'Desayuno de campeones', la guía para tener un caballo bien alimentado
Parecen una extraña pareja, uno pesa media tonelada y el otro solo 50 kilos. Pero cuando un jinete se monta al lomo de un enorme caballo de carreras, puede ser una unión multimillonaria hecha en el cielo.
Como cualquier otro atleta profesional, tanto el jinete como el pura sangre deben de someterse a un riguroso régimen de entrenamiento, ejercicio y dieta. Y en lo que respecta a la comida, tener el balance adecuado entre energía y peso requiere de una ciencia exacta.
Un caballo por lo general quema 35,000 calorías de energía al día, en promedio consume 8 kilos de alimento y 50 litros de agua. Sin embrago, su jinete puede utilizar hasta 1,000 calorías en el entrenamiento diario y consumir líquidos en exceso.
Con los equinos de carreras, particularmente susceptibles a las úlceras estomacales, causadas por dietas altas en granos y patrones alimenticios no naturales y sin patentar, últimamente los dueños optan por una mezcla de comidas altas en fibra y aceites naturales.
“Mucha gente parece pensar que los caballos de carreras sobreviven de avena y heno, pero en estos días es un poco más sofisticado”, dijo Polly Bonner, director de nutrición en Saracen Horse Feeds.
“Usamos avena, maíz, alfalfa, mucho aceite de soya porque eso densa mucho la energía, y mucha pulpa de azúcar de remolacha, porque eso es algo que es bastante dulce y a los caballos les gusta comerlo”.
Cuando hablamos de comida, los pura sangre pueden ser tan melindrosos como sus propietarios, y Saracen añade ingredientes como canela, coco, fenogreco (una planta), y anís para hacerlo más apetecible.
Determinar qué darles de comer a los caballos, cuánto, y qué tan seguido es toda una ciencia. Bonner dijo que las compañías utilizan continuamente una especie de bandas para medir la cantidad de energía que se necesita en una carrera .
El entrenador John Best, quien corre a Scragged Oak Farm en Kent, Gran Bretaña, dijo que sus caballos se alimentan de una manera muy parecida a los jinetes: tres veces al día, desayuno, comida y cena. En comparación a un caballo sedentario que puede pasar la mayor parte de sus días solo pastando.
“Con los 50 caballos que tenemos, usamos unas tres toneladas de alimento duro cada semana. Nuestros caballos pueden comer cuanto quieran, eso es muy importante para su consumo de fibra”, dijo.
El alimento debe pasar por estrictas pruebas de control antes de distribuirlo a todo el mundo, y la demanda ha aumentado particularmente en los Emiratos Árabes Unidos, hogar del famoso establo Goldolphin Racing y de la prestigiosa Copa del Mundo de Dubai.
“Mientras que la comida pasa por la mezcladora cae dentro de una bolsa. Junto a la banca tenemos imanes, en caso de que se haya recogido algún material en el proceso”, dijo Bonner.
“Después es granulado por otra máquina y se embarca a todo el mundo. Posteriormente y previamente certificado, le toma como un mes llegar a algún lugar en los Emiratos Árabes Unidos”.
No solo los caballos necesitan de una dieta rigurosa. Los jinetes también deben mantener un equilibrio entre conservar su energía y cumplir con los rígidos requerimientos de peso.
El peso mínimo en las carreras de Gran Bretaña es de 49 kilos, similar a la medida de un niño de 13 años. Es el más pequeño de Europa al igual que en Italia.
Con casi 1.80 metros de alto, George Boaker, es uno de los jinetes británicos más altos. Él sigue un régimen bajo en carbohidratos, baños calientes y hace ejercicio en trajes para sudar y mantener su peso de apenas 57 kilos.
“En la mañana me tomo una pequeña taza de té y a lo mejor un pequeño plato de cereal. La comida es un pedazo pequeño de fruta y después una botana de una tarde cualquiera es pollo hervido con vegetales”, dijo él.
El atleta de 30 años, quien usa unas 1,000 calorías de energía entrenando todos los días, admitió que seguir las estrictas dietas es una lucha constante.
“Tengo bastante sed casi todo el tiempo. Pero eso es algo normal para un jinete porque todo el tiempo desechas agua, es algo con lo que aprendes a vivir”, dijo él.
Pero a pesar de las presiones, no cambiaría su trabajo por nada del mundo. “A mí me pagan por hacer mi hobby, entonces realmente no lo veo como trabajo”, añadió.
Pueden estar en lados opuestos del punto de balance, pero cuando se trata de comida, parece que algunos caballos de carreras y sus jinetes no dejan nada al azar.