Richie McCaw, de fanático del rugby a campeón mundial en 2011
Nota del editor: La serie Human to Hero de CNN se presenta en World Sport a las 17:00 y 22:30 horas (GMT) cada miércoles, y a las 05:00 horas los jueves.
(CNN)— No es fácil cargar en tus hombros las altas expectativas de dominación mundial una nación loca por los deportes, especialmente en casa, pero Richie McCaw lo hizo... con un pie roto.
Maltratado y golpeado, y sabiendo que el otro jugador estrella icónico de los All Blacks (apodo de la selección de rugby de Nueva Zelandia), Dan Carter, ya había descartado para el resto de la Copa del Mundo de Rugby 2011, McCaw siguió adelante durante tres partidos cruciales; cuatro horas de castigo en el campo.
Escondió el alcance de su lesión a los fanáticos, medios, entrenadores y compañeros de equipo para mantener su sueño de convertirse en el primer capitán de Nueva Zelandia en levantar el trofeo Webb Ellis durante casi un cuarto de siglo.
“El equipo había sido el número uno en el mundo, o cerca de eso, por muchos años de decepción por no ganar la copa”, dijo McCaw a la serie Human to Hero de CNN.
“Teníamos un equipo que era lo suficientemente bueno, pero no significa nada cuando llegas a un torneo como ese, si no lo pones en el campo donde cuenta.
“Había angustia en el camino, pero la apreciación de lo que has hecho (…) ciertamente lo apreciaba. Las primeras emociones eran puro alivio de que finalmente habíamos podido finalizarlo. Si no hubiéramos pasado por eso, quizá no significaría tanto”.
En lo que se refiere al rugby, los neozelandeses esperaban la victoria. Nada más lo hará. La derrota es extraña; y es tan dolorosa como los golpes al cuerpo que son rutina para aquellos que juegan uno de los deportes más demandantes físicamente del mundo.
El tradicional baile de guerra maorí que realizan los All Blacks antes de cada partido, conocido como Haka, es una de las visiones más temidas y altamente anticipadas en el escenario internacional de rugby.
“Es algo muy único para Nueva Zelandia”, dijo McCaw. “Es quiénes somos y de dónde venimos (…) una pequeña isla al sur, un gran camino de cualquier lugar. Es un símbolo bastante poderoso de todo lo que se tratan los All Blacks y Nueva Zelandia”.
Así que es una cuestión de gran daño nacional que los All Blacks no fueran campeones mundiales desde el primer torneo en 1987, también en casa.
“Hasta la Copa del Mundo (de 2011), todos reconocían, ‘ah los All Blacks son grandiosos’, pero siempre había un ‘pero’; supongo que era porque no habían ganado la Copa del Mundo. No tener ese ‘pero’ nunca más era bastante satisfactorio”, dijo McCaw.
McCaw conoce todo sobre ganar. Tras convertirse en el primer All Black en lograr cien apariciones de prueba durante la Copa del Mundo 2011, este año llegó a 100 victorias de solo 112 apariciones, una racha fenomenal.
Sufrió una angustia en 2003, al perder en las semifinales de la Copa del Mundo contra los archirrivales de Australia, y en 2007 cuando los All Blacks cayeron ignominiosamente ante Francia en los cuartos de final, lo que llevó a que McCaw reconsiderara su futuro como capitán.
En lugar de hacer cambios totales, los neozelandeses se reagruparon y entraron al torneo de 2011; una vez más, como los favoritos.
McCaw alcanzó cien partidos con su selección en el tercer partido contra Francia, pero su problema en el pie lo descartó del partido contra Canadá; y el anotador de puntos récord internacional de rugby, Carter, quien lo reemplazó como capitán, sufrió una lesión en el entrenamiento que terminó con su aparición en el torneo.
“No sabía qué decirle a Dan”, recuerda McCaw en su autobiografía The Open Side .
“Aquí está un hombre, un hombre humilde y decente, reconocido por ser el mejor de su generación, quizá de cualquier generación, quien se lesionó jugando mejor cuando está a punto de presentarse en el mayor escenario.
“He tenido un momento extraño desde que Dan decayó esta tarde en el que pensé, ‘Jesús, podríamos ser ambos’. Pero al sentarme con Dan, me di cuenta de que no podía ser yo ahora. No podía ocurrir. No me quejaría de mi pie. A diferencia de Dan, aún tengo la oportunidad de jugar y de alguna manera, de cualquier manera, eso es lo que tengo que hacer”.
