Roger Federer y Andy Murray se enfrentarán en la final de Wimbledon
El británico Andy Murray disputará este domingo su primera final de este Grand Slam en contra del suizo Roger Federer.
Cualquiera de los dos triunfos sería histórico.
Por una parte, Murray es el primer tenista británico en clasificar desde que Bunny Austin lo hizo en 1938, mientras que Roger Federer le quitaría el primer lugar del mundo a Novak Djokovic e igualaría un récord de Pete Sampras.
En dos horas con 19 minutos, el suizo venció este viernes Djokovic por 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3, mientras que el británico eliminó al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-3, 6-4, 3-6 y 7-5 en un partido que duró dos horas y 46 minutos.
Federer es el primer tenista en la historia que disputará ocho finales de Wimbledon y a sus 30 años podrá igualar el récord del estadounidense Sampras, quien acumuló 286 semanas al frente de la clasificación de la ATP.
Djokovic fue finalista en seis de los últimos siete grandes torneos que se han disputado, pero este viernes cometió demasiados errores para ganar. En total ha enfrentado a Federer en 27 ocasiones, 11 en Grand Slam, pero nunca antes sobre hierba, una superficie rápida donde un saque agresivo es más determinante que en otras pistas y levantar la bola al resto requiere una destreza a especial.
La dificultad para defenderse sobre el césped del All England Club, ya desgastado por las casi dos semanas de torneo, se hizo evidente en los primeros juegos del duelo, en los que ambos oponentes explotaban su saque y los intercambios concluían a los pocos golpes.
En una jornada fría y lluviosa al suroeste de Londres, que obligó a desplegar el techo retráctil de la pista, Federer fue el primero en aclimatarse a un escenario donde ha disputado siete finales, de las que solo ha perdido una, la que le arrebató en 2008 el español Rafael Nadal tras casi cinco horas de juego.
El suizo comenzó a sentirse cómodo sobre la pista tras los primeros juegos, arrancando con golpes inesperados los aplausos de los cerca de 15,000 espectadores que abarrotaban la central, y materializó esas buenas sensaciones en el marcador al imponer al resto una ventaja de 4-2 en un primer set que no iba a dejar escapar.
El vigente campeón de Wimbledon no parecía preocupado por haber dejado escapar la primera manga en 24 minutos, y saltó a la hierba en la segunda dispuesto a discutirle el duelo a Federer, prácticamente el anfitrión en la pista central del All England Club, dado su predominio en este escenario durante la última década.
El serbio rompió el servicio de su adversario a las primeras de cambio y Federer, por detrás en el duelo, parecía por momentos un jugador más rígido y con menos muñeca para sacarse golpes maestros de la manga.
Tras dejar escapar el segundo set, el suizo tuvo la opción de discutirle el saque al número uno del mundo al inicio del tercero, pero terminó ante la potencia de un Djokovic convencido de cada uno de sus golpes.
A sus 25 años, el serbio demostraba más capacidad física que Federer, a punto alcanzar los 31, si bien el suizo sabía echar mano de su juego elegante para, aparentemente sin esfuerzo, desquiciar a Djokovic en algunos puntos.
Así lo hizo al final de la manga, cuando desequilibró el duelo al anotarse al resto el último juego ante un Djokovic que comenzaba a ver cómo se le escapaba el duelo debido en gran parte a sus propios errores.
Djokovic fallaba demasiadas bolas, casi el doble que Federer, que no estaba dispuesto a desaprovechar esa oportunidad y volvió a ponerse por delante en una cuarta manga que resultó definitiva pese a la resistencia del serbio.