La exestrella del tenis, Pete Sampras, habla sobre su época de gloria
Pete Sampras, una de las leyendas del tenis varonil, mantiene un récord de 286 semanas como el número uno del mundo, un lugar que mantuvo durante un periodo sin precedentes de seis años consecutivos.
El estadounidense se sentó a charlar con el presentador del programa Open Court, Pat Cash, quien, al igual que Sampras, es excampeón del torneo de Wimbledon.
Sampras aún era un niño cuando Cash ganó su único Grand Slam en 1987, pero continuó acumulando siete campeonatos en el torneo británico sobre pasto y 14 mayores en total, un récord que se mantuvo hasta que Federer lo abatió en 2009.
El tenista de 40 años se ha retirado de la cima del tenis durante casi una década y ha procreado dos hijos con su esposa y también actriz, Bridgitte Wilson.
Sampras habla hoy de los días que antecedieron a su retiro, sus logros abatiendo récords, el estado actual del deporte en la rama varonil y del por qué Estados Unidos ya no puede pensar en dominar el tenis.
La vida después del tenis
“He practicado golf e intentado ir al gimnasio para mantenerme un poco en forma. Hoy en día tengo dos hijos, que son muy activos”.
“El retiro es un trabajo en proceso. Intento planear mi día y algo que he aprendido acerca de mí es que requiero de una estructura. No puedo despertar y quedarme sin hacer nada, mirando televisión. Necesito un día libre sin ejercitarme para ver a mi esposa, jugar golf y estar con mis hijos”.
“He trabajado durante toda mi vida desde que era niño y he llegado al punto en el que puedo dedicarme a disfrutarlo, aunque también necesito trabajar”.
Durante la exhibición posterior a su retiro, choca contra Roger Federer en 2007 y 2008.
“Fue muy intenso. Cuando firmamos el acuerdo para realizar el encuentro, lo último que deseaba era jugar horrible y ponerme en vergüenza. Quise ser respetuoso”.
“Roger jugó excelente, es un chico extraordinario… me sentí muy cómodo. En esa época yo tenía apenas 35 años, de modo que aún jugaba bastante bien, pero creo que lo más importante fue que llegué a conocer a Roger”.
“Es una gran persona, un hombre de familia. Es rápido en el juego, es muy bueno, tiene todos los tiros y es un gran tenista. Yo sólo quería asegurarme de no verme como un idiota, quería jugar bien y creo que lo logré.”
Acerca del estado actual del juego varonil
“Creo que el hecho de que Roger y Rafa Nadal se encuentren jugando –y Novak Djokovic , que es ahora el jugador dominante, con Murray pisándole los talones– es grandioso para el tenis, es un año interesante. ¿Habrá alguien que esté jugando actualmente y que los vaya a desbancar? No lo creo. ¿Berdych?, ¿Tsonga? Sí, han tendido sus momentos pero creo que está sucediendo lo mismo que en los años 80, con McEnroe y Lendl, quienes jugaban entre sí todo el tiempo. Eso es lo estamos viendo hoy en día”.
“Me encanta ver jugar a Roger y a Rafa, el zurdo y el derecho, Rafael contra Roger, que es un clásico. Djokovic es un gran atleta, soy fanático de todos ellos”.
Acerca de la falta de sucesores de Jimmy Connors, John McEnroe, Andre Agassi, Jim Courier, Michael Chang y de él mismo, afirma:
“Era una época extraña, de verdad, y era algo que tanto los fanáticos estadounidenses como los medios esperan que suceda cada 10 años… seamos realistas. No es justo para Mardy Fish, Andy Roddick y John Isner. Ellos son excelentes jugadores pero no se acercan ni tantito a Roger, Rafa y Djokovic”.
“Pueden pasar otros 10 o 20 años para poder estar en el mismo puesto que me encontraba yo con Andre, Jim y Michael. Creo que el mundo se ha vuelto un poco más fuerte, mejor. Los jugadores tienen hambre de triunfo, el juego se ha vuelto más grande, hay más gente jugando tenis en el mundo”.
“Los estadounidenses se han conformado un poco, quizá se ablandaron. Simplemente no está sucediendo por ahora. Parece ser que Kobe Bryant, LeBron James, Tom Brady son las estrellas del momento en nuestro país y pareciera que el tenis ha muerto un poco. No creo que vaya a haber un cambio pronto. Los estadounidenses y los medios esperan ganadores de Wimbledon, hombres que sean los número unos, pero es bastante difícil lograrlo”.
