El GP de EU regresa con su 'extraño' antecedente en Indianápolis
Si fuiste un fanático de la Fórmula Uno que asistió al Gran Premio de Estados Unidos en Indianápolis en 2005, podría afirmarse que atestiguaste una de las carreras más extrañas en la historia del automovilismo.
Un campo de 20 automóviles se había alineado para el Gran Premio, pero en ese domingo 19 de junio solo seis estuvieron en la línea de salida.
Fue el resultado de una secuencia extraña de eventos que dejaron a los fanáticos del automovilismo sintiéndose estafados ya que casi sacó a la Fórmula Uno de Estados Unidos para siempre .
Tan frustrada estuvo la multitud en Indianápolis que los fanáticos silbaron y lanzaron botellas cuando Ferrari con Michael Schumacher llevó a la pista a los seis pilotos; mientras que los otros 14 estaban en sus cocheras.
“Fue triste no tener el GP que deseábamos tener”, dijo a CNN, Rubens Barrichello, quien terminó en segundo detrás de su compañero de Ferrari, Schumacher .
“El fin de semana fue largo. Fue triste debido a algo para lo que no estábamos preparados y algo que los fanáticos no entendieron.
“Fue un sentimiento horrible no ver a los automóviles corriendo, pero desafortunadamente no fue seguro para que todos corrieran”.
La controversia se desató después de que una llanta ponchada durante la práctica causó que el Toyota de Ralf Schumacher se estrellara en la última vuela del circuito; la parte más rápida de la pista.
El Toyota utilizó llantas Michelin y, después de investigaciones sobre la falla en las llantas, Michelin aconsejó a los siete equipos que utilizaron sus llantas (Renault, McLaren, Williams, Toyota, BAR, Sauber y Red Bull) que no corrieran.
Enfrentándose con un dilema sobre si había que arriesgarse corriendo con llantas que no eran seguras, nueve de los equipos; incluyendo a Jordan y Minardi, quien junto con Ferrari corrieron con las llantas Bridgestone, acordaron sólo competir si una chicana era añadida a la última vuelta para disminuir la carga de la llanta.
Pero Ferrari y el organismo de este deporte, la FIA, vetaron el plan. Desde allí, el GP descendió a una farsa.
Mientras todos los 20 automóviles circularon la Indianapolis Motor Speedway en la vuelta de formación, aún no era claro si los equipos de Michelin tenían la intención de boicotear la carrera.
El piloto de Red Bull, David Coulthard incluso afirmó en el radio del equipo: “si todo se reduce a mi decisión, quiero correr”.
Pero al final de la vuelta de calentamiento, los siete equipos de Michelin se retiraron a la línea de pits; dejando sólo a Ferrari, Jordan y Minardi para competir en la carrera.
“Sin duda fue la carrera más extraña que he comentado sobre F1”, recordó el comentarista Maurice Hamilton, quien fue llamado a la carrera por BBC Radio.
“Claramente puedo recordar mi corazón sumiéndose cuando un automóvil se fue a la línea de pits.
“La magnitud del problema se hizo aparente cuando la cámara mostró sólo a seis automóviles en la línea de salida; y en sus posiciones originales, separados por vacíos enormes.
“No tengo idea de cómo mi compañero comentarista Ian Philips y yo le hicimos en la próxima hora y media, rezaba para que la productora en Londres cambiara al Abierto de golf en Estados Unidos ¡pero no lo hizo!”.
Saber amargo
Para los seis competidores en la pista, los eventos de ese día no fueron menos extraños mientras corrían en el asfalto.
Barrichello estaba involucrado en el único incidente de la carrera, cuando Schumacher presionó el automóvil del brasileño al pasto cuando emergió de la línea de pits para retomar el liderazgo.
“A veces corres solo, así que el GP de Estados Unidos no fue extraño por eso”, dijo Barrichello con el pragmatismo de un corredor que ha formado parte de más grands prix que otro piloto en la historia de la F1.
“Pero fue algo malo porque mentalmente sabías que sólo había seis automóviles en la pista. Para mí, aún tenía que luchar pero fue un sentimiento horrible”.
Un fin de semana de pequeñas disputas y carreras absurdas sin duda dejó a los fanáticos de Estados Unidos con un sabor amargo en sus bocas.
“Los fanáticos se indignaron; y con razón”, dijo Hamilton. “Aunque el estado de ánimo en el paddock fue una mezcla de asombro, rabia y resignación”.
Muchos sintieron que el presidente de la FIA, Max Mosley, no había hecho lo suficiente para encontrar un compromiso que hubiera permitido que todos los 20 automóviles compitieran.
