El Abierto de Estados Unidos tiene un nuevo campeón: Webb Simpson
El golf es un deporte donde la concentración y la habilidad de trabajar bajo presión son la clave. ¿Cómo se sintió Webb Simpson durante la ronda final del domingo en el Abierto de Estados Unidos, sabiendo que estaba a muy poco de ganar su primer gran título?
“No podía sentir mis manos o mis piernas”, dijo el golfista de 26 años a CNN, después de obtener 68 puntos en cada una de las últimas dos rondas para terminar sobre par en el Olympic Club de San Francisco.
“Mis piernas se sentían como si fueran de 45 kilogramos cada una…Tuve muchos nervios”.
El nuevo número cinco del mundo juntó cuatro birdies en seis hoyos, durante su última ronda para superar a Graeme McDowell, quien perdió un hoyo de 7.6 metros en el décimo octavo lugar para forzar un playoff, y del estadounidense Jim Furyk.
“Estoy muy emocionado, muy desgastado”, dijo después de llevarse el tercer título del PGA Tour en su carrera de cuatro años, y llevándose a casa el primer premio de 1.44 millones de dólares.
“Es una semana tan larga, una semana agotadora en tu mente, y este lugar es difícil para caminar. Físicamente también es una semana dura.
“Pero no podría haberme imaginado ser el campeón del Abierto de Estados Unidos tan pronto en mi carrera. No esperaba que fuera tan rápido. Una cosa que siempre he hecho es nunca ponerme límites en lo que puede pasar con un juego”.
El nativo de Carolina del Norte, quien empató el año pasado en décimo cuarto en Congressional, durante su aparición previa al Abierto de Estados Unidos, espera sacar provecho de la racha que lo ha impulsado a uno de los cuatro premios más grandes del golf.
“Puedes tener rachas de victorias y buen juego, quiero aprovecharme de eso. Una cosa que me enorgullece es recordar cómo llegué aquí y recordar qué me hace fuerte como golfista”, dijo.
“Así que gane o pierda estoy tratando de ser mejor, y eso es lo que he intentado hacer en los últimos años”.
Simpson dijo que los gritos continuos de la audiencia reunida en el Lake Course lo mantuvo en un día de niebla en California.
“Esta semana sentí que fue especialmente grandiosa. Vi a mi caddy y le pregunté, ‘¿la multitud es más ruidosa hoy?’, porque parecía que se escuchaban rugidos cada varios minutos”, dijo.
“Fue tan divertido jugar en una atmósfera como esa. El famoso hoyo 18, bajando la colina para volver a subir al clubhouse, quizá es el final más genial que pude imaginar en el golf”.
A pesar de ser el tercer ganador estadounidense consecutivo de un torneo grande, después de Bubba Watson en el Masters y Keegan Bradley en el Campeonato PGA, y el décimo quinto ganador diferente consecutivo, la participación de Simpson en el Abierto Británico del próximo mes está en duda.
Él y su esposa Dowd esperan el nacimiento de su segundo hijo, por lo que Simpson desea compartir su historia de gloria del Día del Padre con sus hijos en los próximos años.
“Pude hablar con mi padre y decirle, ‘Feliz Día del Padre’, y dijo que era un buen regalo para él. Es un recuerdo divertido que no puedo esperar para compartir con mi hijo algún día”.