Omar Ortiz, de seleccionado nacional a seleccionador de víctimas
En diciembre de 2009, el portero Omar El gato Ortiz se coronaba campeón con los Rayados de Monterrey, aunque la celebración la hacía desde la banca. Aquella noche en el estadio Azul de la Ciudad de México sería el último gran logro del cancerbero mexicano después de que fuera suspendido por dopaje hace dos años.
La vida de El gato dio un giro el pasado fin de semana luego de que confesara formar parte de una banda de secuestradores en la ciudad de Monterrey, un hecho que se suma a otros escándalos en su carrera como el ser señalado por violencia familiar y conducta agresiva dentro de la cancha, según detalla Mediotiempo.com.
Antes de ser suspendido por doping, El Gato regresó a la titularidad del equipo regio durante la Interliga 2010. Tenía más de un año de no defender el marco de un club en el futbol nacional, desde que lo hiciera con Necaxa.
Pero la felicidad no le duró tanto a Ortíz, después de que la Federación Mexicana de Futbol informara que en un partido de liga y de la Copa Libertadores, el jugador dio positivo por Oximetholone y Dromostanolona, sustancias prohibidas por el organismo deportivo, por lo que ya no pudo participar "en calidad alguna, en ninguna competición o actividad autorizada" por la federación.
Aquello representó la caída de la carrera de El Gato, quien debutó como profesional en el futbol mexicano en el torneo Invierno 1997 con el Monterrey, en una edición del clásico regio frente a los Tigres, la cual perdieron los Rayados por 3-2.
La titularidad que Ortiz logró con el equipo norteño en 1999 no supo mantenerla y fue vendido en 2001 a Celaya, donde destacó y fue contemplado por Javier Aguirre para formar parte de la Selección Mexicana que participó en la Copa Oro de la Concacaf al año siguiente.
Además del Monterrey, equipo al que regresó a jugar en 2009, defendió por varios torneos la portería de los Jaguares de Chiapas desde el Apertura 2003 al Apertura 2007, para después llegar al Necaxa en 2008.