Condoleezza Rice, una de las primeras integrantes del Club de Golf Augusta
El Club de Golf Augusta admitió a sus dos primeras mujeres miembro, la exsecretaria de Estado, Condoleezza Rice, y la ejecutiva Darla Moore, informó este lunes la directiva del club.
La decisión de admitir a Rice y Moore pone fin a una larga política de excluir a mujeres del exclusivo club de Georgia , que alberga anualmente el Torneo Masters, el más importante de Estados Unidos.
“Estas mujeres exitosas comparten nuestra pasión por el juego de golf y ambas son conocidas y respetadas por nuestros miembros”, aseguró este lunes el presidente de Augusta, Billy Payne. “Será un momento muy orgulloso cuando presentemos a Condoleezza y Darla sus chaquetas verdes cuando el club abra este otoño”.
El tema de la inclusión de las mujeres como miembros del club había sido controversial durante más de una década. La activista por los derechos de las mujeres, Martha Burk, subrayó el asunto en 2002, cuando encabezó una serie de protestas sobre el asunto.
Rice fungió durante la administración de George W. Bush como la primera consejera en asuntos de seguridad nacional y fue la primera mujer negra en ocupar el cargo de secretaria de Estado. También formó parte del equipo del Consejo Nacional de Seguridad del presidente George H.W. Bush.
Creció en un ambiente humilde en la entonces segregada ciudad de Birmingham, Alabama, y destacó por sus logros académicos y en diplomacia internacional. Ha estado en la facultad de la Universidad de Stanford desde 1981, y es autora de dos libros best sellers al igual que miembro de varias juntas directivas. También es miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias y ha recibido 10 doctorados honorarios.
Rice también es una pianista consumada.
En tanto Moore, de Lake City, en Carolina del Sur, es vicepresidente de Rainwater Inc., la firma de inversiones fundada por su esposo, Richard Rainwater. La revista Fortune la nombró en el top 50 de mujeres en negocios, y la escuela de negocios de la Universidad de Carolina del Sur fue nombrada en su honor.
También es presidenta del Instituto Palmetto, una organización no lucrativa que se dedica a producir “crecimiento dramático y sostenido en la creación, distribución y retención de riqueza para cada persona en Carolina del Sur”, según sus propias palabras.