El legado de Paterno, ensombrecido por un escándalo de abusos sexuales
Los aficionados desafiaron una helada mañana de enero para presentar sus respetos al hombre conocido como JoePa, el entrenador que condujo a la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) a dos títulos nacionales y dos docenas de victorias en tazones.
Pero incluso mientras hablaban de sus logros dentro y fuera del campo, el brusco final empañado por el escándalo del reinado de 46 años de Joe Paterno se mantuvo fresco en sus memorias.
“Si nos fijamos en lo que ha hecho toda su vida por Penn State, simplemente creo que es horrible la forma en que todo se fue abajo”, dijo Bethanna Edmiston. “Descanse en paz”.
Paterno murió este domingo a los 85 años de edad , dos meses después de su destitución por parte del consejo de administración de la universidad. Su excelente reputación, tanto en el futbol como en el área académica, se nubló en noviembre por los informes de su reacción ante la acusación en contra de uno de sus antiguos asistentes de abusar sexualmente de un niño hace casi una década.
Paterno pasó un total de 62 temporadas en Penn State, se unió al equipo como entrenador asistente en 1950. Se convirtió en entrenador jefe en 1966, liderando al equipo durante cinco temporadas invictas, 24 victorias de tazón y títulos nacionales en 1982 y 1986. Las 409 victorias en su carrera son un récord de la NCAA (Asociación Nacional Atlética Colegial, por sus siglas en inglés).
Se ganó una gran reputación no sólo como un mago del futbol, sino por su enfoque en los logros académicos y la educación cívica. Su equipo del 2009 registró una tasa de graduación del 89%, de acuerdo con la universidad. Contribuyó con 3.5 millones de dólares a la universidad en 1998, otorgando proyectos de la facultad de humanidades, arquitectura y paisajismo. Ayudó a financiar un centro interespiritual, un museo del deporte y una biblioteca que lleva su nombre.
“Él apoyó muchas cosas”, dijo el estudiante de Penn State Alex Robinson. “Cambió la forma en que se dirige esta universidad y cómo el deporte universitario debe ser dirigido en general, y tenía altos valores morales”.
Pero fueron los cuestionamientos acerca de la moral de una persona que lo asistió, el ex coordinador defensivo Jerry Sandusky, y la respuesta de Paterno, lo que llevó a su fin sus décadas de reinado .
Un asistente graduado de Penn State, Mike McQueary, dijo a un jurado investigador en el 2011 que nueve años antes había visto Sandusky “con un chico en la regadera, y que estaban sucediendo actos sexuales graves y eso estaba mal y cruzaba la línea”. McQueary testificó que él acudió a Paterno para decirle lo que vio. Paterno dijo que nunca había sido informado de los detalles gráficos revelados en el informe del gran jurado en noviembre, pero que no obstante, informó de las acusaciones a su jefe, el entonces director atlético Tim Curley.
Poco antes de su muerte, Paterno dijo al Washington Post que McQueary “no quería ser específico”, pero “yo simplemente hice lo que pensé que sería lo mejor. Hablé con gente que pensé que, si había un problema, le daría seguimiento”.
Pasarían años antes de que la justicia se enterara acerca de la acusación. Sandusky es ahora acusado de más de 50 cargos de violación y abuso sexual de menores; Curley y Gary Schultz, un ex vicepresidente de la universidad, han sido acusados de perjurio y de no reportar las acusaciones de abuso. Todos se han declarado inocentes.
Curley fue puesto en licencia administrativa, mientras que Schultz se retiró. El 9 de noviembre, cuatro días después del arresto de Sandusky, Paterno anunció que se retiraría al final de la temporada de futbol, pero el consejo de administración de la escuela votó por unanimidad para despedirlo el mismo día, junto con el presidente de la escuela, Graham Spanier.
La decisión provocó un motín en pequeña escala en el campus, cuando los estudiantes protestaron por el despido de Paterno.
“Es horrible lo que pasó y nunca debería haber ocurrido”, dijo Edmiston. “Pero Joe lo informó e hizo lo que pensaba que debía hacer”.
Y Bill Edmiston agregó: “No fue su culpa”.
“Aun así vamos a amar a Joe Paterno siempre y para siempre, punto”, dijo. “Porque somos de Penn State”.
La corresponsal nacional de CNN Susan Candiotti contribuyó con este reporte.