Abu Rmeileh es el primer palestino en la historia que califica a Olímpicos
El atleta de judo Maher Abu Rmeileh ha hecho historia al convertirse en el primer deportista que obtiene una plaza olímpica para representar a los palestinos en los Juegos Olímpicos que, hasta ahora, sólo había participado con una delegación de deportistas invitados por el Comité Olímpico Internacional (COI).
A poco más de dos meses de competir al más alto nivel internacional, Abu Rmeileh pasa los días como lo ha hecho desde que recuerda: atendiendo a las señoras en la modesta tienda de pañuelos para cubrirse el pelo y de bolsos que su familia tiene en la vieja ciudadela amurallada de Jerusalén, cerca de la Vía Dolorosa.
Este deportista de 28 años se despierta a las cinco de la madrugada para entrenar de seis a ocho y luego trabajar en el puesto del viejo zoco -un tipo de mercado árabe- hasta las seis o siete de la tarde. Antes de caer el sol, y regresar a casa con su mujer y sus dos hijos -de 6 y 4 años-, entrena dos horas más.
"Cuando me llamaron del comité Olímpico no me lo podía creer. Sabía que tenía bastantes puntos, porque conseguí 20 en el mundial de Tokio de 2010, pero no imaginé que serían suficientes para ir a Londres", explica emocionado.
Maher acude cada tarde, desde hace 22 años, a un gimnasio local, donde aprende con el entrenador del barrio. Hasta hace un mes, pagaba 80 euros mensuales por entrenar, y nadie le ha subsidiado nunca ni esa cuota, ni los gastos del equipo.
En el Club Al Quds, situado en una estrecha callejuela adyacente a la ciudad vieja, los yudocas entrenan en una sencilla estancia multiusos que hace las veces de salón de actos, sala de reuniones y gimnasio, en la que arrinconan las sillas amontonadas una sobre otra para colocar cada tarde precarias colchonetas verdes y rojas.
"Mi padre fue mi primer entrenador. Con seis años me llevó a su gimnasio y me empezó a enseñar. Verme llegar a los Juegos Olímpicos era su sueño. Y también el mío y el de toda la familia", asegura Maher sonriente.
Afortunadamente, el suyo no es un deporte que necesite de una gran inversión en equipo, de otra forma no hubiera podido llegar nunca a la alta competición.
A ser cuestionado sobre los motivos por los que nunca un palestino ha clasificado para los Juegos, asegura que uno de los problemas es que "las federaciones no tienen fondos para enviar a sus deportistas al extranjero y, si no se compite fuera, no se consiguen los puntos necesarios para calificar".
Sin abordar el conflicto con Israel, el yudoca palestino dice que hay deportistas que no pueden salir de Gaza y Cisjordania "por motivos políticos", algo que él sí puede hacer porque tiene permiso de residencia al ser de Jerusalén Este (ocupado por Israel en 1967). También puede viajar por el aeropuerto de Ben Gurión (cerca de Tel Aviv), un lujo que la mayoría de palestinos no pueden permitirse.
Maher es consciente de que "habrá competidores muy fuertes en Londres" ya que "hay deportistas que se dedican solo a entrenar. Pero eso no existe en Palestina".
"Aquí tenemos que trabajar. Para mí, lo primero es el trabajo, no el judo. Pero amo este deporte y por eso he seguido adelante con todas mis fuerzas. Me gustaría que mi experiencia sirva para dar esperanza a los más pequeños y que vean que pueden hacer que se cumplan sus sueños", asegura.
"Otros países, como Jordania, tienen más dinero pero no tienen nadie que compita en Londres en judo. Yo no tengo dinero ni ayudas, pero tengo la voluntad y capacidad de lucha", señala.
La Federación de Judo de los palestinos está tratando de encontrar la manera de llevarle a un entrenamiento intensivo de un mes, antes de ir a Londres "en algún país fuerte como Uzbekistán", dice esperanzado.
Maher viajará a Londres con otros cuatro palestinos invitados por el COI, que cada año permite competir a deportistas de naciones en conflicto aunque no hayan cumplido con las marcas mínimas. Es, por tanto, el primer atleta que tiene una oportunidad real de lograr una medalla para el pueblo palestino y de subir al podio escuchando de fondo el himno de su nación sin estado.
Desde 1996 los palestinos han acudido a los sucesivos juegos de verano invitados por el COI, tras la firma de los Acuerdos de Oslo y el establecimiento de la Autoridad Nacional de territorios palestinos en 1994.
"A veces siento una gran presión para traer a Jerusalén la primera medalla olímpica de Palestina, aunque yo me conformaría con quedar entre los cuatro primeros", dice.
Además de lograr una buena posición en la capital británica, Maher tiene ahora otro sueño: que el comité olímpico local le conceda el honor de ser el abanderado de los palestinos y dar la vuelta al estadio levantando con orgullo la bandera de un país que aún busca su lugar en la comunidad de naciones.