Michelin también enfrentó críticas por no llevar llantas adecuadas para la carrera y la empresa francesa después acordó reembolsar a los fanáticos descontentos.
“Pensé que ese sería el fin del GP de Estados Unidos”, recordó Hamilton. “Pero la preparación de Michelin y el paso del tiempo trajo a una multitud sorprendentemente grande de regreso en 2006.
“Los fanáticos de la F1 en Estados Unidos pueden ser un pequeño porcentaje de esa audiencia grande pero son muy leales e informados”.
Corriendo en la historia
En los últimos años, la indignación por los eventos del GP de Estados Unidos de 2005 se ha suavizado a una nostalgia.
“Lo llamo la teoría del choque de trenes”, dijo el presentador de Fórmula Uno de Speed TV, Bob Varsha, quien ha sido la voz del deporte en Estados Unidos durante casi 30 años.
“Mientras pasa el tiempo las personas superan el shock de que no tuvieran el show por el que pagaron su boleto. La carrera de 2005 fue el tipo de evento donde las personas quieren decir ‘sí, yo vi eso, yo estaba allí para ver eso’.
“Las personas ahora lo ven como un momento fenomenal en la historia del automovilismo”.
Aunque en ese momento, esa no fue la forma en que el supremo de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone vio la carrera.
Cuando el contrato para el GP de Estados Unidos expiró a finales de 2007, Ecclestone escogió no renovar el contrato con Indianápolis para la siguiente temporada.
Ambas partes insistieron en que el dinero no fue el único factor. La F1 quería expandir sus horizontes y en 2008, la carrera de Estados Unidos se había ido mientras Singapur se anexaba al calendario del campeonato mundial.
Obsequios gratis
Para Barrichello, los eventos de 2005 hizo eco de otra carrera agridulce en Indianápolis.
Tres años antes había tomado su única victoria en el GP de Estados Unidos por sólo 0.011 segundos; la segunda final más cerrada en la historia de la F1.
Pero no había una oleada hacia la bandera a cuadros para arrebatarle la victoria a la derrota.
Michael Schumacher, quien había liderado la carrera, intentó liderar a los dos Ferrari en la línea en un empate. Pero el plan fracasó y Barrichello lo superó en la más estrecha de las victorias.
Después, Schumacher sugirió que había concedido la victoria al brasileño como un gesto de agradecimiento después de haber superado a Barrichello bajo las órdenes del equipo de ganar el GP de Austria.
Muchos sintieron que el resultado de Estados Unidos fue manipulado y fanáticos engañados resultaron en varios niveles, aunque Schumacher había envuelto el título de 2002 dos meses antes.
“Esa es una historia sobre la que nunca hablamos”, recordó Barrichello.
“Estaba empujando a Michael hasta la última recta y se retractó y fue casi instantáneo que también me retracté; no gracias, no quería ningún obsequio gratuito como ese.
“Luego se retractó más y tuve que pensar ‘ve por él’ pero después pudo haber pensado ‘está bien no lo quiere, iré por él’; y creo que por eso estuve tan cerrado.
“Cuando no te gusta algo debes intentar verlo en una forma diferente y tratar de disfrutarlo cuando te va bien, tuve que pensar ‘una victoria es una victoria’”.
Después de una ausencia de tres años, el GP de Estados Unidos está de regreso en un nuevo circuito construido afuera de Austin después de un acuerdo que finalmente fue establecido y cuotas para la carrera fueron pagadas a la empresa Ecclestone.
Y Barrichello busca la carrera; aunque esta vez como un espectador. El piloto de 40 años viajará a Austin para ver su primer Gran Premio desde que terminó una carrera de 19 años en la F1 a finales de la temporada de 2011.
“Siempre he amado el GP de Estados Unidos”, dijo el brasileño, quien corrió en la IndyCar Series de Estados Unidos para KV Racing Technology este año después de perder su lugar con el equipo Williams de la F2.
“Long Beach, Detroit, yo solía ver esas carreras cuando era niño y me enamoré de ellas.
“Siempre quise correr en Estados Unidos como piloto de la F1 y el año que dijeron que íbamos a regresar a Indianápolis en 1998 pensé que era grandioso, voy a correr en la famosa pista.
“Cuando llegué allá amé el plan, era fantástico, fue 100% disfrutable. Amé el lugar, realmente lo hice.
“Texas va a ser maravilloso. Sentimos que la reputación de la F1 es mala en Estados Unidos porque eso es lo que las personas dice, es algo que creamos, pero tuve el sentimiento opuesto este año cuando corrí en IndyCar.
“Los estadounidenses son grandes fanáticos del automovilismo y Estados Unidos merece no sólo una carrera en la F1, sino dos; y, tú sabes, Indianápolis podría ser algo bueno para regresar”.