Grupos de oposición buscan opacar la organización del Gran Premio de la F1
La semana pasada, un grupo de la oposición llamó a realizar protestas con miras al Gran Premio de la Fórmula 1 que se disputará este domingo en Bahrein.
La coalición de jóvenes de Bahrein, que ha organizado una gran cantidad de protestas antigubernamentales, busca desencadenar “días de odio sobrecogedor”, luego de que, la semana pasada, el cuerpo rector de este deporte eligiera el Golfo de Air Bahrein como anfitrión del Gran Premio.
La decisión se tomó luego de varias semanas de especulación entre continuas protestas y disturbios civiles en el reino del Golfo.
En un comunicado de prensa emitido el viernes, el cuerpo rector de la carrera dijo que su presidente había viajado a Bahrein en noviembre para reunirse con un “amplio grupo de formadores de opinión y de individuos que toman las decisiones, entre los que se encontraban miembros electos del parlamento chiíta, el presidente de la Comisión Independiente de Investigación, embajadores de países de la Unión Europea, el príncipe, el ministro del interior y muchos miembros de la comunidad empresarial”.
“Todos expresaron su deseo de que se lleve a cabo la carrera del Gran Premio en 2012 ”, se dijo.
La carrera, que se canceló en dos ocasiones el año pasado debido a preocupaciones por la seguridad, está programada para el próximo domingo.
El propietario de la pista anfitriona, el Circuito Internacional de Bahrein (BIC, por sus siglas en inglés), dijo que la carrera debería transcurrir sin novedades.
“El BIC ha estado libre de disturbios en las semanas y hace meses que la seguridad en Bahrein es propicia para que se lleve a cabo un evento deportivo de tal magnitud”, decía en una de las declaraciones.
La decisión también fue bienvenida por el gobierno que ha tenido que navegar con las exigencias de reformas políticas y mayores libertades en la nación suní de mayoría chiíta.
“El gabinete recibió con beneplácito una resolución de la International Motorsport Association donde se pronuncian a favor de que el campeonato de la Fórmula 1 se realice en Bahrein” decía otro de los puntos del comunicado el domingo. “El gabinete da la bienvenida a los organizadores, participantes y fanáticos, así como a todos los invitados al reino de Bahrein”.
En una declaración, Human Rights Watch dijo que la decisión de continuar con los preparativos de la carrera “representa una oportunidad para los gobernantes de Bahrein para oscurecer la gravedad de los problemas del país en cuanto a derechos humanos”.
“Los promotores de la Fórmula 1 dicen que la decisión de correr en Bahrein no debería tener visos de consideraciones políticas, pero la familia gobernante intentará representar (la) decisión como estatuto político de apoyo a sus políticas represoras”, dijo Tom Porteious, director de programa en Human Rights Watch.
Algunos medios de comunicación dijeron el lunes que no enviarían a su equipo de corresponsales a Bahrein para cubrir la carrera, debido a que existen preocupaciones por la seguridad. Otras organizaciones sopesaban otras opciones.
Más allá de inflar la cantidad de protestantes, se encontraba la precaria salud de un activista preso que ha estado en huelga de hambre durante más de dos meses.
El lunes se cumplió el sexagésimo octavo día sin probar alimento de Abdulhadi al-Khawaja, de 52 años de edad.
El consejero de la Autoridad Internacional de Información de Bahrein, Abdul-Aziz bin Mubarak, dijo el viernes que se encontraba en condiciones estables y que se le estaban administrando fluidos vía intravenosa con su consentimiento.
Al-Khawaja fue arrestado en abril de 2011 por su participación en las protestas antigubernamentales que comenzaron un mes antes, con las exigencias de reformas políticas y mayores libertades en la nación suní de mayoría chiíta.
En junio, Bahrein lo encontró, junto con otros activistas de la oposición chiíta, culpable de conspiración para derrocar a la familia real suní del país. Podrá apelar su sentencia a cadena perpetua durante la audiencia que se llevará a cabo el 23 de abril, dijo el gobierno.
La Organización de las Naciones Unidas ha solicitado al gobierno de Bahrein considerar la transferencia del detenido, de nacionalidad danesa, a Dinamarca con base en fundamentos humanitarios.
Sin embargo, Abdul-Aziz bin Mubarak, autoridad de Asuntos Internacionales de la Al Khalifa de Bahrein, dijo que se estaba cuidando al prisionero y que los oficiales del gobierno no tenían planes de deportarlo a Dinamarca.