting, había reemplazado a Kevin McClatchy como el principal dueño del equipo —y villano principal. Él era visto como un tacaño sólo interesado en el resultado final.
Esa percepción no había desaparecido, pero Nutting comenzó a escribir algunos cheques importantes poco después de que tomó control. Los Piratas habían gastado más en el draft de aficionados que cualquier otro equipo en las mayores en los últimos tres años y había invertido fuertemente en Latinoamérica, principalmente en la construcción de una academia de entrenamiento de cinco millones de dólares en República Dominicana.
Nutting, el que alguna vez fue ridiculizado en las calles, ahora es elogiado. Algunas veces.
"Yo dije el año pasado que los aficionados merecían estar enojados, yo también estaba enojado", expresó Nutting al Pittsburgh Tribune-Review. "No hay nada malo con eso. Pero también puedo decir que desde el principio yo he creído en los pasos que estamos tomando para restaurar el beisbol de calibre de campeonato para Pittsburgh. Algunos de ellos tomaron más tiempo. Otros están comenzando a dar frutos. Y muchos de ellos todavía no llegan".
Mientras tanto, el gerente general, Neal Huntington y el presidente del equipo, Frank Connelly, diseñaron una revisión completa después de que Nutting los contrató al final de la temporada de 2007. El Plan, como los lugareños le dicen, no ha funcionado a la perfección, pero Huntington trajo algunas partes críticas a Pittsburgh, incluyendo al cerrador estrella Joel Hanrahan y a los pitchers abridores, Charlie Morton, Kevin Correia, Jeff Karstens y James McDonald.
Los jugadores de la cantera, como el jardinero central Andrew McCutchen y Walker, han comenzado a florecer. El nuevo coach de pitcheo, Ray Searage ha supervisado un cambio radical de personal, el factor clave del resurgimiento del equipo.
Bueno, eso y la contratación de Hurdle, quien creó una atmósfera intensa y relajada al mismo tiempo.
Por un lado, Hurdle no ha tenido miedo de imponer la disciplina, como cuando banqueó al mejor jugador del equipo, McCutchen, no correr en un tercer strike caído.
Por el otro lado, los jugadores te dirán que Hurdle ha hecho que el juego sea divertido otra vez. Ellos saben que no serán castigados por errores de agresividad, y saben que la personalidad de Hurdle no cambiará de un día al otro. El será enérgico y accesible. Décadas en el juego —como jugador, coach y manager— le han enseñado a Hurdle que una temporada de 162 partidos es una maratón, no una carrera de velocidad.
"La actitud ha cambiado", dice McCutchen. "Hemos sido bastante más neutrales cuando se trata de ganar o perder. No nos derrumbamos cuando perdemos, y no volamos mucho cuando ganamos. Sabemos lo que tenemos delante de nosotros".
"Si los primeros cuatro meses de la temporada son algún indicio, los Piratas tienen por delante mucho beisbol de presión y divertido de ver".
Pregúntale a un pittsburgher de eso. Hablará todo el día.