Acerca del agonizante arte de servir y volear
“Lo perdimos. Es decir, tú (Cash), Bjorn Borg, Stefan Edberg son los jugadores que vi jugar cuando niño, de modo que desarrollé este juego de servir y bolear a una edad temprana. Hay que empezar joven; yo comencé a los 13 o 14 años. Si a los 20 años no sirves y boleas, ya es demasiado tarde”.
“Verlos jugar a ustedes y a Boris (Becker) en el Winbledon me impactó. Si yo iba a ganar ese torneo, tenía que meterme a la red, así que decidí servir y bolear durante mi juventud, lo cual fue complicado en un inicio. Me encantaba ver jugar a Roger, Nadal y Djokovic pero es triste ver que hoy, en el Wimbledon, todos se juegan atrás”.
“Quizá la tecnología sea un problema porque con estas enormes raquetas Babolat no hay necesidad de bolear, simplemente revientas la pelota con ella. Mientras nosotros crecimos con la raqueta de madera, por lo que teníamos que golpearla de la forma correcta. En definitiva, es un arte que se ha perdido y es una lástima”.
Acerca del novato del año del ATP World Tour, Milos Raonic, que se cree será el próximo Sampras, comenta:
“Buen servicio, excelente segundo servicio, pero de nuevo no parece que quiera entrar, parece que busca hacer un gran servicio, golpearla y luego entrar. No tiene todo el sentido pero parece no necesitarlo puesto que sirve con fuerza”.
“Creo que es cuestión de sincronización, requiere de ritmo y práctica. (Jugadores) como Milos, Jo-Wilfried Tsonga, Tomas Berdych sirven con fuerza pero no están dispuestos a acercarse a la red. Soy fanático de todos ellos pero, al parecer, servir y bolear ya no forma parte del juego”.
Acerca del retiro estando en la cima, al ganar el U.S. Open de 2002, su último torneo
“Rompí el record (Grand Slam) cuando tenía 29 años y, durante los siguientes dos años, anduve buscando una motivación. Conforme pasaban las semanas sentía que ya no estaba en mí, sólo quería ganar un torneo más. Cambié de entrenador pero en realidad no funcionó muy bien. En el verano regresé con Paul Annacone y me di cuenta de que tenía el juego, sólo debía unirlo todo y jugar el último U.S. Open”.
“Aquella primera semana llovía bastante, de modo que tuve que ganar cinco juegos en siete días a los 31 años, fue mucho trabajo en el U.S. Open. Al final, derrotar a Andre (Agassi) fue un gran cierre. A decir verdad, no planeaba retirarme pero, una vez que me llegó el Wimbledon y se fue, me di cuenta de que eso era todo, mi corazón ya no estaba puesto ahí. Ya no quería practicar y ya no quería jugar tenis”.
“No obstante, fue un gran cierre. No estaba planeado y, puesto que me ubicaba tan abajo –perdí en el Wimbledon por segunda vez consecutiva contra George Bastel (número 145 del mundo) y estaba al borde de las lágrimas–, fue grandioso resurgir dos meses después…”.
Acerca de ser el número 1, al abatir el récord de Connors de cinco años consecutivos en top rank y superando la marca de Roy Emerson de 12 Grand Slams en el año 2000.
“Ser el número 1 era un gran logro para mí, seis años seguidos. Jugué en Europa durante dos meses para lograrlo. Para mí era lo máximo, era un gran récord. Vencer a Roy EWmerson en el Wimbledon, con mis padres ahí, vencer al australiano Patrick Rafter fue una gran forma de llegar al número 1. Eran las 9 de la noche. Era un final de cuento, un momento muy emocionante”.
“Así que sí, se trataba de ser el número uno y ganar los grandes torneos, esa era mi meta y creé ese estilo de vida para lograrlo. Estaba enfocado y decidido, sólo necesitaba ser de cierta manera de modo que pensé que lo que quería era ganar los torneos importantes, romper récords y ser el número uno durante todo el tiempo que fuera posible”.
Acerca de ser padre
“Ahora tienen nueve y seis años. Son niños geniales, los amo. Quiero que pongan más atención, que hagan sus tareas, que no den problemas y que sean obedientes. Me estoy llevando esa tarea con calma pero no estoy seguro de que vayan a dedicarse al tenis; están en clases de golf cada semana. Trato de que estén activos y fuera de casa”.
“Vivimos en una época de computadoras, consolas Wii y iPods, demasiada tecnología, por eso intento sacarlos de casa. Quiero que sean buenos niños, respetuosos y amables. No me importa si juegan bien al tenis o no”.