McCaw regresó para los cuartos de final contra Argentina, en el que su compañero Mils Muliaina se volvió el segundo All Black en tener 100 apariciones con su selección, pero terminó con un hombro fracturado. La crisis de lesiones aumentaba, y McCaw tenía sus propias preocupaciones.
“Si tengo que saltar o correr o empujar o taclear, puedo hacerlo; la adrenalina es un gran calmante. Pero cuando el juego termina y tengo que caminar o trotar a un saque o scrum (melé) a 20 metros de distancia, realmente batallaba”, dice en su libro.
McCaw jugó los 80 minutos en una derrota 20-6 a Australia, y luego se aferró a una final agridulce en una victoria angustiante 8-7 contra Francia para decidir el título. Una revancha de la final de 1987 que vio cuando era niño.
“Tenía aproximadamente seis años y la vi en televisión. La imagen que tengo en mi cabeza es a John Kirwan anotando”, dijo.
“Supongo que eso se quedó conmigo. Pensé que sería bastante genial ser como él”.
Aunque Kirwan era una de los defensas estrella de Nueva Zelandia, McCaw seguiría los rastros de delanteros legendarios como Wayne Shelford, Michael Jones y Josh Kronfeld.
Ha sido nombrado el jugador del año del mundo en tres ocasiones, causando respeto y enojo de sus oponentes y críticos por su capacidad asombrosa de pisar la línea entre el pensamiento inteligente y jugadas ilegales; como lo hizo uno de sus predecesores como capitán, el ganador de la Copa del Mundo de 1987, Sean Fitzpatrick.
Tras posarse finalmente en el santo grial de Nueva Zelandia, McCaw espera jugar en la próxima Copa del Mundo en Inglaterra en 2015, cuando tendrá 35 años.
Pero después de una larga carrera como uno de los delanteros más dinámicos e influyentes en el rugby, es tiempo de tomarse un descanso. Un descanso de seis meses en el que planea alejarse de todo.
Tiene muchos incentivos para regresar más fuerte. Su último partido fue una derrota sorpresiva contra Gran Bretaña el mes pasado que terminó con la racha de 20 partidos de los All Blacks en los que no conocieron la derrota.
“Espero que tener el tiempo me haga jugar un poco más. Así que lo tomó antes de que lo necesite desesperadamente, con la esperanza de que regresaré fresco mental y físicamente”, dijo.
“Estoy dispuesto a salir y echar un vistazo a lugares que no he visto y donde el rugby no es algo que la gente conoce demasiado. Eso es parte de lo que te desgasta un poco, cuando vives en una pecera como Nueva Zelandia, y es agradable tener un poco de tiempo para ser anónimo”.
McCaw ha insinuado que se dirigirá a Estados Unidos y se entregará a su otra pasión: volar.
Su abuelo era un piloto durante la Segunda Guerra Mundial, y ha continuado el interés de la familia, siendo nombrado un líder de escuadrón en la Fuerza Aérea de Nueva Zelandia.
Vuela aviones, helicópteros y planeadores, e incluso narró un programa de televisión de aviación.
“Mi papá vuela, sus hermanos vuelan, algunos de mis primos vuelan, mi tía vuela. Tenemos el vuelo en común. Cuando voy a casa con mi padre nos sentamos y platicamos sobre volar más que sobre rugby”, dice McCaw en The Open Side.
“Planear te enseña que tienes que estar lo más preparado posible para cualquier contingencia de terreno y clima que puedan resultar cuando estés allá arriba. Al mismo tiempo, tienes que reconocer que no importa cuán preparado estés, no importa cuán cuidadoso seas, no puedes anticipar todo lo que la naturaleza y el destino te lancen”.
Cuando regrese de su descanso a mediados de 2013, McCaw sabe que el mundo del rugby intentará sacarlo a él y a los All Blacks de su pedestal.
“Muchas personas me preguntan qué queda por lograr o por qué aún quieres jugar. Creo que reajustas los desafíos”, dijo a CNN.
“Tienes la etiqueta de campeones mundiales durante cuatro años; tratas de vivir con eso cada vez. Sé cómo se siente, intenté derrotar a los campeones mundiales al siguiente año.
“Si tenemos ese tipo de metas, ese tipo de actitud, con suerte mantendremos ese nivel donde debe de estar”.