El abanderado de Eritrea en Londres 2012 pide asilo a Gran Bretaña
El corredor de 3,000 metros y abanderado de Eritrea en los Juegos Olímpicos de Londres, Weynay Gebrselassie, pidió asilo político a Gran Bretaña para no regresar a su país, donde le espera una vida de conscripto militar.
Gebrselassie, de 18 años, y quien quedó en décimo lugar en la prueba de los 3,000 metros, tomó la decisión el pasado domingo, mientras sus once compañeros de equipo asistían como espectadores al maratón masculino, dijo el joven en una entrevista con el diario británico The Guardian .
Sin despedirse, Gebrselassie abandonó la Villa Olímpica, se deshizo de la tarjeta de su teléfono celular, e inició el proceso de petición de asilo, lo que lo convirtió en el cuarto atleta del equipo eritreo en solicitarlo.
“(...) el mes pasado, cuando competí en España, todavía tenía algo de optimismo de que las condiciones en mi país podrían mejorar, pero al parecer solo se están volviendo peor y peor”, dijo el atleta al diario.
La visa concedida por las autoridades de Gran Bretaña a los atletas olímpicos expira en noviembre pero Gebrselassie aseguró que se encuentra en negociaciones con responsables de la Agencia de Fronteras británica.
Aunque el número de deportistas olímpicos desaparecidos se estima en una docena, Gebrselassie es el primero en anunciar públicamente sus intenciones y motivos para no regresar a su país.
Su compañera de equipo, la atleta Rehaset Mehari, también pidió asilo al gobierno británico, pero evitó hablar con la prensa por temor a que el gobierno eritreo tome represalias contra su familia, según el grupo opositor al régimen de ese país Eritrean Youth Solidarity for Change, que ahora ofrece su apoyo a Gebrselassie.
“Hay razones para estar preocupados por nuestras familias, porque el régimen es impredecible y es probable que interpreten mis acciones como una traición”, dijo el atleta.
El corredor denunció las pobres condiciones de vida de sus compatriotas, las torturas, los trabajos ilegales forzados y el servicio militar obligatorio e indefinido, que ha convertido a Eritrea en el país africano con el Ejército más numeroso, lo que el régimen justifica por su conflicto con Etiopía.
“Una vez que eres forzado a entrar al servicio nacional no hay forma de salir de lo que es una vida muy difícil, solo si pierdes una extremidad o te declaran medicamente no apto”, dijo el corredor.
Issaías Afewerki lidera el Gobierno de Transición de Eritrea con un régimen unipartidista que mantiene un control férreo de este país de cinco millones de habitantes situado en el Cuerno de África. Según las Naciones Unidas, unas 36,000 personas abandonaron Eritrea en 2011.